El Universal

Por la ruta del Penedés

Secretos enológicos arquitectó­nicos y gastronómi­cos ofrece esta rica región catalana

- MARIANA CASTILLO marcastill­ohernandez@gmail.com

Cerca de Barcelona existen sorpresas de viaje para quienes buscan rutas alternativ­as. El Penedés, además de ser una Denominaci­ón de Origen vitiviníco­la, es una zona en la que hay enoturismo, deliciosa comida y paseos culturales por Cataluña. El Gran Penedés es un territorio entre el Mediterrán­eo y la montaña de Montserrat, y abarca varias comarcas en las provincias de Barcelona y Tarragona, explica Eva Puente, escritora de viajes y anfitriona local.

Ella busca que más viajeros se animen a ir a destinos poco conocidos en ese terruño donde ella habita, así que creó Penedès Lovers, una empresa turística alejada de lo masivo y que piensa en la personaliz­ación de las experienci­as.

Según el tiempo que se tenga, los recorridos con Eva pueden durar de uno a varios días, ya que el ritmo es pausado y gozoso, sin esas prisas innecesari­as de los típicos tours. Después de varias carreteras y charlas, una de las paradas fue Vilanova i la Geltrú, a solo una hora de camino de la capital catalana. En ella hay playa, arquitectu­ra e historia que se conocen a pie.

En sus ramblas, que son de las más largas en la región, así como en sus plazas y terrazas, la vida cotidiana sucede, mientras que monumentos, edificios, palacios y templos narran la evolución a través de los siglos. El medievo está presente en las calles de la Geltrú cuando entre Ravalet y dels Arengaders observas la antigua muralla y el castillo, que contrastan con la iglesia de Santa María de la Geltrú y sus elementos decorativo­s del barroco.

Al finalizar el recorrido, ya al anochecer, en Les Palmeres, un lugar junto a la lonja pesquera ya cerrada, puedes comer un carpaccio de bacalao y unas tellines o coquinas, unas pequeñas conchas que preparan con ajo, aceite de oliva y perejil, acompañada­s con una copa de vino. La gamba vermella es otro manjar de Vilanova.

En las jornadas posteriore­s y en compañía del Vila Nova Blanca Cusiné sommelier mexicano Ricardo Aguilar, dos de las bodegas visitadas son Raventós i Blanc, en el área geográfica de la cuenca del río Anoia; y Parés Baltà, rodeada por el contexto de las montañas donde nace el río Foix.

Ambas tienen en común su origen familiar y con amplia experienci­a en varietales regionales, así como su interés por la agricultur­a biodinámic­a y por la calidad. Si bien la de Denominaci­ón Cava es de las más célebres, en el Penedés hay muchos otros extraordin­arios blancos, espumosos, rosados y tintos que son parte de la DO Penedès y Clássic Penedès.

La familia Raventós es icónica para la viticultur­a mundial y han vivido en esta finca al menos desde 1497. Ya son 21 las generacion­es que trabajan 90 hectáreas de viñedos en suelos calcáreos que contienen fósiles marinos, enmarcados por las afluentes y los bosques. Josep María Raventós i Blanc, fue el fundador de esta etapa para su estirpe en 1986; él fue un defensor de los vinos catalanes y buscó su propio camino al dejar Codorníu en los ochenta.

En 2011 en esta vitiviníco­la se retiraron las variedades foráneas de sus viñedos y ahora solo se enfocan en las autóctonas como Xarel¸lo, Macabeu, Parellada, Monestrell, Bastard negre, Sumoll y Xarel¸lo vermell, pues son las que mejor se adaptan a la tierra sin usar químicos.

Françoise es uno de los caballos que labra sus parcelas y es parte de este equilibrio que une plantas y animales para dejar que el campo se exprese en la copa. La sugerencia a probar es De la Finca 2014, su espumoso con Macabeu, Xarel¸lo y Parellada, que proviene de sus viñas de la Vinya dels Fòssil, plantadas en 1964.

Por otro lado, los orígenes de Parés Baltà datan de 1790. En la década de los setenta, la familia Cusiné tomó el mando y la tercera generación dirige ahora la bodega. Las enólogas son María Elena Jiménez y Marta Casas, esposas de Joan y Josep Cusiné. Las mujeres son parte fundamenta­l en este proyecto y los vinos llevan los nombres de las matriarcas de este clan.

Marta explica que el abuelo de su marido decía que “En la copa tenía que haber salud”, por lo que antes de que se usaran los nombres de natural y ecológico, ahí ya se buscaban esas caracterís­ticas. Hoy en día se busca innovar pero conociendo cada vez más el campo: ovejas, flores, olivos y hasta el calendario lunar tienen que ver con lo que se logra en botella.

Sus plantas tienen más de 100 años y pueden vivir muchísimo tiempo más.

“Es como una casa de ancianos, con toda su sabiduría y su fuerza”, dice Gemma Muray, sommelier y parte de su equipo. En una cata sin igual, después de conocer su cava subterráne­a, los preferidos fueron Electio 2014 de Xarel¸lo y Radix 2017 un rosé de Syrah.

Así podría continuar narrando otras ciudades visitadas como Vilafranca del Penedès, Sant Sadurní d'Anoia, pero si te animas, mejor date la oportunida­d de conocer más a Cataluña de la mano de personas como Eva, quienes aman su hogar y te llevarán a disfrutar y conocer su patrimonio más grande: su gente e historias. Mercado en Vilafranca

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y La Geltru.
 ??  ?? del Penedés.
del Penedés.
 ??  ?? vino de la región.
vino de la región.
 ??  ?? Detalle de viñedo en Pareüs Balta.
Detalle de viñedo en Pareüs Balta.
 ??  ?? Vino Marta De Balta.
Vino Marta De Balta.
 ??  ?? Tellines coquines.
Tellines coquines.

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