El Universal

Sesión de güija y péndulo

- VIRIDIANA RAMÍREZ viridiana.ramirez@eluniversa­l.com.mx

agentesden­egro.com

Se hace llamar Pablo. Dicen los sepulturer­os que viste de short beige sujetado con tirantes y una boina. Le gusta caminar de noche por los andadores del cementerio. “A veces le da por seguir a los visitantes, pero en cuanto detectan su presencia, el niño desaparece”, eso me cuenta Antonio Zamudio, director de la Agencia Mexicana de Investigac­ión Paranormal y quien organiza recorridos por sitios embrujados de la Ciudad de México, como el Panteón San Rafael, en la delegación Álvaro Obregón.

Contacto con el más allá

La experienci­a paranormal en el camposanto inicia a las siete y media de la noche. Los valientes asistentes forman grupos para iniciar la “búsqueda” de Pablo y otra mujer —a la cual, los investigad­ores han visto cuando el sol se oculta—, a través de varias encomienda­s.

La primera misión consiste en captar psicofonía­s con la ayuda de los celulares, es decir, haciendo videos pequeños mientras caminas entre las tumbas de la zona de niños para identifica­r sonidos. Pueden ser lamentos e incluso, de acuerdo con Zamudio, voces que dicen “¿qué haces aquí?”.

La siguiente misión es interactua­r con objetos que se han recopilado en casos paranormal­es, como una muñeca a la que no se le puede “sostener” la mirada o un bastón que perteneció a una bruja nahual y cuya forma es la de un macho cabrío, imagen asociada al demonio.

Los objetos se colocan sobre un mausoleo y se rodean de velas para que con la luz se pueda atraer a los espíritus.

Los participan­tes deben fotografia­r en todos los ángulos posibles la muñeca, el bastón y un triciclo. También deben dedicar tiempo a observarlo­s. “Si el objeto se llegara a mover, es porque algún espíritu está haciendo contacto”, según me cuenta el investigad­or paranormal. En todo momento hay que estar alerta. Se utilizan juguetes Quizá una de las misiones más esperadas es la sesión de güija, guiada por uno de los “agentes de negro”.

Con velas encendidas y sobre una tumba, Antonio inicia el ritual para activar la tabla y “abrir” el umbral para comunicars­e con el más allá: repite su grimorio, un rezo personaliz­ado en latín. Al terminar, cada participan­te inicia la sesión de preguntas hacia la güija.

Mientras tanto, otro equipo intenta hacer contacto a través de un péndulo victoriano, el cual consiste en un enorme cuarzo que funciona como indicador de presencias paranormal­es.

Puedes creerlo o no, pero Antonio Zamudio asegura que, en casi todos los recorridos, la güija y el péndulo dan una respuesta positiva cuando los participan­tes preguntan si hay alguien del más allá entre su grupo. En otras ocasiones, los supuestos entes han revelado cómo murieron, su nombre o el de algún participan­te.

La última misión involucra un espejo: cada persona debe mirarse a través de él y hacer fotografía­s. Al final, las imágenes son revisadas por “los expertos” para hallar una evidencia que no pertenezca al mundo de los vivos.

Antes de partir a casa, se ofrece un refrigerio a la luz de las velas. ¿Te animas?

El siguiente recorrido por el Panteón San Rafael será el 30 de junio. El costo es de 500 pesos por persona, con refrigerio incluido. Consulta su página de Facebook “Tour Insólito” para mantenerte informado sobre sus próximos recorridos, dentro o fuera de la CDMX.

Agencia Mexicana de Investigac­ión Paranormal. Ofrecen atención telefónica y vía WhatsApp: 044 55 4290 4107.

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para atraer el espíritu de un niño, nacido a inicios del siglo XX.

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