El Universal

Ojalá que los chavos cambien las cosas

- @Gusocalder­on GUSTAVO CALDERÓN

Una vez más, en el inicio del proceso mundialist­a, no podían faltar las especulaci­ones por parte de los medios de comunicaci­ón al analizar la lista que da a conocer el director técnico Ricardo Ferretti.

Hay que recordar que, hace algunas semanas, Javier Hernández mencionó que le gustaría no ser convocado para estos partidos amistosos y estar al 100% con su club, recordando que le ha costado mucho poder ser titular. Hay otros jugadores, como Miguel Layún y Jesús Tecatito Corona, quienes habían mencionado lo mismo y hoy tampoco aparecen en la lista.

Si bien es cierto que hoy tiene que darse un cambio generacion­al en la Selección Mexicana, también hay que recordar que no somos una potencia y no tenemos 40 futbolista­s de élite como para pensar que no veremos el regreso del Chícharo, de Layún o de Corona en este proceso mundialist­a.

Podrán gustarnos o no los que aparecen hoy en este llamado, pero lo que es un hecho es que, mientras los que están en el viejo continente no sean titulares y no tengan regularida­d, difícilmen­te las cosas con nuestro representa­tivo nacional podrán tener un cambio radical. Porque sin importar quién sea el que ahora los dirija, a la hora de los momentos importante­s, hay que mostrar la experienci­a y la calidad para poder cambiar la historia y dejar atrás los momentos tristes de cada cuatro años en las Copas del Mundo.

Lo que habrá que ver en este inicio del proceso es el nivel que pueda mostrar este equipo frente a Uruguay y Estados Unidos, porque los charrúas sí irán con sus mejores jugadores para encarar este partido, a diferencia de los nuestros, que no estarán acudiendo con los mejores o, por lo menos, no con los que mejor andan en este momento.

La calidad existe en el futbolista mexicano, pero sigue siendo una incógnita la razón de por qué México, en este deporte, sigue sin poder dar ese paso que lo lleve a otros escalones más arriba. Algunos creemos que esto es por lo mental, algunos otros por la soberbia; incluso, otros creen que esto sucede por el tema de la falta de carácter en cada uno de ellos. Pero lo que sí es una realidad es el hecho de saber que cuando se tiene todo para avanzar en algún torneo importante, el jugador mexicano se hace pequeño y vuelve a mostrar las deficienci­as que en algún punto parecían olvidadas.

Ojalá que, con la llegada de estos jóvenes al representa­tivo mayor, puedan comenzar a cambiar las cosas y que los resultados con los que algunos soñaban y no hicieron realidad, estos chavos sí los consigan.

Dejemos de soñar y hagamos los sueños realidad; así de fácil debería ser ahora, pensando en que vienen cuatro largos años en donde veremos desfilar futbolista­s con la playera verde, una vez más.

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