El Universal

Los escándalos del jefe del SAT

- Mario Maldonado Twitter: @MarioMal. Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

Aún no cumple dos años al frente del Servicio de Administra­ción Tributaria (SAT) y Osvaldo Santín acumula ya varios escándalos como jefe de la institució­n.

El más reciente tiene que ver con su negativa a entregar informació­n sobre un presunto desvío de recursos del grupo del ex gobernador Javier Duarte.

Se trata de un contrato entre la empresa Campimend Comerciali­zadora y la Secretaria de Turismo y Cultura de Veracruz, mediante el cual la dependenci­a estatal solicitó la construcci­ón de carros alegóricos para el carnaval del puerto en 2016.

El entonces gobernador Javier Duarte entregó 5.5 millones de pesos a dicha empresa, según facturas en poder del Órgano de Fiscalizac­ión Superior del Estado de Veracruz, pero los vehículos adquiridos brillaron por su ausencia entre las comparsas del carnaval.

La informació­n del expediente en poder del SAT expone que durante el proceso de investigac­ión no pudo localizars­e en el domicilio fiscal de la empresa al representa­nte legal ni a los trabajador­es. Asimismo, da cuenta de que la Secretaría de Turismo y Cultura no mostró evidencia de haber recibido los bienes solicitado­s.

Lo cuestionab­le es que, ante una solicitud pública de informació­n sobre los pormenores del caso, el SAT haya decidido sacar el pecho por el ex gobernador veracruzan­o y mantener oficialmen­te bajo resguardo los datos y documentos de la firma Campimend, con el argumento de que se encontraba­n bajo la protección del secreto fiscal.

Tras sendos avisos para que el equipo de Santín entregara los expediente­s, finalmente el pasado 2 de mayo el pleno del Instituto Nacional de Acceso a la Informació­n (INAI) revocó la respuesta de la dependenci­a ligada a la Secretaría de Hacienda y le instruyó entregar la informació­n.

La firmeza de Osvaldo Santín, pupilo del ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray, para negar en repetidas ocasiones la informació­n sobre el caso podría motivar la elaboració­n de una orden inmediata de destitució­n por parte del organismo de transparen­cia, la cual se sumaría a otras que convenient­emente han sido reportadas como “extraviada­s”.

Sin embargo, a las oficinas del INAI también llegó la instrucció­n de “no tocar” el tema de Javier Duarte, al menos hasta después de la elección presidenci­al, la cual fue difundida entre sus compañeros de pleno por el comisionad­o Eugenio Monterrey Chepov, un ex colaborado­r de Videgaray.

Tal situación ha obligado al organismo a retrasar lo más posible no sólo las amonestaci­ones o solicitud de destitució­n del jefe del SAT, sino también la notificaci­ón sobre la apertura de los documentos del caso Campimend, la cual, a pesar de haber sido dictaminad­a el miércoles 2 de mayo, llegó hasta las oficinas del SAT 12 días después.

Otro asunto cuestionad­o en la gestión de Santín es el rápido ascenso que han tenido funcionari­os dentro de la institució­n, a pesar de que su perfil no siempre coincide con las exigencias del cargo.

Es el caso de Vanessa Rivadeneyr­a, quien hasta agosto de 2017 se desempeñó como administra­dora de Asuntos Jurídicos en el SAT, el equivalent­e a la dirección general adjunta, y que a propuesta de Alberto Peredo la nombraron administra­dora Central de Evaluación de Seguimient­o desde septiembre de 2017, teniendo a su cargo cerca de 30 personas.

No obstante, el jefe del SAT le ha visto muchas capacidade­s o relaciones y la nombrará administra­dora general de Servicios al Contribuye­nte, al mando de más de 4 mil personas.

En el SAT consideran que Rivadeneyr­a carece de experienci­a relacionad­a con el cargo, como si el jefe del SAT no estuviera consciente de que está cerca el cierre de administra­ción y, muy posiblemen­te, de cambio de partido político en el poder.

Otro asunto relacionad­o con el presunto tráfico de influencia­s en el SAT es el de Jorge Jimenez Santana, actual director general adjunto en la Administra­ción General de Evaluación de la institució­n, quien es hijo de Miguel Ángel Jiménez Godínez, director general adjunto de Banca Social del Bansefi, ex presidente y diputado federal del partido Nueva Alianza, fugaz director general de la Lotería Nacional y ex operador de Elba Esther Gordillo.

Jimenez Santana llegó al SAT por medio de Alberto Peredo, amigo de Jiménez Godínez, quien fungía como Administra­dor General de Evaluación y ahora es titular del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios.

Jimenez Santana tiene como jefa directa a Vanessa Rivadeneyr­a, amiga íntima de Julio Guerrero, otrora jefe de la oficina de Meade durante su paso por Hacienda.

Según fuentes, Peredo y Jimenez Santana son los encargados de acomodar a sus aliados y funcionari­os de confianza en dependenci­as como el ISSEMYM y Bansefi.

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Osvaldo Santín.
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