Hallan entierros humanos y yugo totonaco en Veracruz
Trabajos de salvamento arqueológico en la construcción de un gasoducto al norte de Veracruz sacaron a la luz diversos vestigios arqueológicos, como entierros humanos y un yugo totonaco, una de las pocas piezas de ese tipo que se han encontrado hasta ahora en contextos arqueológicos.
En un boletín, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó que la pieza de unos 40.5 centímetros de largo, 37 cm de ancho y 10 de espesor representaría a una serpiente, tiene labradas dos cabezas humanas en sus remates y un rostro felino en su curva externa.
El yugo, según reportaron los arqueólogos encargados de los trabajos Octavio Castañeda, Rubén Abasolo y Salvador Pérez, fue hallado en tres piezas en un terreno cercano a la laguna de Tamiahua. En tiempos prehispánicos, refiere el instituto, “quienes participaban en juegos de pelota usaban una vestimenta cuya base era un aditamento con forma de U, hecho de madera, cuero o algodón, el cual ceñían a sus caderas a fin de golpear la pelota con seguridad”. Esos objetos eran replicados en piedra y utilizados con fines rituales.
Sin embargo, este yugo recién hallado no está asociado a arquitectura monumental o alguna ofrenda. La explicación de los arqueólogos es que en ese lugar debieron existir viviendas construidas con materiales perecederos o fue una pieza depositada ahí como un tributo a las fuentes de agua. “Basados en fuentes documentales que asocian los yugos no sólo a juegos de pelota sino también a pedimentos o tributos a fuentes de agua, podríamos explicar su hallazgo dado que en el sitio hay muchas hondonadas que en temporada de lluvia se convierten en arroyos. Sin embargo, no tenemos elementos suficientes para determinar su función original”, señalan.
En esos trabajos de salvamento, los arqueólogos también ubicaron 41 sitios entre Tamaulipas y Veracruz, donde recuperaron material cerámico, lítico, restos humanos y huesos de animales. Entre los entierros destacan los de una mujer de entre 40 y 45 años, y de un hombre de 20 a 25 años, que son estudiados por antropólogos en la Ciudad de México.