Diseño feliz
Juan Carlos Baumgartner propone un estilo que busque impactar las emociones y fomente el bienestar
La arquitectura tiene como fin último proteger la actividad humana del medio ambiente. En ese camino, se han desarrollado infinidad de propuestas para que las construcciones no sean solamente funcionales, sino también estéticas.
Sin embargo, se ha perdido de vista lo más importante: el efecto que tienen esos espacios sobre los seres humanos. “Es momento de cuestionarnos cómo el diseño puede impactar de forma positiva la vida de millones de personas y cómo las organizaciones se pueden beneficiar”.
Con ese objetivo es que Juan Carlos Baumgartner, socio fundador de la firma internacional de arquitectura Space, desarrolla la teoría Design for Happiness.
¿De qué se trata?
Su teoría tiene base y fundamento en estudios de la Universidad de Harvard (USA) y de la Universidad de Delft (Holanda), así como en la experiencia e investigaciones de Baumgartner a lo largo de una trayectoria de casi 20 años como arquitecto.
“Es importante, por ejemplo, crear espacios con tecnologías sustentables que mejoren el entorno, de acuerdo a la esencia, valores, características y necesidades propias del proyecto”.
El profesional está convencido de que la arquitectura puede ser una herramienta para mejorar la sociedad. Y, así, tiene el propósito de que, en un futuro no muy lejano, se pueda recetar arquitectura para combatir la depresión.
Baumgartner empezó a interesarse en este tema a partir de que vio el documental Happy. Ahí se dio cuenta de que lo que el ser humano busca es ser feliz, lo cual a su vez lo llevó a revisar los mitos de la felicidad. Se dio cuenta que un factor común en las teorías de la felicidad es que somos embodied beings, o sea, seres pensantes que tenemos un cuerpo y, por lo tanto, necesitamos un determinado espacio para habitar, una vivienda.
Éste es un factor común en las investigaciones sobre la felicidad, además de ser la acción central de la disciplina en la que él se ha desarrollado.
También aprendió la importancia de las microemociones en el diseño. Estas son emociones menores derivadas de una primaria, por ejemplo: la emoción primaria sería la ira y la microemoción sería el desasosiego provocado por esta ira. Al diseñar un espacio, este debe impactar a las diversas capas de emociones, no solo a las primarias.
Así fue como empezó a desarrollar el design thinking, el cual enriquece la creatividad al buscar la solución de problemas desde el punto de vista de un diseñador, y el evidence based design, que busca orientar al diseño a incluir elementos que ya se ha probado científicamente contribuyen al bienestar del ser humano.
Su experiencia incluye proyectos de arquitectura corporativa, interior y exterior, hotelería, arquitectura comercial, puntos de venta, centros comerciales, arquitectura residencial y tiene un particular interés en crear mejores espacios para la educación, sin distinción de lugares grandes o pequeños, pero siempre buscando una solución que se origina en las personas, este es el fundamento de la filosofía de SPACE:
Diseñar de adentro hacia fuera. “Esta premisa tiene que ver con considerar la importancia del interior del ser humano y, cuando hacemos arquitectura, lo que hacemos es entender que lo que más nos importa es esto”.
En la oficina
En su mas reciente iniciativa, Baumgartner ha extendido las áreas de consultoría a través de un laboratorio de innovación, enfocado a detectar oportunidades de negocio y ofrecer soluciones disruptivas, que incluyen el diseño de experiencias únicas que ayuden a fortalecer a las organizaciones y sus procesos.
Los resultados coinciden en que aumentar los niveles de felicidad en las organizaciones trae importantes beneficios económicos como: reducción en el ausentismo y rotación del personal; incrementos significativos en el engagement, que como consecuencia aumentan la productividad y creatividad; incrementos en las utilidades y otros indicadores de rentabilidad; y aumento en la productividad per cápita. En los individuos se han observado importantes reducciones en los niveles de estrés que, como consecuencia, impactan la salud de diversas formas: reduciendo la posibilidad de ataques al corazón hasta en un 25%; disminución de casos de diabetes y de accidentes laborales, entre otros muchos beneficios.
“Es momento de cuestionarnos cómo el diseño puede impactar de forma positiva la vida de millones de personas y cómo las organizaciones se pueden beneficiar” —Juan Carlos Baumgartner, arquitecto