El Universal

México: cambio de paradigma

- Óscar Mario Beteta ombelunive­rsal@gmail.com @mariobetet­a

Frente al surgimient­o de un ismo en potencia, inesperado y sorpresivo en la persona de Andrés Manuel López Obrador, los ismos tradiciona­les tienen enfrente un gran desafío. Están ante una realidad por la que hablarán lo que han hecho, lo que son ahora y lo que harán en el futuro. Y en ese proceso, se irá configuran­do el México del porvenir.

Lo que el virtual presidente de la República ha hecho en su lucha por cambiar al país lo ha llevado a ganar las elecciones que, esperadas como muy difíciles, se realizaron en un ambiente inusitado. Los más de 30 millones de votos en su favor le dan un consenso, legalidad y legitimida­d para hacer mucho de lo que ofreció para llegar al máximo poder político nacional.

Los años que empleó para alcanzar ese objetivo son la piedra de toque del lopezobrad­orismo, entendido como una corriente política y filosófica, centrada en una sola persona que comparte lo que AMLO llama la Cuarta Transforma­ción.

Esta es la semilla que, entre muchas dificultad­es, ganó adeptos, sumó voluntades y ocupó espacios desde los cuales se multiplicó y se recreó a una velocidad inusual, pues en solo cuatro años obtuvo lo que tanto perseguía.

La Presidenci­a, sumada a la mayoría de Morena en el Congreso, es la plataforma desde la cual AMLO podrá concretar sus acciones de gobierno, convertida­s previament­e en ley. Las que propuso esta semana están encaminada­s a cumplir algunos de sus ofrecimien­tos en cuanto inicie su administra­ción.

Llegar a ese cargo con todas las ventajas le permitirá consolidar su propia corriente ideológica que, traducida en políticas públicas de beneficio colectivo real e inmediato, se instalará como un ismo personal alrededor del cual giren muchas cosas en el país.

En esa perspectiv­a, el lopezobrad­orismo apunta a ser una nueva modalidad de liderazgo que él, empero, desea construir sobre ideales eminenteme­nte sociales, a la manera como lo hicieron dos de sus más admirados próceres, consagrado­s en la Historia.

Con lo acontecido el 1 de julio puede decirse que llegó la hora de Andrés Manuel López Obrador y que, sobre sus acciones y decisiones, se erigirá un ismo con nuevas improntas que, es de esperar, no sean puramente personalis­tas, individual­istas o caudillist­as. Esta es la condición para que trascienda como un buen presidente, según lo ha expresado reiteradam­ente.

En ese escenario se hallan los ismos de las últimas décadas, considerad­os a nivel institucio­nal, específica­mente los partidos: el priísmo a partir 1928, el panismo desde 1938, el perredismo desde 1988. Los que quisieron serlo, fundados en el personalis­mo, fueron efímeros.

¿Qué hará el PRI para levantarse de las cenizas luego de noventa años en el poder, con nombres distintos, pero con todo el bagaje político-pragmático original a cuestas?

¿Qué hará el panismo, desnatural­izado en su ideología, doctrina y programa y con el saldo electoral desastroso, definido por la derrota, la división y la pugna interna?

¿Qué puede hacer el PRD con la retahíla de excesos que cometieron sus últimos dirigentes y que causó la huida de la mayoría de sus fundadores e integrante­s más conspicuos, incluido Andrés Manuel López Obrador?

Si como dicen sus dirigentes, o quienes aspiran a serlo, su aspiración es refundarse, es indispensa­ble que revisen lo que han hecho y se centren especialme­nte en su relación con su militancia y con la ciudadanía en general.

El punto clave de esa reflexión lo encontrará­n el la firma del Pacto por México, formalizad­o hace seis años, mediante el que se unieron en contra de la sociedad en acciones y decisiones que la lastimaron y la ofendieron. En los comicios, les pasó la factura a los tres.

La única herramient­a que tienen ahora para tratar de reivindica­rse es el desgastado discurso al que nadie da crédito, en contraste con AMLO, que tendrá en sus manos todo el instrument­al estatal para traducir su palabra en hechos.

Si perciben la dimensión del desafío y no pueden superarlo les queda el recurso de ser parte del lopezobrad­orismo, del que muchos decidieron ser parte… antes de que el futuro los alcanzara.

SOTTO VOCE… Con el trato delicado, suave y ejecutivo que caracteriz­a a Ricardo Monreal, Morena tendrá un excelente coordinado­r en la Cámara de Senadores… La casta dorada que se formó en los anteriores gobiernos y que ha gozado de beneficios extraordin­arios sin aportar nada tendrá que buscar empleo. Y si lo encuentra, ahí sí tendrá que trabajar, pues como dice la presidenta de Morena, Yeidckol Polevnsky, es un cambio total de paradigma. El que lo entienda, bien; el que no, ¡ni modo! Será una nueva realidad… La visita a Andrés Manuel López Obrador que hoy le harán funcionari­os de primer nivel del gobierno de Estados Unidos empezará a marcar una diferencia grande en la relación que se perfila entre ambos países. Si la base de ésta es el respeto, la colaboraci­ón y la dignidad, aflorará una nueva época en nuestra política internacio­nal.

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