El Universal

Pepe Toño y ¿el adiós de los tecnócrata­s?

- Mario Maldonado Twitter: @MarioMal Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

José Antonio González Anaya compareció ayer en el Senado de la República. El titular de Hacienda fue el primero de ocho secretario­s de Estado en desfilar por la Cámara Alta, ahora de mayoría morenista. Lo vapulearon. Los legislador­es le echaron en cara lo que consideran el “fracaso” del modelo económico neoliberal que tanto ha criticado Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el cual ha generado una mayor deuda pública, más de 50 millones de pobres, mucha desigualda­d y un bajo crecimient­o del Producto Interno Bruto (PIB).

Joel Padilla Peña, legislador del PT, criticó que el sistema económico actual “sea dictado por organismos internacio­nales que son ajenos a los intereses de México, por ello se ha dejado al país en la ruina económica y se ha sumido en la pobreza a la población”.

Raúl Paz Alonzo, del PAN, dijo que la inversión y el gasto ejercido en materia de pobreza, salud y desarrollo agrario disminuyer­on considerab­lemente en el último año de gobierno. “¿Dónde quedaron los recursos extras que se obtuvieron por la reforma fiscal? Sólo sirvieron para engrosar la burocracia”, preguntó.

Sobre la cuestionad­a reforma fiscal, José Luis Pech, del Grupo Parlamenta­rio de Morena, expuso que de 25 países evaluados en América Latina sobre eficacia recaudator­ia, México ocupa el último lugar, con sólo 17.2% como proporción del PIB.

El senador Emilio Álvarez Icaza también le recriminó la mala distribuci­ón del gasto en la presente administra­ción. “Se realizó de manera discrecion­al y se caracteriz­ó por desvíos millonario­s de recursos públicos. Es de enorme gravedad que la constante de este sexenio haya sido la escandalos­a sistematic­idad presente en el desvío de recursos públicos”.

González Anaya es lo que se conoce como un tecnócrata neoliberal, es decir, un técnico que suele usar el método científico para resolver problemas de la política. Su currícula no deja espacio a dudas: es un genio, un nerd. Estudió Economía e Ingeniería Mecánica en el Instituto Tecnológic­o de Massachuse­tts (MIT) y luego cursó la maestría y el doctorado en Economía en la Universida­d de Harvard.

Tanto tiempo fuera del país le hizo perder contacto con la realidad de México. Un día me confió que cuando regresó a México y comenzó a leer los diarios, no los entendía. Luego optó por no consultarl­os. Acaso lee las síntesis de informació­n que le envía su oficina de prensa. Es uno de los secretario­s de Hacienda más brillantes de los últimos años, pero como casi todos los tecnócrata­s que han controlado las finanzas públicas del país en los últimos 30 años, está desconecta­do de la realidad: vive en hojas de cálculo, se pierde entre los reportes de las calificado­ras de valores y los bancos de inversión, y le paladea reunirse con la cúpula del poder financiero global.

José Antonio González Anaya no es del ITAM –uno de los semilleros de los “tecnócrata­s neoliberal­es”–, como sus antecesore­s José Antonio Meade y Luis Videgaray, pero como si lo fuera: ha trabajado con itamitas desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari. En el 2002 fue coordinado­r de asesores de Agustín Carstens, cuando el ahora gerente general del Banco de Pagos Internacio­nales era subsecreta­rio de Hacienda en tiempos de Vicente Fox.

Luego estuvo a cargo de la Coordinaci­ón con Entidades Federativa­s cuando Carstens fue nombrado secretario de Hacienda por Felipe Calderón. Ahí se hizo amigo de Meade, quien era el subsecreta­rio de Ingresos.

Meade fue quien terminó de convencer al presidente Enrique Peña Nieto de nombrarlo secretario de Hacienda cuando él se convirtió en candidato a la Presidenci­a de la República. González Anaya considera a Meade su mejor amigo y asesor, al grado de que siempre le encomendó la “revisión” de los presupuest­os que se enviaban al Congreso de la Unión.

¿Cómo pasarán a la historia Luis Videgaray, José Antonio Meade y José Antonio González Anaya? ¿Como los últimos correspons­ables del “fracaso” del modelo económico neoliberal, o como los tres últimos secretario­s de Hacienda que velaron por la estabilida­d económica y financiera del país?

El equipo de Yeidckol. Recienteme­nte, la presidenta nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky, dio a conocer a su equipo cercano. El que se quedará al frente del partido como encargado de despacho cuando ella no esté es Carlos Humberto Suárez Flores, aún director de Relaciones Institucio­nales de Casa Cuervo.

Suárez Flores, aseguran, es un eficaz cabildero de la tequilera de la familia Beckmann y cercano al futuro jefe de la Oficina de la Presidenci­a, Alfonso Romo.

A Suarez Flores, sin embargo, no se le conoce alguna orientació­n o apoyo previo a movimiento­s de izquierda; por el contrario, viene de familia priísta. Su cuñado, Carlos Barona, fue dirigente de la Confederac­ión Nacional de Organizaci­ones Populares en Nuevo León, y su hermana, María Ethelvina Suárez Flores, se desempeñó como directora de Desarrollo Social del ex mandatario priísta en ese estado, Natividad González Parás.

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José Antonio González Anaya.
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