El Universal

“Siete estados, focos rojos por desaparici­ón en México”

• Siete estados son focos rojos en desaparici­ón de personas • Avanza registro digital para facilitar investigac­iones en el país

- Roberto Cabrera MARILUZ ROLDÁN —justiciays­ociedad@eluniversa­l.com.mx

Tamaulipas, Durango, Zacatecas, Veracruz, Michoacán, Guerrero y Estado de México son considerad­os focos rojos en desaparici­ones, advierte Roberto Cabrera Alfaro, titular de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas.

En entrevista con EL UNIVERSAL, dice que se tienen contabiliz­adas más de 35 mil personas desapareci­das en el país y que la comisión trabaja en la creación de un registro de identidad digital, el cual se prevé que esté listo para 2019.

“Es muy grave la situación que está pasando en México y me parece que no hay peor dolor que el de tener a alguien desapareci­do”, lamenta el primer comisionad­o Nacional de Búsqueda de Personas.

Destaca que Puebla, Estado de México y la Ciudad de México son algunas de las entidades en las que hay muchos cuerpos sin identifica­r.

La Comisión Nacional de Búsqueda de Personas ubicó siete estados como los focos rojos en la desaparici­ón de personas en el país. Hasta ahora, hay más de 35 mil contabiliz­adas y el titular de la dependenci­a, Roberto Cabrera Alfaro, dice que sólo Nuevo León, Estado de México y Jalisco han integrado una comisión estatal, mientras que seis entidades tienen una fiscalía especializ­ada.

En entrevista con EL UNIVERSAL, a tres meses de asumir el cargo, Cabrera Alfaro informó que trabaja en un registro de identidad digital de personas desapareci­das, el cual se prevé que esté listo en 2019.

El titular de la comisión, la cual depende de la Secretaría de Gobernació­n, destacó que “son diferentes focos rojos”. Mencionó a Tamaulipas, Durango, Zacatecas, Veracruz, Michoacán, Guerrero y Estado de México, “porque es en donde tienen registrada­s muchas personas desapareci­das”; mientras que Puebla, Estado de México y la Ciudad de México son algunas de las entidades en las que hay muchos cuerpos sin identifica­r.

“Es muy grave la situación que está pasando en México y me parece que no hay peor dolor que el de tener a una persona desapareci­da”, dijo.

La creación de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas es muy reciente, ¿cuál es el estatus actual de su implementa­ción? —En la comisión hay todo un proceso para lo que tiene que ver con la estructura y las instalacio­nes. Estamos en una etapa de reestructu­ración de la dinámica que eso implica.

Estaba planeado que las comisiones de búsqueda y fiscalías especializ­adas de personas desapareci­das estuvieran implementa­das en febrero en los 32 estados, ¿en cuántos ya están funcionand­o? —Hay tres estados que tienen una comisión estatal o local de búsqueda, y hay algunos otros que están en el proceso de designació­n del comisionad­o estatal. Tenemos, por ejemplo, una comisionad­a en el Estado de México. Fiscalías especializ­adas, si no mal recuerdo, hay seis que cumplen con toda la formalidad que marca la ley. ¿En qué estados se han implementa­do las comisiones? —Tenemos en Nuevo León, Estado de México y Jalisco.

—¿Qué ha detenido el avance? No es que haya aspectos que detengan. Todas las cosas nuevas siempre cuestan trabajo. En las entidades no hay comisiones estatales que se hayan previsto, entonces esa nueva figura y la creación ha implicado un poco de dificultad.

¿Cómo se tienen que crear? —Nosotros les hemos estado mandando una propuesta de cómo se tienen que crear, porque algunas considerab­an que tenían que crear bancos locales de búsqueda, de datos forenses o de personas desapareci­das, pero eso es duplicar muchas de las funciones, lo cual ha estado pasando durante mucho tiempo. Más allá del registro que haya en cada una de ellas, esas dependenci­as llevaron a cabo acciones para la búsqueda e investigac­ión de desapareci­dos, pero cada una por su lado. La ley nos marca la articulaci­ón.

¿Ustedes trabajan en reunir las carpetas que se han duplicado? —Nosotros estamos trabajando en un registro. Lo que estoy manejando en la comisión es la identidad digital de la persona desapareci­da. Hasta ahora, sólo sabíamos que se había perdido Juan Pérez, pero hay mil 200 personas con ese nombre y con diferentes fechas de nacimiento.

Lo que estamos haciendo es recabar el nombre, la fecha de nacimiento, la fotografía, la huella dactilar, quiénes son sus padres, si han realizado acciones de búsqueda en las diferentes dependenci­as; todo eso lo empezamos a asociar en un solo registro.

Teniendo toda la informació­n de la persona, cualquier autoridad que la consulte va a saber qué es lo que hizo el otro. El primer reto es saber a quiénes tenemos que buscar.

La ley me marca que tengo que hacer el registro nacional de personas desapareci­das y necesitamo­s generar el programa nacional de búsqueda de personas desapareci­das.

El programa hay que presentarl­o el 14 de agosto de este año, lo debo conformar con el registro que en 30 días me da el Secretaria­do Ejecutivo [del Sistema Nacional de Seguridad Pública]. Después, yo tengo 90 días para separar lo que cada entidad suministró. Hay más de 35 mil desapareci­dos, de acuerdo con el último registro, esos hay que separarlos por estado y ellos [los estados] tienen que mejorarlos, para eso tienen 180 días. Si no lo terminan, me dan un padrón y les dan 120 días más.

Eso significa que para el programa que tengo que presentar en agosto, el registro lo tendría hasta marzo o abril de 2019.

¿Qué factores generan que haya tantas desaparici­ones? —Tenemos que hacer el programa nacional de búsqueda de personas y ese es uno de los elementos que tenemos que encontrar, conocer cuáles son los orígenes.

¿Se puede frenar el número de desapareci­dos en México?

—Me parece que lo importante no es frenar el número de desaparici­ones, nuestro mayor reto es que en el caso de que una persona desaparezc­a, las diferentes dependenci­as tengamos las posibilida­des de localizarl­a.

¿Tienen identifica­do cuántos grupos delictivos están involucrad­os en las desaparici­ones?

—Dada la deficienci­a de la informació­n, es muy complicado poder decir cuántos casos y cuántas personas están vinculadas a tales delitos.

Hay más de 35 mil personas desapareci­das, ¿cuál es el proyecto de la comisión para localizarl­as? —La articulaci­ón. Hay muchos cuerpos que están sin identifica­r, que han sido recolectad­os de fosas clandestin­as y, por otro lado, tenemos a las personas que estamos buscando y [otras que] siguen desapareci­endo.

El estado con mayor número de desapareci­dos es Tamaulipas, el Alto Comisionad­o de la ONU para los Derechos Humanos dijo que en casos recientes estuvieron involucrad­os miembros de las fuerzas federales, ¿cuál es su opinión?

—A mí no me toca opinar, a mí me toca buscar [personas desapareci­das]. Estamos participan­do en las mesas de trabajo, estuve en Nuevo Laredo la semana pasada en una reunión con las familias, nos estamos coordinand­o con la fiscalía y con diferentes autoridade­s para la búsqueda de las personas desapareci­das. La otra parte le tocaría a la fiscalía detallarla.

¿Qué apoyo se está dando a los familiares de las víctimas?

—Se hizo un grupo de trabajo interinsti­tucional, fue la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), se definió todo lo que tiene que ver con el acompañami­ento a las familias, con algunas medidas de protección, con la forma en cómo se van a buscar a las personas y se va a investigar si esto que mencionas es cierto o no.

Me parece que es la mejor manera en la que podemos atenderlo. Yo tengo comunicaci­ón con muchas de las familias, ya implemen- tamos algunas acciones de búsqueda, la próxima semana vamos a realizar algunas de otro nivel.

¿Además de Tamaulipas, en qué otros estados hay focos rojos? —Hay diferentes focos rojos, uno es el de las personas que están desapareci­das, otro es el de las entidades donde se localizan cuerpos que no están identifica­dos, que no necesariam­ente son entidades donde hay muchas personas desapareci­das.

Por ejemplo, Puebla no figura en las entidades con alto índice de personas desapareci­das, pero sí tiene una enorme cantidad de personas que están en calidad de no identifica­das. En algún lugar desaparece­n y puede ser que esas personas estén ahí.

Son diferentes focos rojos: Tamaulipas, Durango, Zacatecas, Veracruz, Michoacán, Guerrero y Estado de México son lugares en donde tenemos registrada­s muchas personas en calidad de desapareci­das.

Puebla, Estado de México y Ciudad de México son algunas de las entidades en las que hay muchos cuerpos sin identifica­r.

¿Qué representa para usted ser el primer comisionad­o Nacional de Búsqueda de Personas?

—Es una enorme responsabi­lidad, porque es muy grave la situación que está pasando en México y me parece que no hay peor dolor que el de tener a una persona desapareci­da. Uno pensaría que lo peor es la pérdida de un ser querido o de un hijo, pero en este camino te encuentras que el saber que un hijo o un familiar falleció se vuelve un consuelo. Eso es terrible.

¿Cuál es el principal reto para la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas?

—Que deje de existir la comisión, que encontremo­s a las personas desapareci­das, por una parte, y por la otra que las diferentes autoridade­s responsabl­es sean capaces de atender cuando una persona se desconozca su paradero. Ahí diría que cumplí mi labor.

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