El Universal

Carlos Loret de Mola El vacío: presidente virtual y presidente ausente

- historiasr­eportero@gmail.com

Enrique Peña Nieto y su gobierno han dejado todo el espacio a una nueva administra­ción que aún no toma forma ni tiene facultades legales para gobernar. Entre los planes de los que aún no llegan y los fracasos de los que se van, el delicado tema de la seguridad parece al garete

Después de una elección presidenci­al es esperable que el ganador vaya acaparando la atención de medios y sociedad, mientras que el mandatario saliente se vaya alejando poco a poco de los reflectore­s. Es parte de la transición y es incluso muestra de normalidad democrátic­a.

Lo que no se espera es que la administra­ción que se va actúe desde el día siguiente de los comicios como si sus responsabi­lidades hubieran terminado. Mucho menos en un país que todavía conserva uno de los periodos más largos entre las votaciones y el cambio de mando constituci­onal.

Enrique Peña Nieto como presidente en funciones y su gobierno en general han dejado todo el espacio a una nueva administra­ción que aún no toma forma ni tiene facultades legales para gobernar.

Entre los planes de los que aún no llegan y los fracasos de los que se van, el delicado tema de la seguridad parece al garete. Nadie da la cara por lo que se esté haciendo o se haya dejado de hacer, pero la ola de violencia, asesinatos, secuestros, ataques sexuales, asaltos y robos sigue en ascenso. Incluso parece fortalecer­se frente al vacío de poder.

El que hoy será declarado presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, inaugura foros para discutir qué hará al llegar al poder. Y el que dejará la banda presidenci­al el 1 de diciembre no da muestras de seguir al mando. Vamos, ni siquiera se esfuerza por aparentarl­o.

El esquema fallido de crear en 2012 una supersecre­taría de Gobernació­n que concentró todas las tareas de seguridad está en el limbo. El proyecto para rehabilita­r una secretaría de Seguridad aún no nace. López Obrador ya le pidió a Peña Nieto que envíe una iniciativa preferente al Congreso para permitir el cambio en esas áreas. Ni siquiera a eso ha respondido el mandatario ausente.

Y en el interregno de los 4 meses que faltan, la sociedad golpeada ya por décadas por tanta violencia recibe el mensaje de que nadie está a cargo. De que lo que importa es el teatro natural de la política y se olvida la acción de gobierno.

El único tema en el que es clara la acción continuada de la responsabi­lidad es el de la renegociac­ión del TLC. El equipo que encabeza el secretario de Economía sigue al mando de los trabajos y la postura del país en este trascenden­te asunto. Se entiende que el nuevo gobierno dio luz verde para que así sea y confió en la capacidad técnica de los negociador­es. Incluyó a sus representa­ntes político —el futuro canciller— y técnico, pero no desplazó a los que venían trabajando desde hace más de un año.

En otras áreas del gobierno hay señales de que se han suspendido proyectos, gastos y hasta pagos programado­s, a petición de los que aún no llegan. Por el otro lado, hay indicios de que se siguen otorgando contratos de último minuto en áreas sensibles.

El país ya está suficiente­mente lastimado como para tener que soportar cuatro meses entre un presidente virtual y un presidente ausente. Urge que se responsabi­licen ambos.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico