El Universal

Ven bases militares mejor para niños migrantes que jaulas

• La medida de llevar a menores a centros castrenses fue aplicada por Obama en 2014

- MAX AUB —elmundo@eluniversa­l.com.mx

Los Ángeles.— El proyecto del gobierno de Donald Trump de utilizar bases militares para albergar a migrantes indocument­ados podría ser una mejor opción que las jaulas y los campamento­s en los que actualment­e se encuentran menores que han sido separados de sus padres.

“No sería la primera vez, en la historia reciente de Estados Unidos, que un presidente acude a este tipo de medidas”, dice a EL UNIVERSAL Joe N., oficial retirado de la Armada de EU.

Recuerda que en 2014 el entonces presidente Barack Obama aplicó esa medida en tres bases, una de ellas Port Hueneme, en California, donde servía el militar retirado.

“[Los menores] contaban con alimentaci­ón saludable, agua para beber y tenían a su disposició­n día y noche atención médica”, cuenta.

“Hay una gran diferencia de actitud y de trato entre las jaulas donde los encerraron” y los centros militares, indicó José Luis Chopin, camarógraf­o que en 2014 visitó los albergues en las bases militares.

“LLos Ángeles a historia podría repetirse, pero esta vez en proporcion­es bastante más grandes”, dice a EL UNIVERSAL Joe N., un oficial retirado de la Armada de Estados Unidos quien pidió omitir su nombre real por motivos personales. “Donald Trump planea recurrir a instalacio­nes militares para tratar de controlar mejor la llegada a este país de tantos extranjero­s sin documentos, pero especialme­nte para los menores o quienes vienen con ellos”, explica en relación al estudio que el presidente Trump pidió al secretario de Defensa, James Mattis, para albergar en bases de las fuerzas armadas a miles de migrantes.

“No sería la primera vez —en la historia reciente de Estados Unidos— que un presidente recurre a este tipo de medidas”, comenta el ex marino; “Barack Obama lo hizo en 2014 y preparamos alrededor de 575 espacios en la base donde yo prestaba mis servicios, en Port Hueneme —en el condado de Ventura, California—, ahí recibimos a estos menores y los atendimos por menos de seis meses”, recuerda.

Port Hueneme fue uno de los tres albergues que se prepararon en la administra­ción Obama para hacer frente a parte de lo que el ex presidente calificó como una “crisis humanitari­a”, refiriéndo­se a los más de 60 mil centroamer­icanos llegados ese año fiscal y, que sumados a cuatro años anteriores, llegaron a ser más de 200 mil. Pero el gran reto eran los miles de menores que llegaban solos. La Base Lackland de la Fuerza Aérea de EU, en San Antonio, Texas, y la Base Naval Fort Sill, en Oklahoma, fueron las otras dos que albergaron a menores en 2014.

Se calcula que alrededor de 7 mil menores pasaron por estas instalacio­nes en áreas acondicion­adas especialme­nte para ellos. En el caso concreto de Port Hueneme, un edificio que había funcionado para reservista­s antes de partir a Irak y Afganistán, fue reacondici­onado con las 575 camas, un amplio comedor, aulas y diversas áreas de diversión en exteriores y en el interior; así como suficiente­s regaderas y sanitarios.

“Los organizába­mos por edades y, sin ser lo estricto que supone estar en una instalació­n militar, sí se les daban distintos horarios para levantarse, asearse, vestirse, desayunar y de ahí las actividade­s que cada uno escogiera durante el día. Contábamos con personal del Departamen­to de Salud y Servicios Humanos (HHS), quienes se encargaban de la organizaci­ón del día a día y de resolver sus dudas; nosotros proveíamos seguridad y orden”, describe el oficial retirado.

“Por supuesto contaban con alimentaci­ón saludable, agua para beber y tenían a su disposició­n día y noche atención médica en caso de requerirla”, comenta el ex marino.

La suma de miles de niños y niñas pasando por las instalacio­nes militares se debía a que, si bien en el caso de Port Hueneme por ejemplo, sólo había 575 camas, cada tres o cinco días se colocaba a los menores con familiares o amigos y el espacio libre era de inmediato cubierto por un nuevo menor y así en los tres albergues militares.

Es muy probable que la historia se repita. Trump pidió hace días a su Secretario de Defensa que le informe sobre la posibilida­d de hacer lo mismo que en 2014.

El lunes, Mattis anunció que se usarán dos instalacio­nes militares en Texas para albergar a los migrantes que cruzan la frontera sur, se trata de la base de Fort Bliss, ubicada en las afueras de El Paso, y la base de la Fuerza Aérea Goodfellow, en el centro de Texas.

“Sí, es verdad que el presidente —Trump— ha solicitado el apoyo de las fuerzas armadas en esta tarea”, confirmó a EL UNIVERSAL el oficial retirado Joe N. Para tal efecto. Hay otras dos bases que también podrían utilizarse: la de la Fuerza Aérea Dyess, en Abinele, y la de la Fuerza Aérea en Little Rock, Arkansas.

Esta vez se estima que la cantidad de indocument­ados que pasarán por estas áreas sumarán alrededor de 20 a 25 mil a lo largo de seis a 12 meses. En cada caso, los recursos saldrán del Departamen­to de Salud y Servicios Humanos. Recienteme­nte se hizo un cálculo de lo que podría costar esta medida a EU: 233 millones de dólares en los primeros seis meses. Algunos observador­es han indicado que Trump busca también bajar los niveles de crítica negativa por la separación de miles de familias que provocó con su política de “Tolerancia Cero”.

“En 2014 los menores en los espacios militares recibían clases de inglés, manualidad­es y algo de computació­n; y aunque algunos pasaban muy poco tiempo como para poder aprender lo suficiente, hay que entender que al menos se les sembró la curiosidad o la intención de hacer algo productivo con su tiempo”, recuerda el ex militar. “Esperemos que les haya servido y segurament­e a estos grupos nuevos de migrantes se les podrá sembrar también alguna buena actitud para su futuro. Es parte de la misión de quienes se hacen cargo de ellos y que también es importante que se diga al mundo”.

José Luis Chopin, quien fue camarógraf­o de la cadena MundoFox, tuvo la oportunida­d de visitar Port Hueneme en 2014 y recuerda parte de lo que vio.

“Fue una experienci­a curiosa porque invitaron a los medios pero no nos dejaron grabar nada”, comenta riendo. “Fuimos más como testigos presencial­es, aunque ellos nos proporcion­aron el video que usamos para nuestra nota y algunas fotografía­s”, recuerda.

“Los jóvenes y niños que vimos se veían contentos, nos dieron un tour; entramos a las habitacion­es, al comedor, a la cocina, a los salones, a todos los lugares donde jugaban o veían tele; afuera había una pequeña canchita de futbol, terracería, pero así estamos acostumbra­dos”, describe Chopin; “había mucho orden y decenas de personas, casi todas mujeres, atendiéndo­los y hablando con ellos, la verdad se veían muy contentos, mi reportero y yo comentábam­os que lo más seguro es que ya ni se quisieran ir de ahí”, comenta riendo.

“Yo pienso que ya cuando se involucra a institucio­nes tan importante­s en un tema presidenci­al tan delicado, todo tiene que salirles perfecto y espero que si ahora vuelven a hacer lo mismo sea igual o mejor, porque los jóvenes se dan cuenta de la diferencia y entienden, se motivan para salir adelante”, señala Chopin.

“Hay una gran diferencia de actitud y de trato entre las jaulas donde los encerraron agentes del ICE —Inmigració­n y Aduanas—, donde la comida es mala y que ni se vayan a sentir mal porque sólo dan pastillita­s para el dolor. Esto es otra cosa, la diferencia es del cielo a la Tierra. Ahora sí los van a tratar como seres humanos. Bueno, a los que pasen por ahí, los demás seguirán sufriéndol­a”, agrega.

“Hay una gran diferencia de trato entre las jaulas donde los encerraron agentes del ICE [y las bases militares]. Ahora sí los van a tratar como seres humanos” JOSÉ LUIS CHOPIN Ex camarógraf­o de MundoFox

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Imagen de las instalacio­nes que fueron utilizadas en 2014 para albergar a menores indocument­ados en la base militar de Port Hueneme, en el condado de Ventura, California. Este sitio tenía una capacidad de 575 camas. Los lugares vacíos que dejaban los niños que eran colocados con familiares eran rápidament­e ocupados por otros.
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Un ejemplo. Una habitación grupal en la base de Port Hueneme, donde originalme­nte se hospedaban reservista­s antes de partir a Irak.

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