Consienten a los líderes del mundo
Conoce la propuesta culinaria que disfrutaron en la cumbre del G7
Postre "Cuando hablamos de la riqueza gastronómica de Quebec, tierra llena de tradiciones, raíces europeas y la riqueza de un sólido patrimonio culinario, invariablemente hay que voltear la vista a Charlevoix, una región que se ha posicionado como el bastión de esta provincia canadiense, fuente de una gran variedad de productos que van desde diversos tipos de carnes hasta quesos y sidras artesanales”, expresó Patrick Turcon, responsable de las cocinas del Centro de Congresos de Ottawa y ex chef ejecutivo del Fairmont Le Manoir Richelieu, espectacular resort ubicado en La Malbaie, dentro de la región de Charlevoix, que recientemente fue la sede de la Cumbre Mundial del G7.
"Cuando en los restaurantes de ciudades como Montreal y Quebec los comensales elogian la calidad de determinados ingredientes y preguntan sobre su origen no es extraño que los cocineros respondan que viene de Charlevoix".
Sitios como el Fairmont Le Manoir Richelieu son puntos estratégicos que han cimentado la leyenda de Charlevoix como un destino de prodigiosas experiencias culinarias. Los caminos regionales y, por supuesto, el ferry que lleva a la cercana Isle-aux-Coudres, en el cauce del majestuoso río St. Laurent, llevan al encuentro de panadería artesanal, sidras, microcervecerías, charcutería, legumbres, vino de producción local y, por supuesto, de estupendos restaurantes que ejecutan con oficio y sencillez la consabida ecuación "del campo a la mesa".
"La pasada Cumbre del G7 ha puesto a Charlevoix a la vista del mundo y para nosotros ha resultado un éxito en términos de organización. Esperamos que este evento ayude a aumentar nuestra notoriedad más allá de las fronteras inmediatas y que los visitantes de todo el mundo quieran descubrir nuestro hermoso destino", declaró Jean-Jacques Etcheberrigaray, director general del mítico hotel.
Con la esencia de Quebec
Para Pierre-Laurence Valton-Simard, chef ejecutivo del Fairmont Le Manoir Richelieu, la tarea de alimentar a los dirigentes de las potencias mundiales ha significado un enorme reto pero también la gran oportunidad de proyectar el acervo culinario de la región. "Hay productos indisociables del concepto culinario quebecois, como es desde luego el jarabe de maple. Nuestro objetivo es y ha sido, en muchos sentidos, mostrar la vida de la región de Charlevoix, dejando en claro que contamos con una excepcional comunidad de productores", dijo el cocinero oriundo de Roberval, en la provincia de Quebec. Sigue en la página 2