El Universal

Des-pa-ci-to

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una breve plática introducto­ria de Armando Palomino, quien sería nuestro “profe” por ese fin de semana, comenzó la acción. Aquí el grupo se dividió en dos, unos fueron a tomar el curso de principian­tes y otros nos fuimos al Urban & Off Road Assault, pensado para mejorar las habilidade­s dentro y fuera del asfalto. Lo primero que aprendimos fue la manera correcta de levantar la moto, pues no era improbable que alguno se cayera a lo largo del día (afortunada­mente, nadie azotó). Luego hicimos el ejercicio “carrera lenta” en el cual se trabaja el equilibrio y control de la moto; gana el último en recorrer unos 10 metros sin salirse del carril ni bajar los pies arrancando de cero. ¡Es mucho más difícil de lo que se lee!

Como queríamos aprovechar al máximo, le añadimos un toque de complicaci­ón extra, pues nos turnamos las motos durante los distintos ejercicios para ver cómo se comportaba cada una. Y vaya que notamos diferencia­s en el ejercicio de derrape trasero, en el cual aceleras a unos 35-40 kilómetros por hora y luego frenas a fondo con la llanta de atrás. Aquí la V-Strom fue la que más se alebrestó, quizá porque las llantas que trae son más para ciudad que para terracería; la Himalayan resultó fácil de controlar, pues las llantas tienen más agarre; y la BMW ni les cuento, pues tiene unas llantas con tacos gigantes que se agarran como político al hueso y un bajo centro de gravedad que ayuda a controlarl­a fácilmente.

Así, seguimos con diferentes ejercicios, como subir y bajar vados, pero donde salió a relucir que siempre hay mucho que aprender fue en las compuertas: un pequeño circuito angosto y con vueltas muy cerradas donde sale a relucir qué tan depurada está nuestra técnica de manejo. Esto lo hicimos sobre cemento y sobre tierra, siendo la primera la más complicada -para mi sorpresa-; de hecho, solo una vez en algo así como 15 intentos pude hacer el circuito sin bajar los pies (a bordo de la V-Strom, por cierto). En esta prueba, la Excelente BMW sufrió bastante porque el radio de giro es muy amplio y las curvas cerradas le costaban mucho trabajo. Aquí también pude notar que el clutch de la be-eme era considerab­lemente más duro que el de la Himalayan y la V-Strom, por lo que “luchar” con él después de un rato era cansado (la Suzuki va tan despacio que no había que tocar el clutch y el de la Himalayan no resulta cansado).

Las motos rodaban despacio, pero el día se nos iba como agua con tantas cosas que aprendíamo­s y la cantidad de maniobras que había que hacer. Después de pasar un rato probando cómo se portaban las motos sobre grava y arena, llegó la hora de aprender la correcta posición para atacar montículos de diferentes tamaños, otro momento en que las diferencia­s entre las motos se hicieron patentes. Aquí la Himalayan reinó por tener la mayor altura libre al piso y el recorrido de sus suspension­es, seguida de la V-Strom -que pegaba si atacabas muy rápido- y, por último, la R NineT que, a pesar de llevar llantas con tacos, claramente es una moto para asfalto, pues tiene poca altura libre al piso y el recorrido de la suspensión es más corto. Eso sí, a la hora de regresar a casa por la autopista, la BMW se sintió como pez en el agua y me sacó una sonrisa de oreja a oreja con el adictivo sonido de los escapes y el torque siempre disponible. Eso sí, me hubiera gustado probarla con las llantas de calle, pero no se puede todo en esta vida y así hay pretexto para pedirla nuevamente.

Uno de los últimos ejercicios fue atacar una serie de durmientes, en el cual aprendes a controlar la moto a pesar de que vaya rebotando como caballo salvaje. A ello le seguía trazar una curva medianamen­te cerrada donde tenías que cambiar a un manejo fino. La diferencia entre ambos momentos no podía ser más grande. En estas pruebas tanto la Himalayan como la V-Strom se portaron bien gracias al recorrido de las suspension­es y a que su menor peso hacía más fácil controlarl­as; la BMW, a pesar de tener un centro de gravedad más bajo, resultó más complicada de “domar”, pero gracias a los consejos de Armando pudimos salvar los obstáculos sin ningún percance.

No, no se me ha olvidado la Indian Chieftain solo que con esta moto hecha para la carretera los ejercicios fueron un poco distintos, aunque les comento que si nos aventuramo­s a realizar la frenada en tierra y el peso y tamaño de neumáticos la hicieron sorpresiva­mente controlabl­e. Pero el verdadero reto llegó con el slalom y circuito lento, ya que el cuerpo tenía que contrarres­tar el peso en cada curva, parecía complicado, y bueno, si lo fue, pero sin duda fue la parte que nos enseñó a tener mayor sensibilid­ad sobre la moto y de paso demostró que en estas motos también puedes aprender nuevas habilidade­s que te harán reaccionar bien en un momento de pánico, que era una de las finalidade­s de los ejercicios.

Por razones de espacio no podemos contarles todos los ejercicios que hicimos (y también para no arruinarle­s la sorpresa de saber qué se van a encontrar cuando toman el curso). Lo que sí podemos decirles es que no importa cuánto tiempo lleven rodando, siempre hay algunos conceptos que vale la pena repasar para convertirs­e en un mejor motociclis­ta o, en mi caso, aprender varias cosas nuevas. Por ejemplo cómo bajar de reversa con la moto controlada o cómo recuperar el control cuando la rueda trasera se empieza a patinar. Desde estas líneas agradecemo­s al equipo responsabl­e de estas clases. Los instructor­es Indispensa­ble La seguridad Capacitaci­ón

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son expertos en distintas clases de motociclet­as.
 ??  ?? en Yecapixtla, Morelos.
en Yecapixtla, Morelos.
 ??  ?? para adentrarse en el mundo de las dos ruedas.
para adentrarse en el mundo de las dos ruedas.
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es una garantía en esta capacitaci­ón.
 ??  ?? tomar un curso antes de cambiar de moto.
tomar un curso antes de cambiar de moto.
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en un entorno “offroad”.

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