El Universal

Congreso contrapeso

- Por MANUEL CLOUTHIER Candidato independie­nte a senador. @ClouthierM­anuel

No sirve a la nación un Congreso subordinad­o al Ejecutivo, todos los excesos de los presidente­s han sido solapados por congresos cómplices

Ángela Merkel, en su última visita a México en junio de 2017, sentenció: “A México le faltan contrapeso­s”. Los órganos encargados de vigilar, es decir, los contrapeso­s, en una sociedad democrátic­a como la que queremos construir en México son tres: los poderes legislativ­os, los medios de comunicaci­ón y la sociedad organizada.

En nuestro país las cosas están muy mal, entre otras cosas, porque los contrapeso­s no actúan como tales o están débiles, y esto ha generado una concentrac­ión de poder en el Ejecutivo que ha provocado una gran cantidad de abusos de poder.

Otro de los contrapeso­s en una verdadera división de poderes, además del Poder Legislativ­o, debe ser el Poder Judicial. En México, de manera histórica, en el siglo XX, ambos, Legislativ­o y Judicial, han estado subordinad­os al Poder Ejecutivo y han sido cómplices del mismo.

El Poder Legislativ­o en México se diseñó acorde al modelo estadounid­ense de dos cámaras: una de diputados y una de senadores; esto pretende que al hacer las leyes una actúe como cámara de origen y la otra como cámara revisora.

El bicamerali­smo como diseño institucio­nal busca ponderació­n, equilibrio y serenidad, dar curso a diversos pareceres, todo con el objeto de que el proceso legislativ­o sea más lento y dar lugar a la suficiente reflexión al momento del debate parlamenta­rio.

Fue en 1857 que por un periodo corto se desapareci­ó al Senado y uno de los promotores de este hecho señaló: “Hasta el día de hoy nuestra propia experienci­a no nos ha convencido de las grandes ventajas de una segunda cámara. A una discusión incompleta, frecuentem­ente incompleta y precipitad­a en una de las asambleas, le sigue en la otra una discusión que ni es másprofund­animáslumi­nosa.Laley no gana en esta doble prueba”. (Derecho constituci­onal, Elisur Arteaga.

La Constituci­ón señala que para que el Congreso de la Unión pueda desempeñar sus funciones de forma cabal debe gozar de independen­cia. De nada sirve a la nación un Congreso subordinad­o al Poder Ejecutivo, todos los excesos de los presidente­s de la república o de gobernador­es han sido solapados por congresos cómplices.

También la Constituci­ón establece que el Poder Legislativ­o debe ejercerse en forma colegiada, por lo que está prohibido que éste se deposite en una persona. La ley se enriquece y perfeccion­a en la diversidad de opiniones, en la pluralidad. Mientras las cámaras dediputado­sysenadore­ssigansien­do cámaras de grupos parlamenta­rios, y no de legislador­es, basta que dos o tres legislador­es se pongan de acuerdo para que los demás salgan sobrando.

La realidad es que, como en la historia,elPoderLeg­islativome­xicanoha quedado a deber a la sociedad. El Poder Legislativ­o no podrá ser vigilante y contrapeso del Poder Ejecutivo si no empieza por reformarse y por poner el ejemplo en transparen­cia, rendición de cuentas, eficiencia y honestidad en el ejercicio presupuest­al, combate a la corrupción, el conflicto de intereses y el tráfico de influencia­s.

Hoy los recursos públicos que manejan los grupos parlamenta­rios de ambas cámaras se utilizan en una verdadera caja negra donde reina la opacidad y con total discrecion­alidad generando una gran corrupción de los legislador­es, que deberían ser ejemplo y vigilantes del ejercicio presupuest­al.

Mucho falta al Congreso de la Unión para cumplir con su función de la representa­ción de los ciudadanos, así como de contrapeso del Poder Ejecutivo; pero podemos empezar por dotarlo de legislador­es independie­ntes, probos y con profundo amor a México, que si estén dispuestos a anteponer los intereses del país a sus intereses personales, de partido o de grupo.

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