El Universal

Un homenaje a la paella

Azafrán: festival de paella y vino se realizó por segunda ocasión en la hacienda de San José Lavista

- ANUAR OLMOS menu@eluniversa­l.com.mx

Más de 800 asistentes y 24 cocineros competidor­es se congregaro­n en la imponente Hacienda San José Lavista, en San Miguel de Allende, para la segunda edición de Azafrán: festival de paella y vino. El reconocido escritor español Carles Cano dice que “una paella es un ritual, un legado, no es un plato cualquiera”. Azafrán busca rendir homenaje a este icónico platillo valenciano a través de diferentes interpreta­ciones, donde el ingredient­e especial en cada una de ellas es el azafrán. Los competidor­es buscan con esmero y dedicación llevarse a casa el preciado primer lugar y el reconocimi­ento como los creadores de la mejor paella de México, además de un premio en efectivo. Los paelleros se dan cita horas antes de cortar el listón, para sorprender desde temprana hora a los asistentes con los increíbles aromas de sus preparacio­nes, las grandiosas presentaci­ones de sus platillos y, por supuesto, los sabores de cada receta.

“Queremos que la gente disfrute de nuestra paella tanto como nosotros a la hora de prepararla, eso es lo principal”, comentó el chef Domingo Martínez, del restaurant­e Amatxi y creador de la paella Navarra-Guanajuato, una receta innovadora con el costillar como protagonis­ta. El encuentro gastronómi­co permite una interacció­n íntima entre los comensales y los paelleros: no solamente se puede conocer a fondo el proceso de elaboració­n, sino también en qué se inspiraron, qué significa para ellos y un poco de la historia detrás cada uno de los chefs.

“Azafrán representa un festival en el cual podemos expresar nuestras experienci­as vividas y transmitir­las al público por medio de la paella”, explicó el chef Sandro Gutiérrez, de la Cuarta Bellota, quien participó con una paella Ibérica, cuyo principal ingredient­e era el jamón.

Para Cisco Bartolí Rodríguez, del restaurant­e Oleum, ganador de la primera edición de Azafrán, hacer una buena paella es como pintar un cuadro.

“Yo tengo cinco horas para preparar un plato, debo hacerlo lo mejor que pueda en los tiempos adecuados. Si a un pintor le ordenas hacer un cuadro de manera inmediata, te dirá que requiere de un proceso e inspiració­n; con la paella sucede igual”.

Cisco participó este año con una paella titulada “Rabo de toro meloso”, con la que buscaba que la gente se sintiera identifica­da con el sazón tradiciona­l español.

“Fue una competenci­a muy cerrada; probamos todas y al final el ganador resultó ser por coincidenc­ia de todos los jueces”, expresó Hugo D’Acosta, enólogo de viñedos Casa de Piedra, del Valle de Guadalupe, y jurado del concurso. “No hubo dudas en el ganador tenía el mejor sabor de todos”, comentó la chef Marcela Bolaño, también jurado y propietari­a del restaurant­e Marsala, en San Miguel de Allende.

El primer lugar de la justa se lo llevó El Asador Catalán, del chef Joan Casas, que para esta importante ocasión cedió la batuta a su hijo Jordi, quién ideó la deliciosa “Paella de Chamorro”.

“Joan Casas es un experiment­ado de la paella; las lleva haciendo por años, pero lo más impresiona­nte es que fue su hijo quien la hizo”, resaltó Marcela.

La familia Casas no pudo ocultar su júbilo por resultar ganadores, ya que en reiteradas ocasiones, en distintos concursos a nivel nacional, habían obtenido solamente el segundo lugar. Su paella es distinta a las demás, está compuesta solo por elementos de tierra y verduras del bosque, además de una presentaci­ón interesant­e, ya que con sus ingredient­es lograron representa­r los colores de la bandera de España.

“Es una receta original de la casa, creada especialme­nte para el día de hoy, pero que pronto tendremos en nuestra carta. Una paella sin azafrán es un simple arroz, ese es el elemento esencial, así como para nosotros el festival Azafrán significa desarrollo y nuevos retos”, declaró Jordi Casas.

Los jueces resaltaron las bases para que una paella sea buena, cualidades con las que cumplía la receta ganadora de este año.

“Existen mil maneras de hacer una paella y la esencia es el arroz, que transmite todo lo que implica la receta y fue el motivo por el que nos basamos para determinar la competenci­a”, explicó Hugo D’Acosta.

“Lo más importante en esta vocación siempre ha sido el sabor, después la técnica y por último la presentaci­ón. La realizació­n de una paella tiene toda una secuencia y no es sencilla, no se trata solamente de añadir todo a la vez, se debe ser congruente”, agregó Marcela.

“No por innovar hagas algo que no tiene que ver, es muy importante la congruenci­a en los ingredient­es. La paella ganadora tenía todo, y sus componente­s se complement­aban a la perfección, el sofrito de la casa, el caldo de chamorro, se distinguía el esmero y trabajo que conlleva la preparació­n de una paella”, concluyó la chef mexicana.

Como el nombre del festival lo indica, el maridaje perfecto para disfrutar de las grandiosas paellas fueron los vinos. El público pudo deleitarse con un blanco 100 % Sauvignon Blanc, un tinto 100 % Malbec y un rosado 100 % Merlot, todos vinificado­s y embotellad­os en la Hacienda San José Lavista.

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Paella con Amor de restaurant­e La Tarta.
 ??  ?? Vista al lago de la hacienda de San José Lavista.
Vista al lago de la hacienda de San José Lavista.
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Paella Navarra del chef Domingo Martinez.
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En el festival participar­on más de 24 cocineros.
 ??  ?? Paella ganadora de Jordi Casas Guzmán, de El Asador Catalán.
Paella ganadora de Jordi Casas Guzmán, de El Asador Catalán.

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