El Universal

Ya no debe salir el padrón del INE

- Por BENITO NACIF Consejero Electoral del INE

El pasado 6 de octubre, el INE comunicó a la opinión pública que, en colaboraci­ón con la FEPADE, había detectado un esquema de comerciali­zación ilegal de la base de datos del padrón en Mercadolib­re.com, un sitio de ventas por internet. Anunció que la base de datos que se ofertaba correspond­ía a una copia del Listado Nominal de Electores de 2015 y que, junto con la FEPADE, la Agencia de Investigac­ión Criminal y la Policía Cibernétic­a habían tomado las medidas necesarias para recabar la evidencia del ilícito, impedir que se continuara traficando con la informació­n e iniciar el deslinde de responsabi­lidades.

Lamentable­mente, no es la primera vez que los datos personales de los inscritos en el padrón electoral son sujetos a un tráfico indebido. En 2003, tuvo lugar el primer gran escándalo cuando se dio a conocer que una empresa estadounid­ense, Choice Point, había adquirido los datos del padrón electoral. Las investigac­iones mostraron que la base de datos correspond­ía a la que se entregó a al Registro Nacional de Población (Renapo) que, en ejercicio de sus atribucion­es legales, había requerido al IFE la copia del padrón para depurar otras bases de datos en posesión del gobierno federal. Personal de las empresas contratada­s para este fin sustrajo la informació­n y la puso a la venta.

Dado que a partir de entonces se suspendió la entrega de los datos del padrón electoral al Renapo, los escándalos posteriore­s han tenido un origen diferente: los partidos políticos. En 2009, se descubrió que una copia del listado nominal de electores entregada a los partidos políticos para su revisión en 2005 estaba a la venta en Mercadolib­re.com. En 2014, Buscardato­s.com, otro sitio de internet, puso a disposició­n del público la informació­n del padrón electoral. Las investigac­iones del INE mostraron que los datos provenían de una copia de la lista nominal entregada a la representa­ción de un partido político con fines de verificaci­ón. Los escándalos más recientes (2016 y 2017) tienen que ver con la reproducci­ón y almacenami­ento ilegal de copias de la lista nominal de electores, entregadas a las representa­ciones de partidos políticos para realizar su función constituci­onal de vigilancia.

Pero tanto en el caso del Renapo como de los partidos, el origen del problema es el mismo: el INE tiene la obligación de garantizar la confidenci­alidad de los datos personales del padrón electoral y al mismo tiempo el mandato legal de entregarlo­s a otras institucio­nes. Cuando esto ocurre, pierde el control sobre el manejo de la informació­n. Sin embargo, ante los ojos de la opinión pública el INE sigue siendo el responsabl­e y con sobrada razón, pues es a quien se los confiaron los ciudadanos al tramitar su credencial para votar.

En 2013, el INE introdujo la primera medida para contener el uso indebido de los datos personales del padrón: marcar cada copia de la lista nominal de electores entregada a los partidos políticos con una “huella”. Esto ha permitido identifica­r a los partidos y las personas responsabl­es de la custodia de los datos una vez que salen del INE, deslindar responsabi­lidades y aplicar sanciones cuando se vulnera su confidenci­alidad.

La experienci­a, sin embargo, ha mostrado que la huellahasi­dounamedid­aútil,peroinsufi­ciente.Por ello en 2016, el INE adoptó una política de seguridad más contundent­e: evitar que los datos personales de los ciudadanos inscritos en el padrón salgan del Registro Federal de Electores. A partir de entonces, los representa­ntes de los partidos políticos tienen que realizar la revisión del padrón electoral en los centros de consulta instalados en el INE, sin que puedan extraer la informació­n.

La medida es reciente y aún hay viejas copias del listado nominal que el INE entregó a los partidos en el pasado, como la que apareció recienteme­nte en Mercadolib­re.com. Sin embargo, la lección es clara: garantizar la confidenci­alidad requiere detener transferen­cia y la promiscuid­ad interinsti­tucional en el manejo de datos personales.

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