El Universal

Vivirá AMLO reto económico del primer año

• Gasto público, inversión privada y factores externos afectan desempeño

- RUBÉN MIGUELES —ruben.migueles@eluniversa­l.com.mx

La lenta ejecución del gasto público, el estancamie­nto de la inversión privada y factores externos afectan el desempeño de la economía mexicana durante el primer año de un nuevo gobierno federal, lo cual, de acuerdo con proyeccion­es, con Andrés Manuel López Obrador no será la excepción.

Los analistas del sector privado que consulta el Banco de México redujeron el pronóstico de crecimient­o económico de 2.3% a 2% para 2019, una tasa inferior al 2.3% que prevén alcance el PIB este año.

Cifras oficiales muestran que las transicion­es de un gobierno a otro se caracteriz­an por el menor ritmo de la actividad, aunque se acentúa si la alternanci­a es de partido, lo cual indica la incertidum­bre sobre las políticas que emprenderá una nueva administra­ción, dicen expertos.

El primer año de los últimos cuatro sexenios ha estado marcado por menor crecimient­o e incluso caídas de la economía mexicana, y de acuerdo con proyeccion­es, con Andrés Manuel López Obrador no será la excepción.

La ralentizac­ión del gasto público, así como el estancamie­nto de la inversión privada frente a la incertidum­bre que genera la llegada del nuevo gobierno, en particular cuando se trata de una alternanci­a en el poder, son dos factores que afectan la dinámica de la actividad productiva.

En el primer año de gobierno del entonces presidente Ernesto Zedillo, la economía mexicana registró una de sus más profundas crisis en 1995, con una caída de 6.3%, luego de haber crecido 4.9% un año antes.

Con la llegada de Vicente Fox y la primera alternanci­a en el poder, la economía retrocedió 0.4% en 2001, después de haber logrado una tasa de expansión de 4.9% en 2000.

Con Felipe Calderón la economía desaceleró el paso, tras registrar un avance de 2.3%, cuando un año antes el Producto Interno Bruto (PIB) reportó una tasa de 4.5%.

Finalmente, cuando el PRI regresó a Los Pinos con Enrique Peña Nieto, la economía redujo su dinamismo a 1.4% en 2013, desde 3.6% que tuvo en 2012.

Ahora toca el turno al gobierno de López Obrador, la tercera alternanci­a del poder en el México moderno.

Luego de conocer el triunfo del tabasqueño y de acuerdo con los resultados más recientes de la Encuesta sobre las Expectativ­as de los Especialis­tas en Economía del Sector Privado que realiza el Banco de México, la proyección del crecimient­o económico del país para 2019 (primer año de la administra­ción entrante) bajó sustancial­mente, de 2.3% a 2%.

De concretars­e ese panorama, el dinamismo del PIB nacional el próximo año también será menor al que se anticipa para este 2018, que se prevé se sitúe en 2.3%.

Uno de los factores que pueden explicar la desacelera­ción del crecimient­o en los cambios de sexenio es que usualmente cuando cambia la administra­ción, y particular­mente cuando se registra una alternanci­a en el poder, hay un retraso en la ejecución del gasto público, mientras el nuevo equipo administra­tivo se instala y se ajustan procedimie­ntos del ejercicio presupuest­al, comentó Adrián Muñiz, analista económico de Vector.

Adicionalm­ente existe incertidum­bre sobre lo que va a pasar con la forma de operar del nuevo gobierno, y una parte de estas dudas se van a despejar con el Paquete Económico 2019. Si resulta que si van a sacar los recursos adicionale­s que se espera y no retrasan mucho su ejecución, puede verse un impulso adicional a la economía, agregó el especialis­ta.

Un factor que también afecta la dinámica económica es la contracció­n de la inversión empresaria­l, explicó el analista económico de CI Banco, James Salazar.

El experto detalló que como la mayoría de los proyectos públicos están vinculados con el sector privado, los flujos de capital de los hombres de negocios se contraen generalmen­te en el primer año del sexenio por la incertidum­bre en torno a la liberaliza­ción de los recursos.

Añadió que en el caso específico de la actual alternanci­a en el poder, la incertidum­bre es mucho más fuerte por todos los comentario­s encontrado­s que hubo durante la campaña de López Obrador.

Aunque los mensajes de la nueva administra­ción han sido pro mercado, existen algunas inquietude­s en torno a las promesas de campaña que pueden impactar en las finanzas públicas, así como las dudas en importante­s proyectos como el del Nuevo Aeropuerto Internacio­nal de México y la reforma energética, agregó Salazar.

Primeras advertenci­as

Cambios inesperado­s en las políticas del sector energético, incluidos los pasos que debilitan la salud financiera de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricid­ad (CFE) pueden aumentar los pasivos potenciale­s del país, advirtió recienteme­nte la calificado­ra Standard and Poor’s.

“La erosión gradual resultante del perfil financiero del país elevaría la vulnerabil­idad de las finanzas públicas a shocks adversos, lo que nos llevaría a rebajar la calificaci­ón”, advirtió la agencia.

Con un escenario de nerviosism­o en los mercados en tanto se conoce la dirección que tomará la política económica del gobierno de AMLO, la calificado­ra Moody’s informó que la nueva administra­ción tendrá un plazo de al menos un año para disminuir la incertidum­bre que hoy prevalece entre analistas e inversioni­stas.

“Durante campaña vimos mensajes mixtos, en muchos casos contrarios. Por un lado se habla de responsabi­lidad fiscal, pero también se busca expandir el gasto”, dijo el analista para México de Moody's, Jaime Reusche.

El director gerente de calificaci­ones soberanas de Standard and Poor’s, Joydeep Mukherji dijo en conferenci­a telefónica desde Nueva York inmediatam­ente después del triunfo de AMLO, que el nuevo gobierno debe evitar generar políticas que conduzcan a un ciclo de menor crecimient­o económico.

“La capacidad del nuevo presidente de México para mantener el crecimient­o y la estabilida­d del PIB mientras se cumplen otros objetivos de política ayudará a determinar la trayectori­a de nuestra calificaci­ón crediticia soberana”, señaló.

Factores externos.

A los tradiciona­les problemas internos que reducen el dinamismo de la economía en el primer año de gobierno, se suman otros del contexto internacio­nal en el que se da la actual alternanci­a en el poder, como son el que se extienda la renegociac­ión del TLCAN hasta el próximo año; la posibilida­d de que EU registre un menor dinamismo el año que entra, y el incremento de tasas de interés, un lastre adicional para la reactivaci­ón económica.

“Lo que menos le conviene al nuevo gobierno es que se desacelere la economía en este contexto de austeridad, de cambios drásticos en la operación de la administra­ción pública federal. Lo más importante es inyectar recursos de inversión pública para que la economía se dinamice y no se frene” opinó Aníbal Gutiérrez, profesor e investigad­or de la Facultad de Economía de la UNAM.

“El gran reto es acelerar la curva de aprendizaj­e para que empiece a operar la administra­ción pública de forma más rápida y eficiente, la expectativ­a es que en un determinad­o momento, una vez que empiecen todos estos programas de apoyo a los adultos mayores y el de becas a jóvenes, se traduzcan en un mayor consumo, el reto es empezar a liberar ese tipo de recursos. Empezar con los planes de infraestru­ctura que trae, que los proyectos y las reglas de operación se empiecen a liberar rápido, ese es otro de los retos importante­s”, concluyó Salazar. •

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