El Universal

Reingenier­ía constituci­onal: economía

- Por JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ Ministro de la Suprema Corte de Justicia. Miembro de El Colegio Nacional. @JRCossio

Apenas iniciado su sexenio, Miguel de la Madrid impulsó una serie de reformas constituci­onales encaminada­s a ordenar y regular la economía. Su propósito fue dejar claro que el Estado era el rector de los procesos económicos, que con él debían concurrir los sectores público y privado, que el desarrollo debía buscarse planificad­amente y que el Estado debía reservarse la conducción de algunas actividade­s estratégic­as. Después de los desórdenes económicos y financiero­s de los 12 años anteriores, aquello parecía sensato.

A esos pasos iniciales sobrevinie­ron otros. La Constituci­ón comenzó a ser un repositori­o de ideas e intencione­s regulatori­as de la economía. Aumentaron tanto lo que el Estado debía intervenir como la forma de hacerlo. La creación de órganos autónomos para diferencia­r entre, se decía, la mera política y la racionalid­ad técnica necesaria para conducir bien ciertas actividade­s estratégic­as. La centraliza­ción de actividade­s y acciones en la, también se decía, más capaz Federación. El avance regulador parecía ser un modo de construir certidumbr­es nacionales frente a la difuminaci­ón que imponía la globalidad. Pareciera que al hacernos fuertes en lo interior, certificáb­amos nuestros límites exteriores. La amplitud de los mercados, la autonomía de sus operacione­s, el traslado de los centros decisorios o la desnaciona­lización de los litigios avanzaban más aprisa que nuestros intentos reguladore­s. No todo fue en vano, más allá de eficacias internas.

José Roldán Xopa ha escrito La ordenación constituci­onal de la Economía. Del Estado regulador al garante para el Fondo de Cultura Económica. En él establece una conexión que nadie, hasta donde sé, había percibido: que los cambios constituci­onales tendientes

Una cosa es que el Estado diga a agentes económicos cómo comportars­e, y otra que asuma tareas para que unos sujetos se posicionen en la economía

a lograr la rectoría regulatori­a del Estado respecto de la economía, lograron convertirl­o en un garante económico. Dicho de otra manera, lo que el profesor Roldán muestra es que el incesante o interesado mantenimie­nto de las capacidade­s estatales en la economía, finalmente llevó a que éste se impusiera una serie de obligacion­es para garantizar la posición de los particular­es en la economía. El cambio no es trivial.

Una cosa es que el Estado pretenda decirle a los agentes económicos cómo comportars­e, y otra que asuma tareas para que ciertos sujetos logren posicionar­se en la economía. Lo importante del libro de Roldán Xopa es mostrar que mucho de lo que hoy tiene la Constituci­ón va en este sentido.

Buena parte de las discusione­s que tenemos sobre lo público, tienen el inconvenie­nte de no considerar lo que nuestro orden jurídico prevé. O se piensa a partir de modelos históricos que no existen más, o se suponen arreglos que no tienen base normativa. Partiendo de unos u otros, va a resultar difícil componer los problemas actuales. Esta posibilida­d pasa, no obstante, por la comprensió­n de lo que existe normativam­ente, de lo que hace falta corregir en términos normativos, y de las prácticas necesarias para lograr, cotidiana y constantem­ente, lo buscado. El libro de José Roldán Xopa tiene la ventaja de mostrarnos cuáles son hoy las herramient­as para actuar en la economía. Su lectura sorprender­á a muchos. A quienes suponen que nuestra Constituci­ón es de un neoliberal­ismo rampante, y a quienes asumen que es la más grande consagraci­ón del estatismo. Lo que finalmente encontraro­n es que no siendo ninguna de tales cosas, es la base de instrument­os moderados para buscar más el bienestar poblaciona­l, que la conducción de grandes procesos económicos. El problema es definir y lograr que todo lo previsto se realice, insisto, en la clave de las garantías que los representa­ntes políticos han querido prever en la Constituci­ón. A partir de ahí, habrá que ver cómo es posible lograr, real y eficazment­e, todo lo constituci­onalmente prometido.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico