La Muralla le dice “no” a la plataforma Airbnb
Dos destinos internacionales han “castigado” recientemente al sitio web de alquiler de alojamientos a corto plazo
La plataforma de alquiler turístico Airbnb levantó ampollas en China, después de lanzar una competencia cuyo premio era pasar la noche en una atalaya de la Gran Muralla declarada Patrimonio de la Humanidad.
A través de un comunicado, el 7 de agosto la empresa informó que su evento sería cancelado a causa de la retroalimentación recibida. Mencionó que existía un acuerdo para su realización, y destacó que su intención era promover la herencia cultural del país. En años recientes ha realizado acciones similares en aproximadamente 70 destinos. Finalmente, se disculpó con las personas que habían participado en el concurso, originalmente lanzado el 2 de agosto.
Internautas chinos utilizaron la red social Weibo, que en China es similar a Twitter, para manifestarse en contra de la promoción.
“La Gran Muralla es un patrimonio histórico bajo protección, ¿cómo pueden permitir que se convierta en una casa de huéspedes común?”, escribió un usuario, citado por el diario independiente South China Morning Post.
“¿Entonces ahora incluso los monumentos antiguos se pueden alquilar a los huéspedes para obtener ganancias?”, comentó otro, mientras que algunos más dudaban de la legalidad que tenía la oferta.
Para los ganadores, se acondicionaría temporalmente una atalaya del monumento con dos mil 600 años de antigüedad. Habría una habitación doble iluminada con velas, pero carente de techo o electricidad.
Nueva York endurece sus normas
El alcalde deNueva York, Bill de Blasio, promulgó el lunes una ley que obliga a las plataformas de alquiler de vivienda a corto plazo, comoAirbnb, a proporcionar datos de sus anfitriones a las autoridades, y de esta manera poder aumentar las rentas del vecindario.
La resolución entrará en vigencia en 180 días y se aplicará a todos los sitios de alojamiento. Sus partidarios argumentan que la nueva norma acabará con los alquileres ilegales a corto plazo que, según ellos, provocan un aumento en los precios haciendo que la vivienda sea aún menos asequible en una ciudad ya de por sí cara.
Airbnb acusa a la industria hotelera de la Gran Manzana de promover la legislación, argumentando que la mayoría de los anfitriones son neoyorquinos y que intentan ganarse la vida rentando habitaciones en sus casas.
La ley exige a las plataformas de alquiler a corto plazo que proporcionen a las autoridades locales datos sobre las transacciones e impone una multa mil 500 dólares, por listado y por mes ante cualquier informe inexacto. Además, la plataforma asegura que el proyecto de ley representa una violación irrazonable de la privacidad de los usuarios.
Nueva York es el mayor mercado de alquiler de Airbnb en Estados Unidos.