Pejenomics II
Si las encuestas y las predicciones no se equivocaron garrafalmente, hoy Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ya es presidente electo de México y su partido, Morena, aumentó considerablemente su huella en el Congreso de la Unión y en los estados y municipios del país.
Una de las principales incógnitas del cambio de regimen que significa AMLO tiene que ver con su propuesta económica. Y así como sus asesores han ido explicándola a empresarios, fondos de inversión, bancos y calificadoras de riesgo, recientemente publicaron la segunda parte de Pejenomics.
“Este volumen es el bueno”, me dijo hace unos días Alfonso Romo, el coordinador del proyecto de nación y probable jefe de Gabinete de AMLO.
Los diseñadores de dicho documento son, además de Romo, Abel Hibert, coordinador económico; Graciela Márquez, propuesta para secretaria de Economía; Gerardo Esquivel, asesor económico y Jesús Seade, su carta para terminar de renegociar el TLCAN.
“Pejenomics II detalla los puntos más cruciales del programa económico de AMLO para fomentar la competencia, estrechar los lazos económicos con el exterior y hacer que los beneficios económicos del crecimiento se repartan entre todos los mexicanos”, se lee en la introducción.
Buena parte de las políticas busca devolver al Estado un rol preponderante en la economía. Claro ejemplo de ello son las políticas industrial y agropecuaria que se detallan en Pejenomics.
AMLO propone establecer precios de garantía para los productores que venden sus cosechas en los mercados locales y que tienen a la agricultura “como forma de subsistencia”. En tanto, los productores “altamente competitivos seguirán disfrutando de las ventajas del libre comercio y de su integración con el mercado global agroalimentario”.
De acuerdo con la visión del equipo económico del fundador de Morena, una política de precios de garantía dará mayor certidumbre a los agricultores sobre sus ingresos y reducirá el impacto de la especulación.
Junto con esta política, AMLO planea sumar otras de corte social y laboral para “compensar el ingreso de las familias pobres y permitir el desarrollo de sus capacidades por medio de la salud, la educación y el empleo digno”.
En cuanto a la política industrial, que durante varias décadas se consideró que lo mejor era una limitada intervención del gobierno (“no hay mejor política industrial que la que no existe”, decían) se proyecta que la Secretaría de Economía asuma un rol más activo en la promoción de la inversión y la generación de empleo.
“Las PyMEs generan el 72% de los empleos del país. Daremos seguimiento institucional, crédito e incentivos para la formalidad y la creación de nuevas empresas. Brindar estabilidad, certidumbre y medios para desarrollar a las pequeñas y medianas empresas es parte fundamental de una estrategia de crecimiento sostenido”, expone.
Sobre el tema del crédito, otro forma como el Estado va a aumentar su participación en la economía es a través de la banca de desarrollo.
Según Pejenomics, usar la banca de desarrollo como una herramienta para ayudar a los emprendedores y aumentar el crédito se realizará mediante dos esquemas de financiamiento y metodologías de evaluación de proyectos:
El primero incluye la implementación de una estrategia que promueva el crédito productivo y que fortalezca la banca de primer piso; y en segundo lugar, se estimulará la creación de bancos múltiples y de desarrollo en nichos donde existen oportunidades de mercado, mientras que se buscará reforzar a las entidades reguladoras para que eviten los abusos de las instituciones financieras.
Otro de los círculos viciosos que busca romper AMLO es lo que describe como “capitalismo de cuates”, el cual consiste en que la mayoría de las empresas y empresarios que obtienen grandes contratos públicos o concesiones del gobierno son por “arreglos” con políticos y funcionarios.
“Buscamos una verdadera economía de mercado en la que las empresas compitan, innoven y beneficien a los consumidores. Para ello es necesario un Estado fuerte, que haga valer las leyes y cree mecanismos para asegurar la libre competencia”, indica el documento.
Las compras del gobierno, se añade, serán transparentes, eficientes, eficaces y fomentarán la competencia. “Así, con reglas claras, las empresas podrán participar en licitaciones transparentes para proveer los bienes y servicios necesarios para el funcionamiento del gobierno. Al descentralizar el gobierno federal, los beneficios se distribuirán por todo el país. Eso se traduce en empleos, crecimiento y justicia social”.
Con respecto al crecimiento de la infraestructura y su política para cerrar las brechas regionales en el país, se proponen tres grandes proyectos.
El primero es el Tren Maya que irá de Cancún a Palenque y que, según el análisis de Pejenomics, detonará proyectos regionales inclusivos y respetuosos con el medio ambiente y detonará la apertura de nuevos centros de interés turístico.
Otro proyecto es el Corredor Transístmico en la región del Istmo de Tehuantepec. AMLO propone recuperar la vía férrea entre Salina Cruz y Coatzacoalcos para generar un corredor que satisfaga la demanda de transporte y vincule el Pacífico con el Golfo de México. Asimismo, se planea invertir en la refinería de Salina Cruz para que produzca a su máxima capacidad.
Finalmente, en cuanto a comercio internacional y diversificación de mercados se propone aumentar la presencia de exportaciones mexicanas en otros estados. “El gobierno de México debe colaborar con los empresarios y los trabajadores para abrir esos espacios”, expresa.
Para ello, se buscará diversificar el origen de las exportaciones mexicanas (actualmente casi 70% están dirigidas a cinco estados de EU: California, Texas, Michigan, Arizona e Illinois).
La política económica propuesta por AMLO, agrega Pejenomics, incentivará el uso de nuevas tecnologías, premiará la capacitación de los trabajadores y aumentará las exportaciones. “Va a ser necesario abrir las oportunidades a las pequeñas y medianas empresas. El 95% de nuestras exportaciones son producidas por grandes empresas. Se invertirá en infraestructura que le permita a las Pymes exportar sus productos. Así se crearán más y mejores oportunidades que se traducirán en salarios dignos”.
En cuanto al salario mínimo, la propuesta es aumentarlo a 171.8 pesos diarios a través de un incremento de 15% anual. “Así, los empresarios tendrán tiempo para reaccionar, ajustar sus costos y absorber cualquier posible impacto”, señala.