“Factor humano, clave en el caso Inegi”
••• El éxito del proceso de descentralización de 3 mil empleados del Inegi en 1985 fue resultado de buena planeación y logística, la recepción positiva de los gobiernos locales, pero sobre todo del apoyo del personal que adoptó el proyecto, comenta Mario Palma, vicepresidente de la Junta de Gobierno del instituto.
Como resultado del terremoto de 1985, se empezó a plantear la necesidad de descentralizar la administración pública en términos generales, pero el Inegi fue la única institución de gran tamaño que se trasladó a Aguascalientes.
Por el sismo, la dependencia perdió casi toda la estructura de edificios para sus oficinas y mucho personal se quedó sin espacio para trabajar, por lo que era urgente su traslado, relata el funcionario.
En la parte humana estaban involucradas 3 mil familias, unas 15 mil personas, por lo que se hizo un censo de las necesidades de cada empleado. Esto era importante, por ejemplo, para saber cuántos tenían cónyuges que trabajaban en otras instituciones públicas y ver qué se podía hacer para que estas personas pudieran ser trasladadas también a Aguascalientes. Eso cuando trabajaban en instancias públicas, detalla Palma.
También había que conocer las necesidades escolares de los hijos. Esto dio como resultado que se construyeran seis escuelas para hijos de trabajadores del Inegi: una secundaria, tres primarias y dos prescolares. La ciudad no tenía la capacidad para absorber estas situaciones, explica.
“Tampoco había suficiente vivienda. El gobierno del estado nos prestó edificios que habían construido para otros objetivos mientras podíamos construir nuestras instalaciones”.
Al mismo tiempo, se hizo la planeación para tener un sistema de créditos para la vivienda en condiciones atractivas.
“El factor más importante para nosotros fue el humano, pero no fue el único. Estuvo el factor logístico del traslado, el factor físico para obtener espacios, y el del lugar receptor, en este caso Aguascalientes, con el gobierno estatal y con el municipal; esos son los puntos que debieron tomarse en cuenta”.
El gobierno local había tenido una política de atraer empresas privadas como Nissan y Xerox recién llegados, lo que favoreció la posibilidad de que también el Inegi llegara.
“Nos donaron 45 hectáreas urbanas, de las cuales, 7.5 fueron para el edificio principal y el resto para la construcción de pies de asentamiento y departamentos para los trabajadores”, menciona Palma.
Relación con hidrocálidos. Mario Palma cuenta que en el proyecto se cuidó la relación con los habitantes de Aguascalientes. Para ello se analizó el tema de vivienda, pues de otra manera se hubiera provocado una alta demanda y iba a subir precios, lo cual no iba a gustar a los locales.
El traslado y que esas 3 mil personas estuvieran habitando sus casas y las oficinas llevó aproximadamente cuatro años.
Del temblor de septiembre de 1985 a mediados de 1989 estábamos prácticamente trasladados, dice el vicepresidente del Inegi.
Para tener una idea aproximada del costo del proceso de descentralización, Palma comenta que el valor del edificio principal a cifras actuales es de 900 millones de pesos, a eso habría que agregar el impacto logístico, porque el crédito de la vivienda lo pagaron los trabajadores.
Finalmente, el directivo considera que la descentralización del Inegi tuvo un impacto positivo en la entidad, toda vez que la institución se ha constituido en una de las principales empleadoras de la entidad, impulsando carreras universitarias como fueron las de Informática y Economía; además de mejorar la calidad de vida de sus trabajadores.