Cambio en la tv obliga a mejorar
La forma de consumir series dio su lugar a los escritores y abrió la posibilidad a desarrollar nuevas propuestas que el público agradece
La manera de consumir programas de televisión, en particular las series, ha cambiado radicalmente gracias al desarrollo de nuevas plataformas de visualización, que permiten a los usuarios acceder desde cualquier dispositivo conectado a internet. Por otra parte, la gran demanda ha provocado que las televisoras modifiquen sus esquemas de producción y se abran a nuevas propuestas, tanto de historias como de formas de realización, lo que implica la necesidad de contar con un número de directores, actores y guionistas para cubrir las necesidades de ofrecer más productos.
En el caso de México, el agotamiento de los formatos y las fórmulas aplicadas por las cadenas de tv, abrió la posibilidad desde hace casi una década, para el desarrollo de nuevas oportunidades y campos de trabajo para el talento nacional, en particular de los escritores, cuyo trabajo es revalorado y considerado ya como el punto de partida de todo proyecto.
Por otra parte, el desarrollo global generado por canales como HBO y plataformas como Netflix, incluido la forma de presentar las películas o los programas, sin comerciales y con temporadas completas disponibles para el usuario, permitió la producción de series no sólo arriesgadas, sino basadas en aspectos de la realidad compartidos por todos los seres humanos, como la migración, las crisis económicas, el tráfico de drogas o personas, así como la violencia de género o la guerra, como temas centrales de las nuevas series. A la fecha podemos ubicar a algunas propuestas como clásicas de géneros como comedia, drama y terror.
Se trata de una nueva época para las series y sus creadores; en el caso de México, los escritores nacionales encontraron la oportunidad de poder sumarse a una ola que, por el momento, aún no encuentra su punto más alto. En los últimos 10 años, se han estrenado series producidas en el país con estándares de calidad internacional, las cuales fueron muy bien recibidas por la audiciencia local. Encontramos como ejemplos a Los simuladores (2002), Capadocia (2008) y Señor Ávila (2013), cuyas historias fueron creadas de a cuerdo con los cánones que establece el lenguaje televisivo contemporáneo, marcado por el dinamismo y el desarrollo de personajes con los que el espectador se puede identificar de inmediato.
Daniela Moyes, escritora de series de televisión, tiene una amplia perspectiva sobre el éxito de este formato y de las plataformas en internet.
“El cambio principal es la forma de ver cine, que se adapta a los tiempos con proyecciones en 3D, 4D y otros que vienen, como la realidad virtual. Así que canales como HBO, pionera en este terreno, o Netflix, han marcado las tendencias en los últimos, sobre todo con las series, que las ofrecen de una manera inédita con una gran calidad.
“Un punto relevante es que las series son muy adictivas, y los productores y los canales lo saben desde luego, por lo que procuran explotar esta circunstancia al maximo, pues eso las vuelve muy rentables. Incluso existen estudios serios sobre qué pasa en el cerebro de las personas para que no puedan dejar de ver una serie.
“Es un fenómeno muy interesante, porque las plataformas —Amazon prime, Blim, Youtube Red— han cambiado a la sociedad de tal forma que la demanda por nuevas series es cada vez mayor. Ahí es donde entramos los escritores mexicanos, porque si hace una década nos quejábamos de no poder vivir de esto, ahora eso ha cambiado totalmente. Sobre todo porque gracias a internet, que tiene una capacidad de almacenamiento gigantesca, genera oportunidades para todos los involucrados, directores, productores, equipo técnico, en fin, así que el crecimiento de series disponibles se ha incrementado de manera exponencial, así que a ellos también les ha cambiado la vida”.
El factor social, la realidad. La labor de los escritores se ha visto influida por la realidad que enfrentan los países de prácticamente todo el mundo, llena de violencia doméstica, tráfico de personas y drogas, así como situaciones de la guerra.
Frente a ese panorama, series como Juego de tronos, que desde la fantasía habla de la condición humana, o Los soprano, la historia de una familia de mafiosos contemporáneos, que sufre como cualquier mortal, pero resuelve sus problemas con auténtica maldad, han logrado éxitos sin precedentes en la televisión mundial.
Para México, el panorama se visualiza lleno de oportunidades para contar historias cercanas a esa realidad, que se ha vuelto universal, para que hablen de temas similares, además de contar con esquemas de producción con altos estándares de calidad.
También está el hecho de que, mientras los autores pueden encontrar “inspiración” en su entorno, las empresas productoras de televisión estan cada vez más dispuestas —incluso necesitadas— de contar con material renovado, al tiempo de ofrecer a los guionistas la posibilidad de ver sus historias en pantalla, no sólo de nuestro país, sino de todo el mundo, para así cerrar un círculo virtuoso que contempla tanto el aspecto comercial, como el dé una lectura nada compleja de lo que ocurre en este momento de la historia en nuestra sociedad.