Azuela, dispuesta al ridículo.
Confusiones, tropezones y accidentes son los elementos de la puesta en escena La obra que sale mal, por eso Irene Azuela se prepara para equivocarse en todo lo que pueda. En el proceso de ensayos la actriz ha tenido que superar el temor al ridículo porque justamente de eso se trata el montaje: “Es una comedia muy universal que te permite ponerte en un espacio donde te puedas dar el lujo de ser tonto, ridículo, que la gente se ría de ti y no pase nada”, dice Azuela.