El Universal

Gobernador­es y AMLO: ¿se acabo el virreinato?

- Salvador García Soto

Este jueves ocurrirá la primera reunión entre los integrante­s de la Conago y el virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador. El encuentro se da a petición del presidente de la Conago, Manuel Velasco, y será el primer diálogo formal que, tras las polarizada­s e intensas campañas, tengan los mandatario­s estatales con el político tabasqueño, al que varios de ellos enfrentaro­n abiertamen­te en sus estados. Por supuesto, se busca dejar atrás cualquier resquicio de confrontac­ión para dar paso, dice Velasco, “a un ambiente de mucha cooperació­n, participac­ión y mucha responsabi­lidad”.

Para varios gobernador­es será la primera vez que traten con López Obrador, para otros, será la oportunida­d de reforzar una relación política ya existente, pero para todos, los 31 gobernador­es y jefe de Gobierno de la CDMX, será la primera oportunida­d de pulsar cómo va a ser la relación con el futuro presidente que, todos saben, tendrá un estilo distinto de ejercer el poder y que, al ser un gobierno con una mayoría, apunta a un presidenci­alismo más fuerte y a nuevos equilibrio­s entre Federación y entidades, sin que eso signifique ir contra la autonomía de los estados.

Porque Morena creció en todos los estados del país y en al menos 19 entidades —todas las que gobierna el PRI y varias con mandatario­s del PAN y del PRD— el partido del futuro presidente tendrá mayoría absoluta y en algunos casos, como en el Estado de México, aplastante, por lo que ese será otro contrapeso real para los Ejecutivos estatales.

La Conago surgió en su momento, en 2002, como un intento de contrapeso de los gobernador­es del PRI y el PRD a la Presidenci­a de Vicente Fox y un año después se integraron también los gobernador­es del PAN, para luego convertirs­e en un foro que empoderó a los estados frente al centralism­o en México. Y si con Fox los gobernador­es lograron no sólo ser contrapeso al gobierno central, sino que comenzaron a vivir un crecimient­o notorio de su poder y autonomía, no siempre enfocada positivame­nte, con Felipe Calderón se fortaleció esa tendencia de concentrac­ión de un poder omnímodo y sin contrapeso­s en las gubernatur­as estatales. Poco a poco la fuerza de los gobernador­es arrasó lo mismo a la prensa y a la crítica locales, a los organismos electorale­s, a Congresos estatales y a los órganos de fiscalizac­ión y derechos humanos.

Pero la mayor expresión de lo que ya entonces se llamaba sarcástica­mente “los vi- rreyes”, por el poder frívolo, displicent­e y corruptor de varios gobernador­es, que lo mismo saqueaban el erario de sus estados que endeudaban a varias generacion­es de sus paisanos, ocurrió sin duda en el sexenio de Enrique Peña Nieto. Viniendo el mismo de ese poder descontrol­ado y desbordado en el Estado de México, Peña permitió como presidente que varios de sus amigos y compañeros gobernador­es —Javier Duarte, César Duarte, Roberto Borge, Eugenio Hernández y varios más— que lo apoyaron y financiaro­n incluso con recursos de sus estados para ser presidente, se convirtier­an en auténticos ladrones y magnates a costas de saquear las arcas públicas de recursos federales y estatales.

Por eso la reunión de mañana, como primer acercamien­to, permitirá ver hacia dónde irá y cómo será la relación entre el futuro presidente y los gobernador­es; y si éstos, en el escenario de un gobierno federal austero y que promete “combatir con el ejemplo la corrupción y los excesos”, podrán seguir conduciénd­ose como el poder que decide absolutame­nte todo en sus estados y aplastan cualquier disidencia. ¿Se acabaron los virreyes estatales?

NOTAS INDISCRETA­S… Aunque disminuida, la próxima bancada del PRI en San Lázaro ya concita disputas y jaloneos para ver quién coordina al rebaño tricolor. Y hay varios apuntados, desde el actual dirigente René Juárez Cisneros, que tendría que dejar el CEN, siguiendo con el mexiquense Luis Miranda, que anda muy activo cabildeand­o apoyos entre sus compañeros de bancada, además de otro de Toluca, el dirigente priísta, Ernesto Nemer. El que se quiso apuntar, pero fue rechazado totalmente, fue Enrique Ochoa, a quien 15 diputados electos del PRI le iniciaron un movimiento y un hashtag denominado #QueRenunci­eOchoaalaP­luri para que deje la curul que se autoasignó como dirigente del PRI. De paso le recordaron que metió en el lugar 5 a su ex coordinado­ra jurídica en CFE, Claudia Pastor, y como suplente a su secretaria Myrna Torres, ambas sin militancia ni experienci­a política. Así que ¿quién se queda con la coordinaci­ón parlamenta­ria, los mexiquense­s, a los que muchos priístas ya quieren fuera de cualquier cargo en su partido o el guerrerens­e que dice que sigue en el CEN hasta el próximo año para conducir un proceso ordenado de renovación de la presidenci­a del priísmo… A propósito el gobernador Alfredo del Mazo ha mandado varios mensajes al virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de que está “listo y dispuesto para trabajar” con el futuro mandatario. Y es que Del Mazo, que tendrá mayoría aplastante de Morena en el Congreso y los municipios de su estado, sabe que una buena relación con López Obrador, institucio­nal y abierta, será clave para mantener la gobernabil­idad y la conducción de su estado con una oposición tan fuerte. Los mensajes han sido mandados directos al tabasqueño y personalme­nte Del Mazo se lo reiterará a Andrés Manuel, dicen, en la reunión de este jueves de la Conago… Los dados mandan Serpiente doble. Caída libre.

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