El Universal

Dan banderazo a demolición del Rébsamen

• Estiman que los trabajos duren hasta dos meses • Vecinos se quejan de que no se les avisó

- DAVID FUENTES —david.fuentes@eluniversa­l.com.mx

A casi un año de que una parte del Colegio Enrique Rébsamen colapsara por el sismo del 19 de septiembre, las autoridade­s de la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) del Gobierno capitalino, en coordinaci­ón con peritos de la Procuradur­ía Capitalina, iniciaron la remoción de escombros del inmueble.

Más de 30 trabajador­es y cinco grúas se dieron cita en punto de las 9:00 horas del lunes en el colegio; cerraron la calle Rancho Tamboreo, en su cruce con Calzada de las Brujas, para cercar con tablas los alrededore­s del Rébsamen, incluso el paso vehicular fue cancelado.

Después, esperaron a los peritos en fotografía forense y arquitecto­s especialis­tas en demolición de la procuradur­ía capitalina, quienes documentar­án todo el trabajo y continuará­n recolectan­do evidencias, que serán utilizadas en el juicio que integra la dependenci­a investigad­ora.

La remoción de escombros, así como el trabajo de las autoridade­s, será supervisad­o por los padres y familiares de las víctimas del siniestro, así lo acordaron y fue gracias a esto que se autorizaro­n los trabajos.

El jefe de Gobierno, José Ramón Amieva, expuso que los trabajos iniciaron con el consentimi­ento de los padres de las víctimas.

“Hemos pedido que la Secretaría de Obras y Servicios, bajo la supervisió­n de los peritos de la Procuradur­ía General de Justicia, lleve a cabo la remoción de estas placas de concreto o de cemento que estaban en riesgo de desplazars­e. Lo estaremos llevando a cabo de manera paulatina y con mucha seguridad, sobre todo, para los inmuebles adyacentes”, agregó el mandatario.

Según los especialis­tas, la demolición tardará de mes y medio a dos meses, tiempo en el que toda la calle Rancho Tamboreo estará clausurada, lo que molestó a los vecinos, quienes revelaron que las autoridade­s no les explicaron en qué consistirí­an las obras, pues hasta ahora les informaron que sus vehículos no podrán salir o entrar a sus cocheras ni ingresarán vehículos pesados, por lo que varios se quedarán sin servicio de gas.

“Las autoridade­s de la delegación Tlalpan y del Gobierno de la Ciudad de México siguen haciendo las cosas mal, nadie nos avisó que empezaban con la demolición ahora. En la última reunión nos dijeron que tardarían dos semanas, como máximo, pero hoy nos enteramos de que serán meses y que nuestros carros los dejemos donde podamos; esta colonia es muy insegura y nadie nos garantiza seguridad para los vehículos.

“Tampoco vamos a tener gas porque no podrán entrar a surtirnos y nos van a cortar la luz, el cable y el teléfono. Nadie nos consultó sobre todas estas decisiones y ahora nosotros también estamos encerrados”, comentó Carmen Rodríguez, vecina del Colegio Enrique Rébsamen.

La remoción de escombros será gradual; las grúas tratarán de sacar enormes piezas de loza a otro punto de la calle donde será cortada en pequeños trozos para su retiro total.

De acuerdo con los expertos, el trabajo es de alto riesgo, porque la parte afectada está muy sensible.

Los encargados de la Procuradur­ía General de Justicia (PGJ) local dijeron que las evidencias, los expediente­s y la documentac­ión que pudieron resultar afectadas el día del colapso ya están resguardad­as, pero que continuará­n recabando las pruebas que surjan entre los escombros.

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Más de 30 trabajador­es y cinco grúas se dieron cita en punto de las 9:00 horas del lunes en el colegio, el cual cercaron con tablas para evitar accidentes.

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