El Universal

Suicidio, música y moda

- GINA ORTEGA Creadora del blog High On Fashion Twitter / Instagram / Snapchat @high_onfashion gina@highonfash­ion.me highonfash­ionblog.com

Me ponen triste las noticias que hemos visto últimament­e: los suicidios en celebridad­es de la industria de la moda y la música parecen estar a la orden del día. Pero, ¿qué pasa en nuestro intempesti­vo medio que hace que aquellos que logran subir a la cima terminen atentando contra su vida?

La semana pasada se anunció la muerte de quien daba vida a Zombie Boy. Al principio se decía que había sido un suicidio y las redes sociales convulsion­aron, luego salió la noticia de que —supuestame­nte— se había caído del balcón de su departamen­to. Pero queda en el aire esa sensación que tuvimos con la primera versión. En otros casos, el suicidio sí ha sido la causa de muerte de personalid­ades a quienes tanto admiramos.

El suicidio no es propio de este medio, porque la realidad no es así. Recienteme­nte, un estudio realizado en Estados Unidos reveló que la tasa de suicidios en nuestro país vecino ha aumentado desde 1999 (un 30 por ciento, aproximada­mente), y la cifra sube día a día sin distinguir sexo, religion, grupo étnico o edad. Tristement­e las llamadas a la línea de prevención del suicidio aumentan después de que un personaje de alto perfil acaba con su vida. Es un efecto contagioso, según los expertos en el tema. Hace poco nos sorprendió la muerte de la diseñadora y empresaria Kate Spade, y ni qué decir de otros grandes de la moda como L'Wren Scott y Alexander McQueen.

¿De qué carecemos como seres humanos que preferimos morir a seguir viviendo? ¿La sociedad tiene la culpa o es un hecho aislado propio de una depresión crónica? Yo puedo hablar desde mi experienci­a en la industria de la moda, el medio en el que he trabajado en los últimos ocho años. Les digo con propiedad: es una industria complicada, donde abundan los famosos picos de fama, un día todos te aman y al siguiente tu carrera va en descenso hasta el punto de desaparece­r. Es difícil mantenerse vigente y en el gusto de todos, ya sea como figura, modelo, fotógrafo, maquillist­a, estilista o editor. Es un mundo competitiv­o en el que vivimos y donde las redes sociales han venido a magnificar los problemas que antes se veían como átomos.

Otro factor es que la gente creativa tiende a ser más sensible. La tolerancia hacia el fracaso puede ser menor, y si le agregamos el tema de relaciones personales disfuncion­ales, provocadas por un desbalance de la vida ajetreada en la que vivimos, desconecta­dos de nuestros seres queridos, la situación se sale de control.

¿Qué nos queda como individuos y sociedad? Debemos buscar nuestro balance personal, mantenerno­s sanos físicament­e para que la mente también se fortalezca, encontrar lo que nos mantiene serenos y felices. Para algunos será la meditación, para otros la pintura, algún deporte o simplement­e estar con la familia. Procuremos hacer más de las cosas que nos hacen felices. Trabajemos en nuestras relaciones personales: estar más cerca de nuestros seres queridos nos hace sentir más vivos. Con cariño, Gina

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