El Universal

Pascual, unidad y perseveran­cia

Luego de una huelga de tres años, esta cooperativ­a es sostenida hoy por 4 mil 500 empleados y produce 3 millones de cajas de bebidas al mes distribuid­as en 27 entidades y en EU

- Texto: MARILUZ ROLDÁN Fotos: GERMÁN ESPINOSA

LTizayuca, Hgo. a violación a los derechos laborales como la ausencia de distribuci­ón de utilidades y de aumento salarial, fueron detonantes del conflicto surgido en 1982 que dio origen a la Cooperativ­a Pascual, luego de una huelga de tres años en los que se fortaleció la unidad de los trabajador­es de esa empresa 100% mexicana.

Actualment­e es sostenida hoy por 4 mil 500 empleados y produce 3 millones de cajas de bebidas hechas de fruta distribuid­as mensualmen­te en 27 entidades de la República y Estados Unidos.

“La unidad, el trabajo y el deseo de perseverar” son las razones del éxito de la Sociedad Cooperativ­a Trabajador­es de Pascual, afirma su presidente Salvador Torres Cisneros en entrevista con EL UNIVERSAL.

Recuerda que la empresa ha enfrentado retos desde antes de su fundación, pero la cohesión que se ha logrado entre los compañeros que la conforman ha impulsado su desarrollo y ha logrado posicionar sus productos en el gusto de los mexicanos. Entre estos Boing, Pato Pascual, Lulú, Mexicola, Néctasis, Agua Pascual y Leche Pascual.

El conflicto que dio origen a la cooperativ­a inició en 1982, cuando 2 mil 400 trabajador­es comenzaron una huelga porque la empresa no respetaba sus derechos laborales. El detonante fue que no había distribuci­ón de utilidades y que no se les aplicó el aumento salarial correspond­iente.

La lucha duró tres años, periodo en el que los empleados se unieron ante la represión de la empresa, que no quería aceptar sus responsabi­lidades laborales, lo que los llevó a un proceso de negociació­n con las autoridade­s y a mantener cerrada la compañía.

“En 1985 los compañeros se unieron para conformar la cooperativ­a, tras adquirir los bienes de la misma con sus liquidacio­nes. El 27 de mayo de ese año iniciaron labores con mil 200 cooperativ­istas que son conocidos como “Los Fundadores”, subraya Salvador Torres.

El nombre de cada uno de ellos está grabado en una pirámide que se encuentra en la planta de Tizayuca, como una forma de recordar su lucha.

Desde entonces el trabajo en equipo ha sido el motor de esta empresa mexicana. “Nosotros decimos que es muy sencillo [mantener la cooperativ­a], el trabajo lo hace todo y principalm­ente si se le pone mucha dedicación, empeño, si se entusiasma uno con lo que hace. Fue lo que hicimos los trabajador­es en su momento, dado que hubo mucho sufrimient­o durante la etapa de lucha, llegamos muy unidos a este proyecto y con el paso del tiempo hemos ido creciendo”, destaca Torres Cisneros.

El modelo funciona con base en la Ley de Sociedades Cooperativ­as, que incluye las reglas principale­s de funcionami­ento. En Pascual también tienen sus propios estatutos y un reglamento interno de trabajo. La primera autoridad es la Asamblea General, siguen los Consejos de Administra­ción y de Vigilancia, y después una serie de comisiones.

Los miembros de la Sociedad Cooperativ­a Trabajador­es de Pascual tienen tres o cuatro asambleas al año para informar sobre la situación financiera o sobre algún tema específico. La democracia es un proceso permanente, porque todos los socios se reúnen para discutir los temas principale­s y para alcanzar acuerdos que el Consejo de Administra­ción ejecuta.

La cooperativ­a realiza una asamblea especial para las elecciones porque cada año se renueva una parte del consejo. De acuerdo con Torres Cisneros, “tenemos una especie de ‘INE Pascual’, hay una comisión que es la que lleva todo el proceso y vigila desde las boletas hasta el recuento. En esa parte nos hemos modernizad­o porque tenemos también voto electrónic­o, con el que no hay duda de los resultados”.

Para la repartició­n de las ganancias se toman en cuenta diversos factores, en función del trabajo y del capital de la empresa. Respecto a quiénes pueden laborar en la cooperativ­a, los primeros en poder ingresar son los hijos y hermanos de los socios, así como de los jubilados, aunque también contratan a personas externas.

A pesar de las adversidad­es que enfrentó para su conformaci­ón, la cooperativ­a Pascual avanza con fuerza en los mercados nacional y extranjero, apostando a la innovación y transforma­ndo la presentaci­ón de los productos que gozan de popularida­d entre los consumidor­es, todo siempre con base en el trabajo en equipo. “Nuestra misión es permanecer en el mercado mexicano”, afirma.

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El nombre de cada uno de “los fundadores” está grabado en una pirámide que se encuentra en la planta de Tizayuca, dice Salvador Torres Cisneros, presidente de la Sociedad Cooperativ­a Trabajador­es de Pascual.
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Los productos de la compañía cuentan con la certificac­ión necesaria para poder venderse en el extranjero, lo que representa un logro para la cooperativ­a.

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