Cártel de Tepito recluta a niños y adolescentes
• Ligan desaparición de menores con grupos delictivos que los cooptan
Organizaciones criminales están involucradas en la desaparición y muerte de niños y adolescentes en la Ciudad de México, de acuerdo con el Centro de Apoyo a Personas Extraviadas y Ausentes (CAPEA).
Este organismo, dependiente de la procuraduría capitalina, reportó la desaparición de 598 menores en el primer semestre del año, de los cuales 17 fueron localizados sin vida. Fueron homicidios violentos, por lo que presume que los adolescentes de entre 14 y 17 años son cooptados por los grupos delictivos que operan en la zona de Tepito.
Los reportes tienen un factor común: se trata de menores, hombres, de las delegaciones Cuauhtémoc, Venustiano Carranza e Iztacalco, principalmente. Las colonias consideradas focos rojos son Tepito, Morelos, Romero Rubio, La Nueva Michoacana, Garibaldi, San Rafael y Santa María la Ribera.
El caso más emblemático fue el de José Franco “N”. Su familia reportó su desaparición en junio pasado en CAPEA y apareció descuartizado.
Jóvenes de entre 14 y 17 años de edad, son aparentemente reclutados por cárteles asentados en Tepito para nutrir sus filas. Durante este primer semestre del año, el Centro de Apoyo a Personas Extraviadas y Ausentes (CAPEA), ha mostrado un repunte en las desapariciones de menores de edad.
Del universo de quienes se reportan como desaparecidos durante este año, 2% aparecen una semana después asesinados.
Los reportes tienen un factor común: todos son hombres y habitantes de Cuauhtémoc, Venustiano Carranza e Iztacalco, a estas le siguen Gustavo A. Madero e Iztapalapa.
En las delegaciones del centro, por ejemplo, las colonias que se han detectados como “focos rojos” son: Tepito, Morelos, Romero Rubio, La Nueva Michoacana, Garibaldi, San Rafael y Santa María la Rivera.
En las carpetas de investigación iniciadas por homicidios dolosos que ha abierto la procuraduría capitalina, durante este primer semestre, las madres que han denunciado la desaparición de los jóvenes, detallan que dos o tres días después, sus hijos aparecen sin dar explicación de dónde estuvieron y han alertado de un “cambio de actitud”, pues empiezan a salir de noche y a tener “otros amigos”.
De enero a junio pasado de este año, 17 de estos jóvenes que se han reportado como desaparecidos, se han encontrado sin vida, cuatro incluso aparecieron descuartizados, dos en Cuauhtémoc, uno en Venustiano Carraza, y otro en Gustavo A. Madero —cuyos restos también se encontraron en el Estado de México, Tepito y GAM— y un último “levantado” en la Ciudad y mutilado en el Edomex.
El caso más emblemático fue el de José Franco “N”, su familia reportó su desaparición en junio pasado, hicieron el reporte en CAPEA y difundieron su imagen en redes sociales, pero tres días después apareció descuartizado sobre la avenida Insurgentes a la altura del Puente Nonoalco, en Tlatelolco.
Sobre los restos estaba una manta que hacía alusión a la guerra que sostienen La Unión de El Betito y la Fuerza Anti-Unión por apoderarse de los puntos de venta de droga al menudeo en las inmediaciones de la Plaza Garibaldi, la zona centro, las inmediaciones de Santo Domingo, calles de Santa María la Rivera, la San Rafael y el Casco de Santo Tomás.
En este sentido, los números de CAPEA indican que hasta 2016, se reportaban en promedio cinco personas desaparecidas por día, hombres y mujeres de entre cero y 17 años de edad, la estadística empezó a mostrar un repunte a partir del segundo semestre de 2017, cuando los reportes incrementaron a ocho casos diarios.
Durante el año pasado, por ejemplo, fueron 887 mujeres las que se reportaron como desaparecidas y 785 hombres.
Sólo en este primer semestre, van 598 jóvenes de hasta 17 años de edad que fueron reportados como desaparecidos, de los cuales 40% de los reportes fueron en las delegaciones del centro de la Ciudad y en los puntos mencionados.
Carne de cañón.
A partir del segundo semestre de 2017, la edad de las ejecutados y detenidos por narcomenudeo cambió, ahora las víctimas oscilan entre los 16 y 20 años de edad, mientras que los remitidos ante un juez de Control por posesión de drogas, van de los 14 a 17 años.