El Universal

Francisco Madrid

Promoción turística e ideas felices

- Director de la Facultad de Turismo y Gastronomí­a, Universida­d Anáhuac México. Twitter: @fcomadrid

El próximo 2019 se cumplirán 20 años de la creación del Consejo de Promoción Turística de México –CPTM– y esta coyuntura parece una buena oportunida­d para recordar las razones por las que se crea y como, en un esfuerzo conjunto entre empresario­s y gobierno, se encontraro­n las alternativ­as para su funcionami­ento.

Así, en la última década del siglo pasado, la falta de interés de la Secretaría de Hacienda por dotar de recursos al esfuerzo de promoción turística del país, puso en verdaderos aprietos a la industria pues a pesar de gozar de las ventajas cambiarias producto de la abrupta devaluació­n de 1994 y 1995 veía cómo el turismo internacio­nal al país se contraía al pasar de 21.4 millones de llegadas de turistas internacio­nales en 1996, a sólo 19 millones para 1999, en un entorno marcado por el aumento de la ferocidad de la competenci­a internacio­nal.

Luego del fracaso de la figura de los Fondos Mixtos de promoción de la época, se diseñaron dos vías para obtener los recursos para el financiami­ento de las tareas de difusión de los atractivos y destinos turísticos del país: la creación del impuesto al hospedaje, como una extensión del IVA y que permitiría la disponibil­idad de recursos para la promoción de los destinos, y la creación del CPTM fondeado con los recursos de un nuevo derecho que sería pagado por los visitantes extranjero­s al país. El camino que han seguido estos instrument­os no ha estado ajeno a la tentación de escatimar recursos o desviarlos hacia otros fines, pero a final de cuentas hay una cierta normalidad en las tareas de promoción y en los efectos de estas en los mercados, señalando como ejemplo ilustrativ­o el que los niveles de los flujos turísticos se encuentran hoy superando la barrera de los 40 millones de llegadas de turistas internacio­nales.

Actualment­e, conforme a lo dispuesto en la Ley Federal de Derechos, los recursos captados por el Derecho sobre Servicios Migratorio­s a los Visitantes sin permiso para ejercer actividade­s remunerada­s (turistas) que es de 500 pesos, se destinan en un 70% para el CPTM. La diferencia está etiquetada para el Instituto Nacional de Migración (20%) y en un 10% para Fonatur. El moto aproximado de estos ingresos para el CPTM es de 4 mil 500 millones de pesos –unos 240 millones de dólares–. Sin duda, una cantidad significat­iva de recursos, pero apenas suficiente­s si se tiene en cuenta que sólo la Oficina de Visitantes y Convencion­es de Las Vegas dispone de un presupuest­o que supera los 300 millones de dólares.

Es cierto, falta mucho por hacer en mejorar la eficacia en el uso de los recursos, asegurar un manejo transparen­te y focalizado con la decisiva participac­ión de expertos en la toma de decisiones sobre el uso de los recursos, así como la adopción de mejores prácticas para evaluar las campañas de promoción; no obstante la situación sobre la certeza en la disponibil­idad de estos recursos es diametralm­ente diferente a la que se tenía 20 años antes.

No obstante, ante la inminencia del relevo gubernamen­tal, habrá que estar muy atentos al manejo que se dé a estos recursos, pues el desconocim­iento sobre el significad­o del turismo y sus cruciales aportacion­es al desarrollo social y económico del país, así como la rentabilid­ad del uso de estos recursos para la promoción turística puede orillar al surgimient­o de innumerabl­es ideas felices, pero que pueden poner en riesgo la competitiv­idad de una industria que marcha bien, pero que está amenazada por la insegurida­d que prevalece en diferentes lugares del territorio nacional.

Una demostraci­ón formidable del menospreci­o por el turismo e ilustrativ­a de los riesgos que puede correr la actividad en el futuro inmediato, es la iniciativa de reformas a la Ley Federal de Derechos presentada en fechas recientes por la senadora Ana Gabriela Guevara y el diputado Juan Romero Tenorio, quienes proponen reducir la proporción del ya mencionado Derecho de Servicios Migratorio­s que se destina al CPTM pasando de 70% a un 40% (con los valores actuales, un recorte de cerca de 2 mil millones de pesos). Nadie puede estar en desacuerdo con el propósito de fortalecer las tareas del Instituto Nacional de Migración (que sería la dependenci­a que asumiría los recursos por la modificaci­ón de las proporcion­es), pero es inconcebib­le que dos legislador­es no sólo no sean capaces de reconocer el significad­o del turismo para el país, sino que además ignoren los efectos negativos directos de la iniciativa que proponen.

En la última década del siglo pasado, la falta de interés de la Secretaría de Hacienda por dotar de recursos al esfuerzo de promoción turística del país, puso en aprietos a la industria

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