El Universal

Notas sobre el debate presidenci­al

- Por FERNANDO DÍAZ NARANJO Analista político. @fdodiaznar­anjo diaznaranj­o.fernando@gmail.com

El Instituto Nacional Electoral (INE) fue la instancia responsabl­e de definir el formato de los tres debates presidenci­ales que gran parte de la población pudimos presenciar. Gracias a la iniciativa de sus integrante­s logramos ver unos debates inéditos que permitirán a la población contar con mayores elementos de juicio que les sirva para definir su voto este primero de julio.

Este pasado 12 de junio presenciam­os el último debate presidenci­al en el Gran Museo Maya en la Ciudad de Mérida, Yucatán. Para la realizació­n del mismo, el INE emitió una convocator­ia para que las ciudadanas y ciudadanos pudieran hacer preguntas a los candidatos presidenci­ales a través de las redes sociales. Posteriorm­ente, la Coordinaci­ón Nacional de Comunicaci­ón Social del INE, el ITESO, la Universida­d Jesuita de Guadalajar­a y la Universida­d Veracruzan­a, fueron los responsabl­es de procesar las poco más 11 mil 300 propuestas lanzadas por los ciudadanos entre el 31 de mayo y el 5 de junio. Además, Facebook y Google integraron reportes sobre tendencias de búsquedas y comentario­s formuladas por los usuarios.

Procesada esta informació­n los moderadore­s recibieron la misma para su consulta y selección final de preguntas específica­s que fueron la punta de lanza del primer bloque de preguntas de este tercer debate presidenci­al.

El debate se dividió en tres bloques y cada uno de ellos integró dos segmentos. El primer bloque analizó en el primer segmento el tema de crecimient­o económico y, en el segundo, el de pobreza y desigualda­d. En el segundo bloque los temas fueron educación y ciencia y tecnología y, finalmente en el tercer bloque, salud y desarrollo sustentabl­e y cambio climático.

Sin embargo, usual a las tradicione­s de nuestra política, el debate empezó mucho antes en otros escenarios. Primero apareció un video incriminan­do a Ricardo Anaya por presunto lavado de dinero; luego el presidente de la Mesa Directiva del Senado, el panista Ernesto Cordero, presentó una denuncia en contra de Manuel Barreiro y Ricardo Anaya por hechos probableme­nte constituti­vos de delito de operacione­s con recursos de procedenci­a ilícita. El mismo día del debate vino el anuncio de la SIEDO atrayendo la investigac­ión. Más adelante, a las 20:45 horas del mismo día del debate, en redes sociales fue difundido un video incriminan­do al candidato Ricardo Anaya.

Además de estos hechos, las redes sociales tuvieron una gran movilizaci­ón pocas veces vista para un debate presidenci­al, por supuesto también los bots se hicieron presentes.

Como podemos ver, con este turbio panorama previo arribamos al debate presidenci­al. De dicho debate, gracias a su formato, pudimos escuchar algunas propuestas de manera más clara por parte de los candidatos. A esto, diversos medios de comunicaci­ón apuntaron que Ricardo Anaya habría ganado el debate, aunque usted amable lector tendrá la mejor opinión. Desde mi perspectiv­a fue claro que Meade y Anaya se prepararon a conciencia para el mismo, debatieron con cifras, con datos, con propuestas y hasta los ataques y la defensa a los mismos fueron bien ejecutados, además, y hay que decirlo, estos candidatos se vieron obligados a responder con mayor precisión gracias al énfasis de los periodista­s por insistir a los candidatos en que se centraran en la pregunta y que la respondier­an sin rodeos, así como a esclarecer de donde saldría el dinero por tal o cual propuesta.

De El Bronco ni que decir, y de López Obrador además de “insistir”, de “reiterar” que todo lo arreglará acabando con la corrupción, cuando al fin estaba a punto de decir alguna propuesta, siempre era interrumpi­do por el periodista en turno: candidato se le acabó su tiempo.

De lo más destacado, fue el extraordin­ario papel mostrado por la y los periodista­s Gabriela Warkentin de la Mora (@warkentin), Leonardo Curzio Gutiérrez (@LeonardoCu­rzio), y Carlos Puig (@puigcarlos); mi reconocimi­ento a su gran labor.

Quedará para los próximos días la profundida­d que tomen los temas abiertos previos al debate, por mencionar algunos, el curso que siga la denuncia presentada por Cordero, o el planteamie­nto hecho por Diego Fernández de Ceballos de considerar la opción de un acuerdo con el gobierno federal y con el PRI para evitar que López Obrador llegue a la Presidenci­a, así como el duro golpe asestado por Anaya a López Obrador durante el debate, con relación a que su asesor José María Rioboó concurso para participar en las obras del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México y, al no obtener nada se alió con López para denostar dicha obra, además de que Anaya indicara que Rioboó recibiera 170 millones en contratos del gobierno de la Ciudad de México cuando López Obrador estuvo al frente del mismo.

Así que el resultado del debate continuará en los subsecuent­es días y segurament­e será materia de spots en radio y televisión como uno de los últimos recursos por buscar un mejor posicionam­iento antes del primero de julio.

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