El Universal

El futbol llanero, su único escape

Los fines de semana hay otra realidad: los amantes del balompié se enfrentan y disfrutan su deporte

- DANIEL AGUILAR —justiciays­ociedad@eluniversa­l.com.mx

Cita: 7:00 horas. Caminando, en bicicletas o en combi, llegan a un predio delineado por trazos de cal y cubierto de tierra y piedritas.

Los campos o canchas, como se les dice, no son los grandes estadios, en su mejor caso cuentan con alguna grada y una techumbre que cubre del sol a los familiares y amigos de los futbolista­s llaneros.

Varias de las canchas llaneras se localizan en zonas conflictiv­as y son enmarcadas por el desorden urbano, la insegurida­d, la falta de servicios y una gran desigualda­d.

Un joven platica: “En la calle hay violencia, pero aquí en esta cancha hay rivalidad y competenci­a”.

“No fue una semana fácil, de mi casa al trabajo hago casi dos horas de camino y luego de la jornada laboral otro tanto de regreso, pero eso es lo de menos, lo que más desgasta es estar a las vivas y rogar no ser asaltados en el transporte y llegar con vida a casa”, relata uno de los guerreros mientras amarra sus zapatos ya gastados y con cinta ajusta las espiniller­as.

Vidas y realidades diferentes, pero en la cancha una sola misión: jugar, divertirse, rifársela y ganar. Es la hora. Rueda el balón, esto empieza y no sabemos cómo acabará.

Caer en esta alfombra, nada tersa, resentirá el cuerpo y la piel, pero caer aquí no impide seguir jugando; de forma inmediata se levanta y “aquí, hasta el más tímido del barrio saca la casta y el orgullo”, dicen.

Entre torres de alta tensión, imágenes de la Virgen de Guadalupe y hasta con el paseo sabatino de un perrito callejero es como se juega y convive en el barrio.

Se escucha un silbatazo anunciando la presencia del personaje “no más querido”, pero a quien se le debe respetar dentro del campo. No marca lo que para la eufórica afición es una falta y se escucha un grito: “¡Pinche ciego!”. Tanto el árbitro como el gritón se voltean a ver y sonríen, todos allí se conocen.

Cada cuatro años la emoción invade los televisore­s con el Mundial de futbol y sus grandes seleccione­s, pero todos los fines de semana hay otras realidades, aficionado­s amantes del balompié que se enfrentan y disfrutan de este deporte, para muchos su única salida, su único escape, su única sana diversión. El futbol llanero es mundial.

 ??  ?? Instaladas sobre terregales, plagadas de hoyos, rodeadas por el desorden urbano, la insegurida­d, falta de servicios y desigualda­d, las llamadas canchas son centros de reunión familiar todos los fines de semana en los barrios populares.
Instaladas sobre terregales, plagadas de hoyos, rodeadas por el desorden urbano, la insegurida­d, falta de servicios y desigualda­d, las llamadas canchas son centros de reunión familiar todos los fines de semana en los barrios populares.
 ??  ?? Jugadas dignas de “Maracaná” se observan cada fin de semana.
Jugadas dignas de “Maracaná” se observan cada fin de semana.
 ??  ?? Llegó el momento de soñar con otro Mundial de Futbol en México.
Llegó el momento de soñar con otro Mundial de Futbol en México.
 ??  ?? Zapatos gastados, espiniller­as sostenidas con tela adhesiva, balones raspados, pero mucha pasión hay en los campos llaneros.
Zapatos gastados, espiniller­as sostenidas con tela adhesiva, balones raspados, pero mucha pasión hay en los campos llaneros.

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