Modif icaciones que hacen lento a tu automóvil
Servicio. Si tienes la vocación de modificar tu auto, ten cuidado de no tener un efecto contrario al planeado
Modificar tu auto
Quienes llevamos gasolina (y actualmente ya también iones de litio) en la sangre, la modificación de componentes siempre es una posibilidad latente en la agenda de nuestros vehículos. Desde el vochito que recibe un escape más desahogado por parte de su encariñado propietario hasta los ostentosos Bentley que prepara Mansory, pasando por los abundantemente engomados ejemplares que podemos hallar en cada rincón del planeta, la industria de la modificación es una fuerza económica bastante considerable para todos.
Todo auto es mejorable a través de una modificación. Sin embargo, la falta de estrategia y conocimientos, así como los excesos tanto en presupuesto como en entusiasmo nos pueden dejar con un vehículo en un estado inferior al inicial. Una modificación irremediablemente trae también una característica marginal adversa, un trade-off, que no puede ser eludida. Solo en el aspecto de los neumáticos, si elegimos un juego con cara más delgada es irremediable que será más frágil ante baches, mientras que con una mezcla de caucho más suave durará menos. El balance de trade-off nos lleva a elegir modificaciones que sean viables mientras aporten un desempeño superior. Veamos algunos ejemplos de decisiones que no aportan a nuestro vehículo, y la razón de esto.
Más poder no siempre es bueno. Cambiar la computadora, instalar un sistema de óxido nítrico o incrementar la presión del turbocargador sin hacer los correspondientes cambios en llantas y transmisión sólo llevará a quemar más caucho. Un vehículo que pierde la energía restregando sus llantas contra la superficie en lugar de aplicar esa fuerza para moverse no resulta más rápido. Dos modificaciones que pueden aprovechar mejor ese poder adicional es un juego de llantas de mezcla más suave, y si vamos a usar en arrancones el auto, un reductor de paso.
Aerodinámica que frena. Es cuestión de física aristotélica el comportamiento del brazo de palanca. Aumentar el diámetro de tus neumáticos causa que el motor requiera más trabajo para dar una vuelta a la misma llanta. Este cambio sí puede ayudar a alcanzar una velocidad tope mayor, pero reducirá la capacidad de un arranque más rápido. Puede ser útil sólo si vas a buscar un récord de velocidad en Bonneville o El Mirage, pero en la calle tendrás un auto más lento de semáforo a semáforo. Por otra parte, un juego de llantas con cara demasiado delgada hará que el vehículo sea muy susceptible a irregularidades en la superficie y más proclive a perder trayectoria en curvas. Como ejemplo, revisa el ancho de la cara utilizadas por la FIA en las categorías GT y GTA: 18 pulgadas en prácticamente todos los modelos, con caras 645 a 705. En imágenes de este campeonato podrás ver que no se trata de caras tan delgadas como algunas alternativas que se ofrecen en pisos de venta, porque en muchas ocasiones el piloto estará circulando sobre los lavaderos de las curvas. Con mayor razón no te conviene como usuario urbano un perfil tan delgado si estarás usando tu auto en calles que contengan topes, boyas, baches y la ocasional grava suelta. Adicional a la fragilidad ante irregularidades, una llanta de perfil ultra bajo incrementa el riesgo de acuaplaneo en caso de lluvia y hasta cuando los jardineros están regando la jardinería al lado de las avenidas.
Un sonido de peso. Un porcentaje de los entusiastas de la modificación suelen incluir en su vehículo un estridente sistema de sonido que sustituye al de fábrica. Si nos interesa el desempeño, el único sonido que nos concierne es el emitido por el sistema de escape. Los kilos adicionales que implican amplificadores, ecualizador, bajos y batería adicional y son peso muerto para fines de velocidad. Un sistema Las reprogramaciones