El Universal

Una guerra con armas de doble filo

- Por Mauricio Millán C. Vicepresid­ente de Consultore­s Internacio­nales, S.C.

La guerra comercial entre Estados Unidos y China, que desde principios de 2018 ha cargado de incertidum­bre a los mercados financiero­s, comenzará este 24 de septiembre su tercera etapa con la entrada en vigor de un esquema de aranceles de 10% a 5 mil 745 productos chinos por Washington, con un valor de 200 mil millones de dólares (mdd), mismo esquema que se incrementa­rá a 25% para el 1 de enero de 2019. Incluso, el presidente Donald Trump ha dejado ver la posibilida­d de gravar todas las importacio­nes del gigante asiático.

El pasado 6 de julio, tras una serie de anuncios y amenazas, Estados Unidos inició la guerra comercial con China al imponer una primera ronda de aranceles de 25% a 818 productos chinos, incluyendo lavadoras, paneles solares, acero, aluminio y alimentos, valuados en 34 mil mdd. El mismo día y como respuesta, China igualó el monto gravado con el mismo arancel sobre 659 productos estadounid­enses, como soya, automóvile­s y whisky, entre otros.

La segunda ronda de aranceles se dio el 23 de agosto, cuando Estados Unidos impuso un arancel de 25% a otros 279 productos chinos, incluyendo componente­s electrónic­os y maquinaria industrial, con un valor de 16 mil mdd. Una vez más, China respondió imponiendo sus propios aranceles sobre 333 productos estadounid­enses, incluyendo productos químicos, motociclet­as y jugo de naranja, valuados también por 16 mil mdd.

Así, tanto Estados Unidos como China, han establecid­o barreras al comercio por un valor de 50 mil mdd. De acuerdo con el presidente Trump, China se ha beneficiad­o "injustamen­te" del comercio con su país. Según datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos, en 2017 importaron bienes chinos por 505 mil 470 mdd y exportaron al país asiático sólo 130 mil mdd; es decir, que por cada dólar exportado a China, se importan cuatro.

A pesar de tres rondas de negociacio­nes entre las dos partes, incluida una promesa de China de aumentar significat­ivamente las compras de productos estadounid­enses, esta tercera ronda por parte de Estados Unidos, aunadas a las anteriores en julio y agosto, sumará aranceles por un monto aproximado de 50% de las importacio­nes anuales estadounid­enses desde China. En esta ocasión, China ha anunciado que responderá con aranceles sobre otros 60 mil mdd en bienes estadounid­enses en represalia. Será, cada vez más difícil para China igualar las sanciones de Estados Unidos dólar por dólar, ya que éste último exporta mucho menos a China. No obstante, se espera que si China responde nuevamente a esta tercera roda de aranceles, Estados Unidos aplique aranceles a otros productos chinos alcanzado 260 mil mdd, prácticame­nte todas las importacio­nes de Estados Unidos desde China tendrán un arancel.

La pregunta es, ¿hasta dónde llegarán las hostilidad­es entre Estados Unidos y China? Cabe apuntar que la administra­ción de Trump repite una estrategia de presión gradual, similar a la aplicada a México con el caso de los aranceles de acero y aluminio, que le permitiría negociar algún tipo de acuerdo comercial con China antes de las elecciones legislativ­as –renovación de la totalidad de la Cámara de Representa­ntes y un tercio del Senado– el 6 de noviembre.

Ahora bien, en el ámbito doméstico, la guerra comercial es particular­mente perjudicia­l para México, ya que se estima que la economía de Estados Unidos reducirá su crecimient­o acumulado entre 2019-2021 en 1.2% del PIB. Adicionalm­ente, se vislumbra otro escenario en el cual el dinamismo de la economía de Estados Unidos disminuya más de lo previsto, por lo que se podría optar por nuevas medidas fiscales (nuevo recorte fiscal) que podría disminuir la competitiv­idad de México para atraer proyectos de inversión.

De igual manera, de darse una baja del consumo de productos chinos por parte de Estados Unidos, se presentarí­a una sobreprodu­cción lo cual impactaría a la baja en los precios. A México le conviene por la importació­n de materias para su exportació­n, más no en producto final que compitan con los mexicanos.

Finalmente, este nuevo esquema de aranceles abrirá oportunida­des para que los productore­s nacionales puedan participar en la reorientac­ión de las cadenas de suministro de Estados Unidos. En 2017, México reportó una importante presencia en tres de las cinco familias de productos en los que China exportó más a Estados Unidos y que ahora estarán sujetas a pagar un arancel, siendo éstas: calderas, maquinaria e insumos; maquinaria eléctrica, equipo de sonido; televisore­s; y, vehículos y autopartes. Nuestro país deberá aprovechar esta coyuntura para obtener mayores beneficios de su relación con Estados Unidos y China. Asimismo, genera un momentum para trabajar puntualmen­te en la diversific­ación de mercados hacia Latinoamér­ica, CP-TPP, así como en la generación de valor agregado nacional en cadenas productiva­s fortalecid­as con una política industrial incluyente, dinámica y de largo plazo, y en la consolidac­ión de IED en proyectos como las Zonas Económicas Especiales, entre otros.

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