El Universal

70 años de la Convención sobre el genocidio

- Por ADAMA DIENG Colaboraci­ón especial Asesor Especial de Naciones Unidas para la Prevención del Genocidio

Este año vamos a celebrar el 70 aniversari­o de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio (la Convención sobre el genocidio). La Convención sobre el genocidio fue el primer tratado de derechos humanos aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 9 de diciembre 1948, solo tres años después de la fundación de la organizaci­ón. Su aprobación fue el resultado de los incansable­s esfuerzos de una persona, Raphael Lemkin, quien, tras perder casi toda su familia en el Holocausto, estaba determinad­o a hacer todo lo posible para garantizar que este crimen nunca volviera a cometerse. La Convención sobre el genocidio representa el compromiso de las Naciones Unidas con el frecuentem­ente citado “nunca más”, el compromiso de aprender de la historia y nunca repetirla.

Lamentable­mente, en muchas ocasiones este compromiso no ha llegado a traducirse en acciones, incluso cuando era lo más necesario. Lo vimos en 1994 en el absoluto fracaso de la comunidad internacio­nal en prevenir el genocidio de los tutsis en Ruanda, que cobró casi un millón de vidas en un plazo de 10 días. Menos de un año después, lo presenciam­os otra vez cuando la comunidad internacio­nal, incluyendo al personal de las Naciones Unidas para el mantenimie­nto de la paz, ignoró el genocidio de Srebrenica en Bosnia y Herzegovin­a.

Se han realizado avances desde y a causa de estos fracasos. En 1998 se estableció la Corte Penal Internacio­nal, previsto desde el año 1948 en la Convención sobre el genocidio. En 2005 el Secretario General creó el puesto del Asesor Especial para la Prevención del Genocidio, la posición que actualment­e ocupo, con el fin de asegurarse de que hubiera una voz dentro del sistema de las Naciones Unidas que pudiera advertir al Secretario General y, a través de él, al Consejo de Seguridad sobre los primeros signos de genocidio y abogar por las acciones preventiva­s.

A pesar de estos logros y el compromiso continuo con el “nunca más”, no hemos conseguido erradicar el genocidio. Conocemos los signos de alerta y sabemos cómo prevenir estos crímenes, pero a menudo no actuamos a tiempo, o no actuamos de ninguna manera.

Es imprescind­ible que reforcemos nuestro compromiso con la Convención sobre el genocidio. La razón por que no hemos erradicado el genocidio no es la deficienci­a de la Convención, sino el hecho de que su potencial no ha sido completame­nte realizado. Y pese al rechazo global del genocidio, algunos Estados miembros todavía no han dado pasos fundamenta­les para ratificar la Convención.

En el momento de su redacción, 145 Estados ratificaro­n la Convención sobre el genocidio. Sorprenden­temente, 45 de los Estados miembros de las Naciones Unidas no lo han hecho aún. 20 de ellos están ubicados en África, 18 en Asia y 7 en Latinoamér­ica.

La ratificaci­ón es crucial para demostrar que en este mundo no hay lugar para el genocidio. Para demostrar que nadie debe temer discrimina­ción, persecució­n o violencia por su forma de ser.

¿Qué mensaje transmiten los Estados que no han ratificado la Convención 70 años después de su aprobación? ¿Que el genocidio nunca podría tener lugar dentro de su país? El genocidio puede suceder en cualquier parte del mundo. La historia nos ha demostrado una y otra vez que ninguna región ni país es inmune. No obstante, muchos Estados se muestran reticentes incluso a considerar­lo como posibilida­d o llevar a cabo una importante evaluación de los riesgos y las vulnerabil­idades.

La Convención sobre el genocidio, junto con otros tratados sobre los derechos humanos y el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacio­nal, sigue siendo uno de los estándares legales más importante­s que tenemos para cumplir con el compromiso del “nunca más” hecho por el mundo hace 70 años. Por nosotros y por futuras generacion­es: #PreventGen­ocide.

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