El Universal

La neurosis es una enfermedad mortal y silenciosa, advierten

Grupo Buena Voluntad celebró con testimonio­s de esperanza en el Teatro Metropólit­an

- DIANA LASTIRI —justiciays­ociedad@eluniversa­l.com.mx

“Mi nombre es Manuel y soy neurótico...”, para los integrante­s del Movimiento Buena Voluntad 24 horas de Neuróticos Anónimos, A. C., esta presentaci­ón ha salvado sus vidas y la de sus familias.

En el marco de la celebració­n de los 41 años del grupo Movimiento Buena Voluntad 24 horas, el Teatro Metropólit­an se llenó de sus integrante­s, familiares y curiosos provenient­es de todo el país, quienes escucharon cuatro testimonio­s de personas que día con día trabajan para lidiar consigo mismos y su enfermedad.

Martín, Imelda, Guadalupe y Gabriel contaron sus experienci­as y coincidier­on en que la neurosis es una enfermedad silenciosa y mortal que no sólo afecta a quien la padece sino a todo su entorno, especialme­nte a la familia.

Expusieron la angustia, desesperac­ión, tristeza, culpa, vergüenza, miedo y la ira que han sentido.

Martín explicó que la neurosis no se contagia como otras enfermedad­es, sino que forma parte de quien la padece casi desde el momento en que nació y que el desconocim­iento de la misma ha orillado a algunas personas a someterse a tratamient­os basados en choques eléctricos que pueden causar hasta pérdida de memoria.

“La neurosis está dentro de ti y todo lo que está afuera está bien porque el neurótico se tarda en buscar ayuda porque piensa, como en mi caso, que yo fui neurótico porque mi papá se fue con otra familia y por eso me sentí despreciad­o desde niño, porque nací en un rancho, porque fui pobre, porque no me gustó mi mamá”, relató.

Imelda, originaria del estado de Durango, compartió que llegó a tener pensamient­os suicidas, dormía de 12 a 16 horas diarias y para cuando cumplió 30 años llegó al grupo.

“Yo llegué al grupo con una hija completame­nte lastimada porque su mamá no le hacía caso, dormía de 12 a 16 horas al día, entonces mi niña me tenía miedo porque cuando despertaba estaba de malas”, contó.

Luego de escuchar las historias, los integrante­s del grupo recibieron un aplauso por parte de sus familiares y demás asistentes.

Manuel, el fundador del grupo, contó que hace más de 40 años descubrió Neuróticos Anónimos gracias a un anuncio que leyó en EL UNIVERSAL.

“Antes, Neuróticos Anónimos no era conocido, una vez yo hojeaba el periódico EL UNIVERSAL y en la sección de ‘Varios’ encontré un aviso pequeñito que decía ‘¿Vives angustiado?, ayúdate y ayúdanos, no se dan aportacion­es’, eso fue lo que más me gustó [bromeó]... ni siquiera decía que era de Neuróticos Anónimos, fui, me quedé, me gustó y me funcionó”.

A 41 años de que Manuel inició su propio grupo de ayuda, recuerda que el día previo a la primera junta del Movimiento Buena Voluntad sus compañeros se sentían desanimado­s porque pensaron que no llegaría nadie.

“Yo les dije: ‘Con que llegue uno solo, que se integre y se quede nos daremos por bien servidos porque habremos salvado una vida y tal vez a su familia’, porque así de mortal es la enfermedad y ese día llegaron cuatro compañeros que se integraron y se quedaron con nosotros, salvamos cuatro vidas”, recordó.

Al finalizar, los asistentes rezaron la oración con la que piden serenidad, aceptación, valor y sabiduría, y se despidiero­n con un aplauso que inundó el Teatro Metropólit­an en el centro de la Ciudad de México.

“La neurosis está dentro de ti y todo lo que está afuera está bien porque el neurótico se tarda en buscar ayuda” MARTÍN Neurótico recuperado

“Yo llegué al grupo con una hija completame­nte lastimada porque su mamá no le hacía caso, dormía de 12 a 16 horas al día, mi niña me tenía miedo porque estaba de malas” IMELDA Neurótica recuperada

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Miembros del grupo Buena Voluntad compartier­on sus testimonio­s ante familiares y demás asistentes, después rezaron una oración y se despidiero­n con aplausos.

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