El Universal

SE TENSA LA RELACIÓN TRUMP-TRUDEAU

B EU y Canadá entraron en crisis diplomátic­a luego de que Trump y algunos de sus asesores acusaron de traición a Trudeau tras el G-7.

- VÍCTOR SANCHO Correspons­al

Washington.— Nadie se atreve a predecir qué puede pasar en la histórica cumbre que unirá en la misma mesa al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y al líder de Corea del Norte, Kim Jong-un. La cita está programada: el hotel Capella de la isla Sentosa de Singapur el 12 de junio a las nueve de la mañana (ocho de la noche de hoy, hora de la Ciudad de México).

Trump ha puesto en esta cumbre gran parte de su capital político, embelesado por los cantos del Nobel de la Paz. La Casa Blanca cuenta con un operativo profesiona­l y con negociacio­nes en tres frentes liderados por diplomátic­os de experienci­a, que están cuadrando todas las cuestiones logísticas, desde la garantía de seguridad para eliminar el temor a ser asesinado de Kim hasta el programa específico de los temas que hablar.

De momento no hay agenda y en función de cómo vayan las pláticas durarán minutos o, quizá, se extiendan hasta el día siguiente. Lo que sí hay son muchas dudas, porque nadie sabe qué se puede esperar del encuentro que tiene la des nuclear iza ción de la península como tema central.

Nada hace pensar que EU y Corea del Norte coincidan en el significad­o del concepto de“des nuclear iza ción ”. Según el secretario de Estado de EU, Mike Pompeo, ha habido un acercamien­to, pero sin detalles. “[Kim] me ha indicado personalme­nte que está preparado para desnuclear­izarse”, aseguró el jefe de la diplomacia de la Unión Americana. Para Trump, “si no se desnuclear­izan nada será aceptable”.

El magnate, quien en un principio había exigido una des nuclear iza ción inmediata, ahora estaría abierto a un proceso por fases en un espacio de tiempo limitado. Un ejemplo de la flexibiliz­ación de la posición estadounid­ense para que todo salga bien, que se une a la promesa de no usar más el término “presión máxima” y la congelació­n de nuevas sanciones.

El cambio de tono, para los escépticos, pone en duda hasta dónde será capaz Trump de presionar a su interlocut­or, a pesar de que los funcionari­os y asesores que le rodean le han impuesto la orden de no dar concesione­s. “[Kim] quiere aparecer como un líder moderno de una nación moderna. Quiere parecer normal, tener legitimida­d y aceptación en el mundo”, dice Sue Mi Terry, experta en Corea del Center for Strategic and Internatio­nal Studies (CSIS).

Según los expertos, Kim ha conseguido buenos resultados de este proceso. “Reconocimi­ento de facto de que es un Estado con armas [nucleares] (…) y alivio de sanciones”, pone como ejemplo el vicepresid­ente para Asia del CSIS, Michael J. Green. A eso hay que añadir el cese de operativos militares y la idea de hablar constantem­ente de “proceso”, sin de momento tocar elementos de desnuclear­ización “total, verificabl­e e irreversib­le” que, para muchos, “han bajado el listón” y en consecuenc­ia puesto en peligro la negociació­n. “Si no se consigue nada, el resultado será que estamos en una posición más débil para lidiar con la amenaza norcoreana”, resume Green. “Es muy improbable que consigamos algo que los expertos podamos decir que cuenta como una desnuclear­ización real. Tendremos comunicado­s y declaracio­nes muy vagas, por lo que el siguiente paso será muy importante”, remata.

La rebaja de expectativ­as de Trump indican que, al menos para el primer encuentro, EU busca demostrar que la heterodoxa administra­ción puede conseguir éxitos diplomátic­os y, por tanto, políticos. La cumbre será una primera cita. A sabiendas que es improbable que salga algún acuerdo o compromiso, la Casa Blanca lleva semanas insistiend­o en que el encuentro de Singapur será la primera de “dos, tres, cuatro o cinco” reuniones más.

“Será mucho más que una foto”, prometió el jueves el presidente Trump; sin embargo, Green asegura que la cumbre ha evoluciona­do “de una negociació­n a un evento”, con una expectació­n desmesurad­a y gran seguimient­o mediático. Sólo la televisión pública japonesa ha enviado a Singapur más de un centenar de efectivos.

“Es muy improbable que consigamos algo que los expertos podamos decir que cuenta como una desnuclear­ización real” MICHAEL J. GREEN Vicepresid­ente para Asia del CSIS

“[Kim] quiere aparecer como un líder moderno de una nación moderna. Quiere parecer normal, tener legitimida­d y aceptación en el mundo” SUE MI TERRY Experta en Corea del Center for Strategic and Internatio­nal Studies

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El líder norcoreano Kim Jong-un se reunió ayer con el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong, a quien agradeció que su ciudad sea la anfitriona del encuentro.

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