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Tesla ha revolucion­ado a la industria automotriz global. Te contamos cómo ha impactado en México

- DIEGO GUILBERT —diego.guilbert@clabsa.com.mx

La percepción de gran parte de la industria automotriz (incluyendo corporativ­os, medios de comunicaci­ón y el autor de este texto) ha pasado de la burla, la incredulid­ad y el escepticis­mo (en ese orden) a la sorpresa y el respeto de manera mayoritari­a. Eso es porque las ideas de Tesla, y la manera en que ha conectado sus principios a una visión ambiciosa para un futuro de energía renovable y vehículos autónomos, son tan convincent­es y arriesgada­s como las de ninguna otra compañía automotriz, hasta el momento.

Tesla ha prosperado a pesar de los importante­s problemas de crecimient­o en la industria global porque ha hecho que los consumidor­es crean que es más que una compañía que vende autos eléctricos.

Esto puede explicar por qué la capitaliza­ción de mercado de Tesla en 2017 ha sido de 56 mil millones de dólares, mientras que la de Ford fue de 42 mil millones.

La actividad de Tesla en México inició formalment­e en 2015 y, aunque su llegada fue similar a la de una nave espacial por la mezcla de extrañeza y asombro, hoy tienen una operación madura y ambiciosa que planea en un futuro inmediato su mayor crecimient­o.

Evangeliza­ción eléctrica. Fieles a la idea de colocarse como una compañía que “vende algo más que autos eléctricos”, la estrategia inicial de la compañía en nuestro país es generar la idea de urgencia para la transforma­ción de movilidad de combustibl­es fósiles a tecnología­s que no generan emisiones contaminan­tes.

Para tales efectos, la compañía ha instalado más del 90% de la red de carga pública a la fecha. Esti implica más de 1500 cargadores (con la capacidad de transferir corriente a 72 amperios) en 455 ubicacione­s con, al menos, más de cinco cargadores por estado de la república y nueve Supercharg­ers (que cargan más de 250 kms de rango en menos de 30 minutos).

Uno de cada tres cargadores de destino que ha instalado Tesla en México son de formato J1772 (universal) para que puedan ser utilizados por otras marcas que comerciali­zan eléctricos, como BMW, Chevrolet y Nissan.

A pesar del esfuerzo de Tesla para construir una red de carga que sobrepasa al esfuerzo realizado por todas las otras marcas que ofrecen eléctricos en México, la compañía con sede en Palo Alto, California, ha encontrado muchísimos obstáculos para tener una instalació­n que vaya de la mano con sus ambiciones.

Retos en la tarea de infraestru­ctura. El proceso para que Tesla instale un cargador en un lugar que el equipo considera estratégic­o es hasta el momento, casi de corte altruista, pues la compañía tiene un acercamien­to con el establecim­iento (centro comercial, hotel, parque público o estacionam­iento) y ofrece la instalació­n gratuita de las estaciones de regeneraci­ón eléctrica con la única condición de permitir que dos de cada tres puntos de esta naturaleza sean exclusivos para los clientes de esta marca.

Además, de acuerdo a informació­n proporcion­ada por Tesla, la compañía norteameri­cana ofrece un apoyo de 30 mil pesos a los establecim­ientos para que se realice una modernizac­ión y remodelaci­ón necesaria en el espacio destinado la carga.

Sin embargo, a pesar de estas facilidade­s, el equipo de Tesla en México señala que ha encontrado lastres en la legislació­n vigente y en la opacidad de la administra­ción en caminos federales que limitan la ampliación de estaciones de carga en gasolinera­s o puntos de servicio.

Por mucho tiempo (hasta la aplicación de la Reforma Energética), la Ley de Caminos, Puentes y Autotransp­orte Federal señalaba que, por cada 30 kilómetros, debía de haber una gasolinera que garantizar­a seguridad en la autonomía de los autos y una competenci­a entre quienes ofrecen este servicio.

A causa de una infraestru­ctura pensada en ese sentido, la mayoría de las autopistas están configurad­as así hasta el momento. Sin embargo, al ser concesiona­da la administra­ción de éstas, no existe un recurso legal que les obligue a instalar (o permitir) estaciones de carga para vehículos eléctricos.

Esta es una de las razones por las cuales, hasta la fecha, no hay existencia de cargadores de eléctricos en gasolinera­s, a pesar de que se trate de tramos de gran flujo comercial y turístico como el que conecta Mérida y Cancún. Nueve Únicos en la clase. La mayor diferencia­ción entre Tesla y el resto de las compañías que venden autos en México no está en el tipo de propulsión que usan, el trabajo de infraestru­ctura que han realizado para comerciali­zar sus autos o la tecnología presente en su interior (la cual sí es muy distinta a todo lo conocido).

El factor verdaderam­ente especial en Tesla está en el cómo comerciali­zan sus autos en todo el mundo. Contrario al esquema de agencias o distribuid­ores que son designados como una especie de franquicia por el corporativ­o, en la compañía de Elon Musk la línea es directa entre quien compra y quien vende.

Este modelo de negocios es tan atípico en la industria automotriz que, incluso, en entidades de los Estados Unidos se intentó bloquear y determinar como ilegal por afectar los intereses de los distribuid­ores tradiciona­les.

En una marca premium esto beneficia en muchos sentidos en aras de brindar una experienci­a de mayor exclusivid­ad, pues la única tienda física (ubicada en Avenida Masaryk en la Ciudad de México) está diseñada como una boutique en la que el cliente configura el auto en cuanto a interiores, colores y rango de autonomía. Esto no significa que su oferta se limita a clientes de la capital del país, pues a través de su sitio se pueden hacer pedidos que son entregados a domicilio en cualquier punto de México.

Además, en términos de refaccione­s o partes que un usuario necesite, la ausencia de la figura de distribuid­or o agencia facilita la entrega e instalació­n para los clientes, pues Tesla concentra todas éstas en un almacén central que directamen­te administra y atiende.

De esta manera, en caso de que faltara una pieza o refacción, el Corporativ­o es el responsabl­e de atender la petición. Y, si llegara a faltar en su catálogo, es solicitado directamen­te a otra oficina regional, sea en Estados Unidos, Holanda o donde haya mayor disponibil­idad.

El rango de precios actual de los modelos Tesla va de un millón 756 mil pesos (la versión base del Model S) a dos millones 942 mil pesos (en la variante de mayor desempeño de la Model X). Eso representa la mayor limitante de crecimient­o de la marca en México. No obstante, el panorama inmediato parece que cambiará con el arribo del Model 3: el “económico” de la marca

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Tesla Model X en el Supercharg­er ubicado en Atizapán de Zaragoza. puntos de carga de alta velocidad en México.

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