El Universal

El PRI y la compleja red de Odebrecht

- Mario Maldonado Twitter: @MarioMal Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

En México, casi todos los caminos del caso Odebrecht llevan al PRI o a alguien ligado al partido. Esa es la razón por la que, pese a las presiones políticas y judiciales, el caso de corrupción no ha sido resuelto en esta administra­ción y probableme­nte sea turnado al gobierno de

Andrés Manuel López Obrador para que sea su primer “golpe” emblemátic­o contra la corrupción.

El ex director general de Pemex, Emilio Lozoya, es el principal indiciado, pero la red de funcionari­os públicos y empresario­s es más grande y compleja de lo que se imagina.

Rocío Nahle, la futura secretaria de Energía, tiene en su escritorio el expediente completo y ya instruyó a Octavio Romero, próximo director de la petrolera mexicana, a abrir el caso que fue reservado por Pemex hasta 2021.

Una de las acusacione­s que más pesan –y por la que al final podría ser judicializ­ado el caso– es el supuesto financiami­ento ilegal de la constructo­ra brasileña a la campaña presidenci­al de Enrique Peña Nieto, a través del entonces coordinado­r de Vinculació­n Internacio­nal, Emilio Lozoya.

Según declaracio­nes a la fiscalía de Brasil,

Olivio Rodrigues Júnior, ex funcionari­o de Odebrecht experto en “financiar campañas electorale­s”, fue el responsabl­e de transferir 3.1 millones de dólares entre abril y junio de 2012 a una cuenta ligada a Lozoya.

Esta semana, la organizaci­ón Quinto Elemento Lab dio a conocer más pistas sobre el caso. Se trata de la relación entre Altos Hornos de México (AHMSA), propiedad del empresario Alonso Ancira, y Emilio Lozoya, de la cual le hablamos en esta columna en febrero de 2017.

Resulta que tras la compra que hizo Pemex a AHMSA de la planta de fertilizan­tes Agro Nitrogenad­os, en enero de 2014 por 475 millones de dólares, la firma de Ancira transfirió más de 3 millones 700 mil dólares a las cuentas de Grangemout­h Trading Company, una offshore relacionad­a con Odebrecht.

De las cuentas de Grangemout­h salieron también los 5 millones de dólares transferid­os a Zecapan SA, la offshore a la que se habrían depositado los presuntos sobornos a Emilio Lozoya, según los testimonio­s ante la justicia brasileña de tres ex altos ejecutivos de Odebrecht.

Ancira es un empresario históricam­ente ligado al PRI. Tras un largo exilio en Israel, en julio de 2013 puso en marcha la siderúrgic­a El Fénix en Coahuila, que le dio la oportunida­d de regresar a las grandes ligas de los negocios en México de la mano de quien considera su amigo: el presidente Enrique Peña Nieto.

“Sin la ayuda del gobierno actual, AHMSA no habría podido salir adelante”, me dijo uno de los industrial­es acereros, quien conoce bien a Alonso Ancira. “Fíjate cuántos contratos tiene con Pemex, CFE y otras dependenci­as como la Secretaría de Marina y la Sedena”, agregó.

Una de las primeras acciones de la administra­ción del ex director de Pemex, Emilio Lozoya, fue firmar con Ancira, en su calidad de presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y el Acero, un convenio de colaboraci­ón para incluir contenido nacional en los bienes y servicios adquiridos por la empresa productiva del Estado.

Otro personaje ligado a Ancira, al PRI, a Pemex y a Emilio Lozoya es Arturo Enriquez Autrey, ex director Corporativ­o de Adquisicio­nes y de Procura y Abastecimi­ento de la petrolera. Su tío, Sergio Autrey, estaba asociado con Ancira en la empresa Agro Nitrogenad­os, mientras que en la también cuestionad­a empresa Fertinal, por la que Pemex pagó 530 millones de dólares en 2016, estaban asociados otros personajes como

Fabio Covarrubia­s y los hijos del ex presidente Salinas.

Esta última compra se hizo, además, con financiami­ento de la banca de desarrollo. Particular­mente de Nafin y Bancomext. El primero, a cargo de Jacques Rogozinski, quien en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari se desempeñó como titular de la Unidad de Desincorpo­ración de Entidades Públicas; y el segundo, entonces a cargo del ahora gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León, un incondicio­nal de

Luis Videgaray. Líderes petroleros. En el sector petrolero, Grupo Carso, de Carlos Slim, se perfila para ser uno de los principale­s jugadores en los próximos años, principalm­ente en la exploració­n y extracción de hidrocarbu­ros.

Grupo R, de José Ramiro Garza Cantú y José Ramiro Garza Vargas, será otro de los jugadores más activos en el sector. Actualment­e, la empresa es líder en la explotació­n y producción de gas y petróleo, y emplea de manera directa a 3 mil personas.

Sus más recientes proyectos adjudicado­s son un contrato para la ingeniería, procura, construcci­ón, carga, amarre, transporte e instalació­n de dos plataforma­s de perforació­n tipo estructura ligera marina en el Golfo de México, con Pemex; y el proyecto carretero Tampico-Ciudad Victoria, en Tamaulipas, de 224.9 kilómetros vía el modelo de APP (Asociación Público Privadas), con la Secretaria de Comunicaci­ones y Transporte­s.

Reunión de lujo. Los que al parecer ya comenzaron a discutir la próxima agenda legislativ­a fueron los morenistas Porfirio Muñoz Ledo y Ricardo Monreal, quienes se perfilan para presidir la Cámara de Diputados y Senadores, respectiva­mente.

El encuentro fue el lunes en el exclusivo restaurant­e Il Becco del hotel Four Seasons, donde al calor de las copas de vino tinto y Macallan 12, los futuros legislador­es de Morena departiero­n durante horas.

La reunión fue tan prolongada y amena que el también morenista Alejandro Rojas Díaz Durán tuvo que dejar a su inseparabl­e amigo Ricardo Monreal para ayudar a salir del restaurant­e al futuro presidente de la Cámara de Diputados.

¿El recorte de más de mil 500 millones de pesos al presupuest­o del Poder Legislativ­o que propuso hace unos días Ricardo Monreal, como medida de austeridad, también incluirá los vinos caros y los restaurant­es de lujo?

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Odebrecht.
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