ESPAÑA PAGA “HIERROS”
La Furia Roja, que despide al DT previo al Mundial, cae en la trampa del conjunto ruso y en los penaltis queda sorpresivamente fuera, pese a ser gran favorita
Moscú.— Rusia ya ganó su Mundial. Ni el más recalcitrante aficionado de los locales los daba como cuartofinalistas de su Copa del Mundo; menos, si en el camino enfrentaban a España. Hagan lo que hagan, lleguen a donde lleguen, ayer ganaron su final, en el estadio más imponente de Rusia 2018, y ante un fervor nunca antes visto por un anfitrión en ediciones pasadas.
Mucho le deben al entregado público ruso y a los más de 140 millones que paralizaron al país para ver el partido de octavos de final.
También un poco al silbante holandés Bjorn Kuipers, quien no se atrevió a señalar penalti en la parte final del segundo tiempo extra, pese a dos claros jalones sobre Sergio Ramos y Gerard Piqué, cuando buscaban el remate que diera la victoria al favorito.
El entrenador Stanislav Cherchésov tuvo claras las ideas para enfrentar a la estrellas estrelladas de España. Les tendió una trampa tan evidente como peligrosa. Desde que inició el juego, mostró lo que deseaba: llevar a España a la definición por penaltis. Sabía que era la única manera de llegar a la victoria.
Fernando Hierro también sorprendió al dejar a Andrés Iniesta en el banco de suplentes, algo que no sucedía desde Sudáfrica 2010, cuando contra Honduras, el técnico Vicente del Bosque no quiso arriesgarlo al estar tocado.
El plan defensivo ruso fue efectivo muy poco tiempo. Al 11’, en un tiro de esquina, llegó Sergio Ramos a rematar, pero antes, la pierna de Sergey Ignashevich tocó la pelota para meterla en propia meta. Se-
gundo autogol de la selección rusa en el Mundial.
Se supondría que España llevaría una tarde tranquila. No fue así. El medio tiempo ya estaba cerca cuando Piqué cometió un grotesco error. Al contar con poco ataque, los rusos tenían en la pelota parada y en los 196 centímetros de estatura de Artem Dyzuba a sus mejores armas. Y fue así: un cabezazo del delantero encontró la mano del jugador del Barcelona español, para un penalti claro que decretó el 1-1, por la estupenda ejecución del propio Dzuyba.
A los 96 minutos se estableció un hecho histórico. Primera vez en Copas del Mundo que hay cuatro cambios. Fue el ingreso de Aleksandr Erokhin por Daler Kuziaev el movimiento ordenado por Cherchésov. España también lo hizo con la salida al campo de Rodrigo por Asensio.
Pasaron 108 minutos para que el favorito por fin encontrara un espacio que Rodrigo no capitalizó, tampoco Carvajal en el contrarremate.
La definición por penaltis fue una cátedra de determinación rusa. Koke y Aspas fallaron; los locales no. Tuvieron el final perfecto y son muy merecidos cuartofinalistas en su fiesta. •