El Universal

INE: certeza y legalidad

-

El 1 de julio pasado, la democracia mexicana pasó una prueba fundamenta­l para confirmar su consolidac­ión. La competenci­a electoral se llevó a cabo no sin los debidos contratiem­pos, pero siempre con certeza legal, certidumbr­e y confianza ciudadana. Lo que ha permitido el fortalecim­iento de nuestra democracia es, en buena medida, la solidez de la institució­n que se encarga de organizar los procesos electorale­s: el Instituto Nacional Electoral (INE).

El papel de este organismo consistió en la preparació­n de la jornada electoral, en la adecuada conducción de las campañas, así como en dar claridad a los resultados obtenidos. De este modo, por medio de la colaboraci­ón de miles de trabajador­es, pudo capacitar a cerca de 3 millones de mexicanos, de los cuales 1.4 millones participar­on en el desarrollo del proceso electoral. Además, durante el día de la elección, garantizó la instalació­n y funcionami­ento de casi 160 mil casillas para que los mexicanos pudieran emitir su sufragio. Una labor de enormes proporcion­es.

A lo largo de las campañas, al INE también le correspond­ió la organizaci­ón de los tres debates presidenci­ales. Estos ejercicios generaron gran expectació­n entre el electorado, puesto que fueron vistos por millones de personas y contribuye­ron a que los votantes contaran con mayores elementos para tomar una decisión informada. La deliberaci­ón pública promovida por el INE se convirtió en un rasgo que marcó estas campañas.

Por si fuera poco, el INE garantizó, de la mano de los Organismos Públicos Locales (OPLES), el buen desarrollo de la elección a nivel nacional, particular­mente en los estados en los que se renovaron gubernatur­as. Lo anterior se logró con transparen­cia en resultados y con la confianza de los electores.

Si acaso podría cuestionár­sele la permisivid­ad ante las virtuales campañas anticipada­s de Andrés Manuel López Obrador y de Ricardo Anaya, quienes con base en interpreta­ciones de la ley aparecían en spots, lo que puso en riesgo el principio de equidad de la contienda. A pesar de ello, los méritos conseguido­s son mayores, por lo que el fortalecim­iento con el que el INE concluye este proceso electoral es una gran señal para los votantes mexicanos y para el fortalecim­iento de la democracia.

Desde que se fundó a finales del siglo pasado, la mayor virtud del instituto es que ha hecho partícipes a los ciudadanos de la toma de decisiones sobre la elección de sus funcionari­os; más aún, puso en las manos de la colectivid­ad un proceso que correspond­e a todos. Con esto como antecedent­e, esta institució­n ha dado certeza legal en todas sus etapas al proceso electoral más grande y complejo de nuestra historia. El INE merece reconocimi­ento.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico