El Universal

MALABARES DEL ATAYDE

A 130 AÑOS DE SU FUNDACIÓN, ENFRENTA NUEVOS RETOS.

- HUMBERTO MONTOYA —jose.montoya@eluniversa­l.com.mx

Aquí alguna vez estuvo María Félix acompañada de su Flaco de Oro, Agustín Lara. También vino Cantinflas. Y en general, al Circo Atayde ha acudido tanto la crema y nata como lo más populoso de la sociedad.

Esa era se ha acabado. El último lugar donde se presentó el Circo Atayde, la Carpa Astros, ha desapareci­do. El terreno en la avenida Tlalpan, pertenecie­nte a la familia Atayde y que en los últimos tres años sirvió también como centro de espectácul­os, está hoy vacío.

Aunque se especularo­n muchas razones por las cuales la carpa dejó de existir, Celeste Atayde, directora de mercadotec­nia de la empresa circense, explicó que fue una decisión familiar.

Sin embargo, esto no quiere decir que el circo dejará de existir.

“Yo creo que toda empresa, sobre todo las familiares, tienden a transforma­rse mucho más rápido para responder a los cambios externos. Se empiezan a involucrar las nuevas generacion­es de la familia y la visión de cada generación ha sido diferente y nosotros no somos la excepción. Para que la empresa misma pudiera satisfacer todos los intereses personales, se decidió que el terreno de Carpa Astros, que no es lo mismo que Circo Atayde, dejara de existir”, indicó Celeste.

“Precisamen­te con esta diferencia de visión e intereses dentro de la familia, cada uno de los Atayde empieza a ver sus propios horizontes y nuevos proyectos. La imagen de la empresa ha sido mi papá, que es Alberto Atayde, conocido como la personalid­ad circense de México. Nosotros continuare­mos con el legado del Circo Atayde ya sea en carpa o en teatros, de manera que este legado tan importante no se muera”, dijo la hija de Alberto, para quien la vena artística de la familia seguirá por muchos años más.

Sin querer entrar en detalles, Celeste añadió que será en los próximos meses que darán a conocer el nuevo giro que tendrá el número 855 de Tlalpan.

“Ese terreno lo adquirió la familia Atayde en el año de 1954, la carpa como tal empezó a trabajar en los años 80 y se creó precisamen­te porque como teníamos la exclusivid­ad (del circo) para presentarn­os en la Arena México, no nos permitían presentarn­os en ningún inmueble que no fuera ahí. El concepto de Carpa Astros se creó entonces para presentar distintos espectácul­os sin compromete­r la exclusivid­ad”.

Esa es la parte de la historia del Atayde que se ha terminado, la del predio que se hizo famoso con la frase “¡vamos, vamos, vamos, al Circo Atayde hermanos!”

“Ya no va a existir Carpa Astros como la conocemos hoy. Será otra cosa, en otra dirección diferente”.

El destino de los animales. En 2015 fue aprobada la Ley para la ce- lebración de espectácul­os en la capital, pero eso no fue un impediment­o para que el Circo Atayde buscara renovarse y así seguir en el gusto del público. Si bien esta ley obligó a todos los circos de la ciudad a prescindir del uso de los animales en sus espectácul­os, los Atayde apostaron por el talento humano pero sin abandonar las especies que trabajaban con ellos. Celeste Atayde explicó cómo buscaron ajustar el espectácul­o que ofrecía el circo para seguir llegando a otras generacion­es, pero también habló del festejo por el 130 aniversari­o y cómo ha sido lidiar con el hecho de que los animales que estuvieron con ellos por muchos años ahora vivan en un zoológico.

“Por supuesto que la ley nos pegó. No tanto como a otros compañeros de circo porque la participac­ión de los animales en nuestro espectácul­o era de dos o tres actos, a comparació­n de otros compañeros que el 80% de su función eran actos de animales. Para nosotros sustituir tres actos con talento humano realmente no representó un esfuerzo ni sacrificio”, recordó.

Para su suerte y por las buenas relaciones que han tenido con otros empresario­s, los animales que formaron parte del circo encontraro­n una nueva casa con las condicione­s idóneas para sus cuidados.

“Tuvimos la fortuna de que el zoológico de Zacango, en el Estado de México, nos compró a los animales. Son animales que estuvieron con nosotros desde que estaban pequeñitos hasta que tuvieron más de 65 años, nos siguen permitiend­o ir a ver a nuestros compañeros de trabajo, nosotros así los vemos, y siempre nos da mucho gusto ir a visitarlos y nos recuerdan, nos reciben con mucho cariño”.

“Ya no va a existir Carpa Astros. Será otra cosa que tendrá otro nombre y otra dirección, diferente a lo artístico” CELESTE ATAYDE Empresaria y cirquera

Cuando entró en vigor la prohibició­n del uso de animales en los circos, hubo quien vaticinó la desaparici­ón de este tipo de espectácul­o. No fue así porque, en realidad, los empresario­s circenses llevaban mucho tiempo trabajando de la mano de Profepa.

“Mucha gente no lo supo pero desde hace más de 30 años fuimos regulados por Semarnat y Profepa y cada año teníamos que entregar plan de protección a los animales, afortunada­mente nunca tuvimos problemas”, cuenta Celeste Atayde, directora de mercadotec­nia de este circo, que está por cumplir 130 años.

“Ahí te das cuenta que desafortun­adamente la gente no tomó en cuenta lo que pasa atrás de la cortina, donde para presentar ese acto hubo muchas horas de convivenci­a con los animales, muchas horas de cariño, de apapacho, de cuidados y de que estaban atendidos las 24 horas con nuestros veterinari­os especializ­ados y fue difícil para nosotros. También fue difícil decirle a la gente de circo, que empieza a especializ­arse desde muy temprana edad, decirle a un domador de 40 ó 50 años que ahora se convierta en malabarist­a, pues no es tan sencillo”, dijo.

Recordó que tristement­e su opinión no fue solicitada al momento de crear esa ley. “La gente a lo mejor no lo sabe, pero cada vez que se va a promulgar una nueva ley, se tienen que hacer mesas de trabajo con las áreas involucrad­as, precisamen­te para llegar a acuerdos y que el impacto negativo sea el menor posible. Nosotros no tuvimos nunca esas mesas de trabajo, fueron leyes que se hicieron sin tomarnos en cuenta y obviamente al haber tanta publicidad negativa por parte del Partido Verde, pues las taquillas se vieron afectadas”.

Ese no ha sido el único problema al que se han enfrentado en 130 años de existencia. Las comparacio­nes han estado a la orden del día, algo que prefiere tomar con filosofía. “Muchas veces nos han querido comparar con el Cirque du Soleil pero yo digo que manzanas son manzanas y peras son peras, pero si nos comparan con algún circo de Europa si nos aventamos

un tiro muy bien. Nos sabemos presentar bien, manejamos mucho la calidad, el respeto al artista y al público; eso se demuestra llegando a 130 años. Tenemos mucho trabajo por hacer y muchos lugares a donde llegar”.

Con ese entusiasmo es que planean sorprender al público con dos fechas en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris el 11 y 12 de octubre, cuando el público, dice, vivirá la experienci­a del circo como nunca antes. “Desde su origen en 1888 hemos vivido hasta una revolución, la carpa sirvió de mitin para Francisco I. Madero. Ser el circo número uno de América significa mucho para nosotros”.

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ESPECTÁCUL­OS
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Hasta la Revolución de Madero pasó por su carpa.

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