Deudas, el estrés de cada día
Si contamos con la capacidad para solventarlas, podemos crear un historial bueno que permita obtener otros beneficios
De acuerdo con Heber Misael Ramos Arango, profesor y coordinador del Colegio de Psicología de la Universidad del Claustro de Sor Juana, en términos simbólicos, el hombre se mantiene en deuda desde su nacimiento. Así se comprende hasta la etapa adulta, cuando se adquieren compromisos económicos que, de no saldarse, provocan angustia y tensión.
“La gente siente que debe mucho y eso provoca situaciones que, en algún punto, pueden ser limitantes, no por la deuda misma, sino por su entorno. En la actualidad, las personas sienten que trabajan mucho solo para pagarlas”, comenta.
Para Dante Arturo Teytud Macías, director comercial de Credifiel, también tiene que ver el estrés financiero, factor cultural que aparece, sobretodo, cuando se entra a programas de préstamos.
“Hay ocasiones en las que la situación parece que se nos va de las manos, y las puertas comienzan a cerrarse, ya que el buró de crédito es un gran inconveniente al que nos vemos expuestos cuando debemos”, indica Teytud Macías.
Consejos para enfrentar la realidad
El director comercial de Credifiel comparte que evitar deudas es una tarea fácil. Primero, hay que ser honestos con nosotros mismos y analizar la situación para ver si podemos con el compromiso.
Para liberarse con rapidez hay que pedir un préstamo vía nómina, así se descontará un porcentaje de la ganancia laboral y evitará complicaciones de tiempos.
Asimismo, recomienda analizar ingresos y gastos para saber cuánto se puede destinar al pago de deudas. Un punto más es hacer renegociación con los involucrados, para llegar a un acuerdo de plazos.
Además, Teytud Macías admite que el tema del ahorro debería ser prioritario entre las personas, a la par de no gastar más de lo que se gana, tomar cursos, diplomados y leer sobre educación financiera.
“Hay que tomar en cuenta que, si se evita estar en el buró de crédito para establecer un buen historial, a la larga esto brindará beneficios para conseguir mejores tasas, mejores créditos y mejores oportunidades”, concluye.
El valor del tiempo
Por su parte, el académico del Claustro de Sor Juana señala que las personas parecen dar mucho peso a las deudas o a la cuestión económica, pero eso involucra descuidar otros aspectos de la vida que son igualmente importantes como la salud, las relaciones familiares y sociales.
“El valor del dinero es ese vínculo que podemos generar para entender cuánto me tomó ganarlo; aunque, en realidad, el tiempo no tiene un pago. Por eso, es muy interesante ver cómo cada quien salda sus deudas conforme puede, pero no con dinero, sino en términos de lo que ha invertido en tiempo durante su vida y que jamás va a regresar”, agrega el psicólogo.
Explica que, en el caso de las deudas, si no se tiene fe para enfrentarlas, entonces lo más recomendable es no arriesgarse.
“Cuando las personas deciden entrar con todo a estos planes, préstamos, etcétera, observan que no es tan difícil. De ese modo, empiezas a saldar la deuda, porque internamente ya hubo un movimiento importante para creer en sus posibilidades. Mientras no lo sientas, puedes retrasarte por años y aumentar los intereses”, advierte el académico.