De tacos y vinos riojanos
Yllegó ese momento del año… ese, querido lector, en el que los vinos de la DOCa Rioja se encuentran con gusanos, chapulines, escamoles y demás expresiones de la culinaria mexicana. Nuevamente le digo a aquel autoproclamado crítico culinario: ¡Sí, tacos y garnachas hallan en blancos, rosados y tintos su pareja ideal!
La semana pasada, la DOCa Rioja realizó su tradicional Festín de Comida Mexicana, ejercicio dedicado a comprobar la capacidad de sus vinos para armonizar con platillos de la gastronomía nacional. Imagine usted una mega taquiza con más de 30 etiquetas Garantía de Origen, Crianza, Reserva y Grandes Reserva. El encuentro también fue punto de lanzamiento del nuevo mensaje de marca global de la denominación de origen calificada ibérica, bautizado con el lema: “Saber quién eres”.
Después de discursos y protocolo, encabezados por los propios directores del Consejo Regulador de la DOCa Rioja, los cocineros de la Hacienda de los Morales presentaron un menú para sommeliers, distribuidores, periodistas y líderes de opinión del vino en México. Aguachile de camarón con chilitos verdes, tostadas de escamoles y chapulines con guacamole, tacos de gusanos de maguey tatemados, jabalí asado, frijoles refritos y múltiples cortes de carne a la parrilla, entre muchas otras preparaciones, integraron el convite. Del lado del vino, los sommeliers mexicanos Claudia Ibarra, Marcos Flores, Pilar Meré y Raúl Vega, Educadores de Vinos de Rioja, fueron los encargados de proponer los atinados casamientos. Eche ojo.
Para acompañar el aguachile, los expertos mexicanos recomendaron vinos blancos secos y rosados jóvenes, particularmente de Viura, Tempranillo Blanco, Garnacha y Tempranillo. Las tostadas, con la untuosidad que caracteriza a escamoles y chapulines, con tintos y blancos Garantía de Origen; así como con algunos tintos Crianza de buena expresión varietal. ¿Parrilla? La sugerencia fueron tintos Reserva y Grandes Reserva, con amplitud, taninos pulidos y larga persistencia.
Pero vayamos a la parte taquera, en definitiva, la más fascinante en mi personal exploración:
1. El taco de gusanos de maguey tatemados, con su respectiva porción de salsa molcajeteada, encontró su par en dos etiquetas: el Cantos de Valpiedra 2013, un Tempranillo Garantía de Origen repleto de frutos negros, goloso y con acidez vibrante, y el Tierra Crianza 2014, un Tempranillo de la Rioja Alavesa fresco, elegante y bien frutal. 2. El taco de jabalí con frijoles refritos, libre de esas constantes e innecesarias gotas de limón, con el Lealtanza Gran Reserva 2005, monovarietal de Tempranillo con taninos suaves, matices de frutos rojos silvestres y especias dulces de la madera. 3. El de filete con chistorra, con sus trocitos de papa, con tintos Reserva: Monte Real Reserva 2012, Campillo Reserva 2010, Herederos del Marqués de Riscal Reserva 2013… ¡Ya sé! Siempre faltan líneas cuando de taquear se trata.