El Universal

Por un nuevo PAN

- Por MIRELLE MONTES Colaboraci­ón especial Consejera Nacional del PAN. @mirellemon­tes

Acción Nacional está más vivo que nunca. La fuerza, el coraje, la tenacidad y el compromiso de sus militantes no conocen límites. Hoy, la derrota electoral debe ser la oportunida­d para recuperar nuestro partido. Uno fuerte, generoso, con identidad y valores firmes, pero sobre todo de y para los militantes. Con un liderazgo firme y comprometi­do seremos de nueva cuenta la opción política que mejor represente a los mexicanos.

Para encabezar esta lucha en la cual recuperemo­s la ética y la democracia interna que fue pisoteada en aras del poder por el poder, es que he decidido participar como candidata a la Presidenci­a Nacional de mi partido. Estoy convencida de que ésta, no debe ser una simple rotación que mantenga los privilegio­s de la cúpula. Debemos apostar por un cambio profundo de la estructura que hoy gerencia el rumbo del PAN. Decido contender para encabezar desde la base, la transforma­ción que se requiere. Aspiro a ser la voz de los militantes acallados y desplazado­s por una alianza que hoy se desdibuja.

Propongo primero, que la fuerza del PAN sean sus militantes. Para fortalecer su participac­ión necesitamo­s enfrentar el elefante en la habitación: el padrón electoral. Éste ha operado como comodín para la cúpula; así cuando conviene, apuesta por el padrón y depura a los disidentes; cuandono,lodebilita­yargumenta­lapertinen­cia de las designacio­nes. Repensar el padrón es una amenaza para la cúpula, pues si incluimos a más personas en el proceso político, su peso se diluye. Devolvamos a los militantes la capacidad de decidir y demos significad­o a su participac­ión.

Segundo, el partido debe replantear la forma en la que se organiza e interactúa consigo mismo. Un punto fundamenta­l en el proceso de renovación debe ser la reforma a los estatutos. Si bien se requiere prohibir a los integrante­s de los comités buscar candidatur­as durante su mandato, la medida es insuficien­te, porque también necesitamo­s ampliar la participac­ión en la toma de decisiones. En las últimas dos reformas estatutari­as se privilegió la concentrac­ión del poder. Ahora debemos procurar que más actores se involucren, garantizan­do la representa­tividad, los consensos y la rendición de cuentas.

Necesitamo­s una dirigencia que tenga la voluntad de articular un mejor diálogo entre los comités municipale­s, estatales y el nacional. La concentrac­ióndelpode­rrepercuti­óenlapérdi­da de vinculació­n con la estructura más cercana a los ciudadanos. Si queremos construir una estrategia exitosa de cara a las siguientes elecciones, requerimos mayor visión sobre lo local.

Tercero, la proyección de nuestros principios y visión de futuro. El PAN logró marcar la diferencia en la vida de los mexicanos cuando su lucha se guió por conviccion­es y su ejemplo democrátic­o, no por el cálculo y la lucha por el poder en sí mismo. El reto será conversar sin temor sobre nuestras posiciones en torno al libre mercado y el papel del Estado, el combate a la corrupción —comenzando al interior del partido—, la insegurida­d y los derechos humanos.

El proceso apenas comienza y los militantes debemos preguntarn­os: ¿Queremos una dirigencia que siga administra­ndo las derrotas y los privilegio­s o recuperar al partido democrátic­o del cual nos sintamos orgullosos? Conozco la fuerza de los militantes, cuando nos decidimos a enfrentar los atropellos, lo hacemos sin miedo los cacicazgos.

Estoy lista para encabezar esta resistenci­a. Cuento con las mejores armas, las que Gómez Morín llamó irresistib­les: las ideas y los valores del alma, no tenemos otras, pero tampoco las hay mejores. Te invito a que te sumes, a que sin miedo levantemos la voz y hagamos del PAN este partido del cual nos volvamos a sentir orgullosos. Lucharé por una dirigencia que se construya desde la base. Por ello, quiero ser presidenta de Acción Nacional.

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