El presagio de La Chorreada
La Chorreada de las películas de Pedro Infante estaba inquieta antes de abordar el avión que se estrelló y le costó la vida
Blanca Estela Pavón subió inquieta al avión que se estrellaría.
La actriz Blanca Estela Pavón tenía 23 años cuando perdió la vida en un accidente aéreo, la simpática Chorreada de Nosotros los pobres hizo unos encargos minutos antes de subirse al avión, como si hubiera presentido su trágica muerte.
A 69 años de su partida, visitamos su tumba ubicada en el Panteón Jardín de la Ciudad de México.
A unos pasos de su última morada reposan los restos de quien fuera su gran amigo en vida, Pedro Infante, el actor también falleció en un accidente aéreo cinco años después.
La tumba de La Chorreada recibe la sombra de los altos árboles que la rodean, un racimo de coloridas flores adornan el recinto que parece una pequeña casa, ahí también descansan los restos de su padre, don Francisco B.Pavón, él igual viajaba en el avión que se estrelló cerca del Popocatépetl el 26 de septiembre de 1949.
El rescate de los cuerpos calcinados fue toda una odisea, un campesino llamado Moisés Bautista avisó del percance y su ayuda fue vital para que el rescate se pudiera llevar a cabo.
Además de la actriz y su padre, en el avión, donde murieron todos los pasajeros, viajaba el senador Gabriel Ramos Millán y el arqueólogo mexicano Salvador Toscano.
Este diario detalló durante varios días el avance del rescate, ya que el lugar en el que cayó el avión era de difícil acceso, y las condiciones climatológicas complicaron el panorama.
Un año después del fallecimiento de Blanca Estela, EL UNIVERSAL informó de un detalle poco conocido hasta entonces. La actriz, antes de abordar el avión que la traería a la Ciudad de México, hizo un par de encomiendas, como si presintiera que ya no le iba a alcanzar el tiempo.
“Un detalle que poco se comentó cuando murió la artista fue el de que, cuando abordó el avión en Oaxaca, dio instrucciones para que entregaran una cantidad de dinero como donativo para la iglesia de San Juan de Dios; dispuso también que se entregara un gran retrato de ella al periódico La Calandria”.
Este diario relata en sus páginas de septiembre de 1950, que la gente percibió rara e inquieta a Blanca Estela poco antes de salir del aeropuerto.
“Las personas que la despidieron en el aeropuerto advirtieron que estaba inquieta, como si presintiera algo, y aunque volvía a sobreponerse aparentando una absoluta calma, sus amigos vieron que partía visiblemente nerviosa. Horas más tarde las fallas de los motores del avión hicieron que éste perdiera altura hasta irse a estrellar en las faldas del Popocatépetl. Allí quedó sin vida Blanca Estela Pavón, junto con otras personas”.
Pedro Infante se mostró afectado por la muerte de La Chorreada, y expresó su profunda tristeza.
“He de confesar que la muerte de Blanca Estela me ha afectado muchísimo, pues nos unían lazos de amistad muy sincera; al conocer la fatal noticia me conmovió tanto, que no pude menos que dejar mis lágrimas caer”, confesó.