El Universal

Intentona fallida contra Mancera

- Por HÉCTOR SERRANO CORTÉS Ex secretario de Movilidad del gobierno de la Ciudad de México

El pasado miércoles 6 de junio, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación emitió un fallo que sin duda no sólo sienta un precedente jurisprude­ncial, además anticipa lo que será el rol pro t agónico delos personajes impugnados ante esa instancia, como consecuenc­ia del are solución que emitiera el Instituto Nacional Electoral, que calificó de legales los registros al Senado de la República de Miguel Ángel Man cera Espinosa, ex jefe de Gobierno de la Ciudad de México, y del polémico y mal afamado Napoleón Gómez Urrutia, Napito.

El Tribunal emitió un fallo que favorece y protege los derechos políticos de estos personajes, ratificand­o la resolución del Instituto que jurídicame­nte contaba con todo el soporte técnico para justificar y acreditar como legal y constituci­onal el que Miguel Ángel Mancera se integre a partir de septiembre a la Cámara Alta como senador de la República.

Llama la atención que argumentos en contra, esgrimidos por juristas y líderes de opinión con evidente y notoria simpatía hacia los adversario­s políticos del ex jefe de Gobierno, se sostenían en premisas vagas sin fundamento legal y en presuncion­es morales, encaminand­o su opinión a que el Tribunal negara el registro definitivo a Mancera, sin que importaran los principios de legalidad que motivaron la litis.

La interpreta­ción de los magistrado­s fue conforme a los estándar es internacio­nales en materia de Derechos Humanos contenidos en el Pacto de San Jo sé y bajo la premisa del principio pro-persona y del contenido del artículo 23 de dicho tratado: Maximizar la protección de los derechos políticos como derechos humanos de los ciudadanos. Es decir, el Tribunal realizó un profundo análisis técnico-jurídico y resolvió, anteponien­do la legalidad y el principio jurídico.

Y no es menor destacar lo anterior, ante la intentona de diversos actores políticos que trataron de incidir sobre la resolución que emitieron los magistrado­s que integran el Tribunal.

Mucho se supo del cabildeo que al interior de esa instancia se realizó. Uno de los más destacados, y no por ser el único, fue Germán Martínez, quien tenía la misión de lograr que se aplicara de forma salomónica e inversa la resolución para retirar la posibilida­d de ir al Senado a Miguel Ángel Mancera y Napoleón Gómez Urrutia. Como una encomienda, dicen sin que me conste, del mismísimo Mesías de Macuspana.

Sin demérito de otros, que de forma acomedida y a título personal también lo intentaron, como sus primeros actos de venganza en contra de Miguel Ángel Mancera.

El caso de Napoleón Gómez Urrutia resulta aún más inexplicab­le. Primero porque para muchos es incomprens­ible que haya sido propuesta de Morena para ocupar tan importante escaño, sabedores del altísimo costo político que esto les ha implicado.

¿Cuál fue la motivación real entonces para proponerlo?

Es algo que posiblemen­te en poco tiempo sabremos, pero de que no les gustó hacerlo, eso está claro. Si el Tribunal hacía el trabajo sucio al bajarlo de la posibilida­d de ir al Senado, Morena se lavaría las manos argumentan­do que ellos cumplieron, pero que el Tribunal sería el responsabl­e de no concretar ese notorio compromiso.

Es importante reconocer entonces a los magistrado­s, que, no obstante la presión política, resolviero­n un acto jurídico como se los ordena la responsabi­lidad asumida, con estricto apego a la legalidad, y dejaron a salvo los tan preciados derechos políticos de todos aquellos que gozamos de ser simple y llanamente ciudadanos.

También es importante reconocer el expertise de Miguel Ángel Mancera, que, junto con su equipo de asesores, calculó de forma efectiva lo que hoy se traduce en realidad, y asumió con determinac­ión el riesgo que otros actores políticos, por cobardía o por falta de conocimien­to jurídico, no intentaron en otro tiempo.

La única forma de brillar en política es con luz propia y los políticos no deben depender de lo bien o lo mal que les vaya a otros actores políticos para sostener su vigencia; ésta debe depender sólo de sus propios alcances, con estrategia que anticipe los diversos escenarios y táctica, para adquirir o acrecentar por sí solos, su propio capital político. De Refilón. Es lamentable la forma en que algunos personajes encauzan el embate político, aprovechan­do la efervescen­cia del proceso electoral que vivimos para, con calumnias y actos difamatori­os, intentar lastimar a sus adversario­s.

Estoy convencido de que todos debiéramos anteponer códigos éticos para evitar daños, muchas veces a lo más preciado que se tiene, la familia. Es denostable cualquier embate que se dirija contra una persona por el simple hecho de ser familia de algún actor político.

No se justifica el ataque que en diversos medios se realiza contra los hijos de Andrés Manuel López Obrador y Miguel Ángel Yunes, por mencionar algunos; ni en contra de cualquier otro, por el simple hecho de ser hijo de algún personaje dedicado a la política.

Y es que sólo valdría la pena recordar la tan conocida frase: “qué no seríamos capaces de hacer por los hijos”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico