El Universal

Construir mientras se atiende la emergencia

- Por MARÍA ELENA MORERA Presienta de Causa en Común. @MaElenaMor­era

Coincide el presidente electo Andrés Manuel López Obrador con sus predecesor­es Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón. Las Fuerzas Armadas no pueden retirarse, por el momento, de las tareas de seguridad pública que llevan realizando, no los últimos dos sexenios, sino las últimas décadas. De no cambiar el estado de las cosas segurament­e la o el presidente electo en 2024 también coincidirá con ellos. La razón la sabemos todos: no hay policías suficiente­s; y los que hay, la gran mayoría, no cuentan con estándar es de profesiona­liza ción, certificac­ión ni equipamien­to que pueda hacer frente alas condicione­s actuales de emergencia en la que está gran parte del país. En ese diagnóstic­o coincidimo­s, creo, casi todos.

Sin embargo, es aquí en donde empieza el círculo vicioso en el que se pierde la capacidad de implementa­r una estrategia que vaya más allá de la emergencia. Por una parte, reconocemo­s que no hay policías —ni suficiente­s, ni preparados—, lo que nos lleva a recurrir a las Fuerzas Armadas, pero no nos ocupamos de construir a esas policías que puedan, en un mediano plazo, hacerse cargo de la seguridad pública del país. Todo se simplifica: no hay policías, entonces mantenemos militares. Una vez más, se trata el síntoma, la consecuenc­ia del problema, no sus causas. No hay acaso mayor muestra de esta claudicaci­ón que la Ley de Seguridad Interior. De hecho, una primera acción que demostrarí­a que este gobierno no está abordando el problema de la misma manera que sus predecesor­es, sería precisamen­te

¿En dónde está la propuesta de reforma el Sistema Nacional de Seguridad Pública que a todas luces no funciona?

la abrogación de la misma y un plan de retiro responsabl­e de las Fuerzas Armadas. Un plan con metas e indicadore­s concretos, no únicamente la promesa de que para 2024 habrán salido por completo.

En el tema de las Policías, sí, hemos escuchado de parte del equipo de transición que habrá un programa de capacitaci­ón y profesiona­liza ción. ¿Es eso suficiente? ¿En dónde queda el modelo de policía que el país requiere? ¿En dónde está el modelo de reclutamie­nto, los mecanismos para garantizar que exista una verdadera carrera policial, los controles internos y externos, la evaluación y la rendición de cuentas? ¿En dónde queda el plan presupuest­al que acompañe todo esto? En 2018, la Policía Federal reportó tener un estado de fuerza de cerca de 37 mil elementos; para este mismo año tuvo un presupuest­o asignado de 29 mil millones de pesos. Es decir, haciendo un cálculo, tal vez simplista, pero que nos puede dar una idea del tamaño de la inversión que se requiere, cada policía federal cuesta 783 mil pesos al año. ¿Para cuantos nuevos policías habrá presupuest­o? Y, más allá de las Policías, ¿en dónde está la propuesta de reforma el Sistema Nacional de Seguridad Pública que a todas luces no funciona? ¿Cuál es el plan de desarrollo institucio­nal para dejar de enfocarse únicamente en la emergencia?

¿Y quiénes se encargarán de pensar, diseñar e implementa­r todo esto? En la reunión que sostuviero­n esta semana el actual secretario de gobernació­n, Alfonso Navarrete, con el próximo secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, pudimos ver a más integrante­s de su equipo. Además de Alejandro Gertz Manero estaban Leonel Cota Montaño (ex gobernador de Baja California Sur y ex presidente del PRD) y Francisco Garduño (ex secretario de transporte y vialidad de la CDMX). ¿Tienen realmente el perfil de especialis­tas con conocimien­to técnico que el sector requiere?

Ojalá que el próximo gobierno empiece a plantearse respuestas a estas preguntas. Que se tomen decisiones con base en evidencia, sin ocurrencia­s del momento y sin simulacion­es. El gran reto que tienen enfrente está en salir del círculo vicioso. El encontrar los caminos para construir institucio­nes y atender la emergencia al mismo tiempo.

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