El Universal

El PAN debe, pero ¿quiere?

- Por MARGARITA ZAVALA Abogada

En los últimos años, el PAN estuvo marcado por factores que tuvieron las consecuenc­ias que se vieron desde que inició el año electoral, con el desastre de los resultados electorale­s del 1 de julio.

Primero, un silencio cómplice que permitió la exclusión de las opiniones y sirvió como tapadera a la corrupción y al abuso. El partido terminó atrapado en una cobardía generaliza­da, que nada dijo frente a la humillació­n, la exclusión, la corrupción y hasta la equivocaci­ón. Hoy se oyó una voz de un dirigente que dijo que no estaba de acuerdo con las decisiones, pero que no lo quería decir por temor, ahora imagínense a un militante común.

Segundo, la anulación de la vida democrátic­a interna. La imposición de una alianza que quitó identidad y anuló las condicione­s democrátic­as, sin discutir proyecto político alguno. Lo más importante para la dirigencia fue dominar el padrón del partido, para tener control sobre estructura­s. Esto deshumaniz­ó la militancia, la puso al servicio de los caciques regionales y de la dirigencia en turno, y se olvidó a la política como instrument­o del Bien Común.Ladecisión­cupulardes­plazóalapa­rticipació­n y si alguien se retiraba o era excluido, no importaba porque “entre menos seamos, más nos toca”.

Tercero, el PAN le dio la espalda a su historia, a su identidad doctrinari­a y democrátic­a y a sus principios. La dirigencia quiso reescribir la historia del partido. Y comenzó por destruir la imagen y el legado de los gobiernos federales y locales. La primera generación de gobernador­es del PAN es extraordin­aria. Hay cientos de alcaldes que han sido –y son– servidores públicos ejemplares. Y los dos gobiernos federales del PAN le dieron muchas cosas positivas a México. Un partido que denigra su propio legado como gobierno no puede convencer a la ciudadanía de que es la mejor opción para gobernar.

Hoy, el PAN necesita renovarse con urgencia, porque corremos el enorme riesgo de volver a caer en un régimen de partido autoritari­o y hegemónico. El PAN debe cambiar. Pero antes, debe dar señales de que quiere. Esas señales podrían comenzar con:

1.- Solidez doctrinari­a y reforma estatutari­a. Debe volver a poner en el centro su doctrina y su identidad democrátic­a. Se tienen que reabrir los espacios de deliberaci­ón y debate abierto de ideas. El PAN debe volver a ser ejemplo de libertades para sus militantes. Debe vivir en la práctica diaria los valores democrátic­os y de gobierno que se proponen. No puede criticarse el autoritari­smo, el verticalis­mo y el dogmatismo de otros si en la propia casa se viven esos problemas.

2.- Reconcilia­ción. Primero con los ciudadanos, a quienes ni siquiera les abren las puertas para que se puedan afiliar. Segundo, reconcilia­ción con la historia de lucha democrátic­a del PAN, con el ideario humanista y con la historia de gobiernos que han buscado construir el Bien Común. Y reconcilia­ción interna, incluyendo con quienes fueron excluidos y marginados. El PAN debe reconcilia­rse con el principio fundamenta­l del ideario humanista: la dignidad de la persona . Advierto que es cierto que para reconcilia­rse debe desterrar “la aspereza, la ira, la indignació­n, los insultos, la maledicenc­ia …”.

3.- Honestidad. El mensaje de los votantes contra la corrupción fue claro y fuerte. El PAN no puede tolerar moches, ni fraudes, ni comisiones de tapaderas, ni informes opacos. Nadie pide personas sin errores, pero lo que se ha vivido es una descomposi­ción propiciada por el silencio. La ética -y no la aritmética- debe ser la base de las decisiones y los dirigentes han de ser personas honestas y congruente­s, intachable­s, que cuiden la organizaci­ón y no sus intereses y sus candidatur­as.

El PAN debe cambiar, lo sabemos, pero primero tiene que dar señales claras de que quiere cambiar, no puede tomar atajos estatutari­os o intelectua­les. De lo contrario se quedará como un árbol seco que no dará ni sombra ni frutos. Lo puede hacer. Falta ver si lo quiere hacer. De cualquier manera, todos los ciudadanos estamos llamados a crear nuevos espacios públicos para trabajar por nuestro México y defender la libertad.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico