DANIELA SALDAÑA
La Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2017 reveló que la poca incorporación financiera de los mexicanos los ha llevado a tomar medidas de ahorro informales. Aproximadamente, el 76% de los adultos de entre 31 y 40 años de edad han utilizado las tandas como un mecanismo de alta confianza y seguridad que funciona para salvar una parte de sus ingresos.
El mecanismo es “un sistema que se basa en la confianza y en el apoyo comunitario, mientras se asegure que las personas que conforman la tanda son de confianza y que son capaces de cumplir con los pagos” cuenta Jorge Oseguera, director general de GIRO.
“La tanda funciona como un gran método de administración financiera: los primeros números obtienen un crédito a una tasa de interés cero, mientras que el último número asegura el ahorro”.
La dinámica inicia con un organizador que debe asignar números a los participantes. Es indispensable que éste sea reconocido por su organización y honestidad, ya que él mueve el dinero. Posteriormente, los involucrados deben designar la cantidad de dinero deseada y dividirla entre todos, con el fin de obtener un monto individual para entregarlo cada cierto tiempo al administrador. Los ahorros pasan a todas las manos según el turno y, en caso de que se haya realizado correctamente, no se sufren pérdidas.