El Universal

“Juventud no limita para legislar”

Con 21 años, es la diputada más joven de la 64 Legislatur­a Políticos tienen mala imagen porque no saben cumplir, dice

- PAOLA REYES —politica@eluniversa­l.com.mx

Asus 21 años, Frida Alejandra Esparza integra la bancada del PRD y considera que su juventud no la limita ni es impediment­o para legislar a favor de mayores oportunida­des para los jóvenes.

En entrevista con EL UNIVERSAL, siente que está haciendo historia y llama a los jóvenes, sobre todo a las mujeres, a interesars­e en la política: “México no es un país exclusivam­ente para hombres ni para adultos. Es un país de niños, mujeres, de personas de la tercera edad, con discapacid­ad. Son grupos que históricam­ente han quedado rezagados y no les dan la importanci­a que deberían tener”, afirma.

A su edad, considera que la corrupción le ha hecho mucho daño al país y por ello, afirma, no se dejará corromper. En este sentido, opina que la mala imagen que se tiene de los políticos es por la falta de compromiso, los desvíos de recursos y las promesas no cumplidas.

Como diputada, menciona que se hará notar con su trabajo y sus propuestas legislativ­as: “No hay manera de que se nieguen si es en pro de la sociedad, ahora que ya hay mayoría de izquierda.”

Estudiante de dos carreras: Filosofía y Ciencias Biológicas en la Universida­d Autónoma de Zacatecas, considera a la educación como un factor importante de cambio.

¿Por qué te interesast­e en participar en la política?

—Crecí en Zacatecas, uno de los estados más pobres del país, en una familia que es originaria de Sombrerete, como a dos horas de capital, es un municipio que se dedica principalm­ente a la agricultur­a y ganadería.

Mis abuelos fueron ganaderos y campesinos. Ellos sacaron adelante a sus seis hijos. Gracias a ellos aprendí a tomar conscienci­a de las grandes dificultad­es que vive el país.

Recuerdo que cuando tenía unos siete u ocho años, íbamos de vacaciones a un pueblo que está a media hora de Sombrerete con mis abuelos, les pedía que me despertara­n a las seis de la mañana para acompañarl­os. Mi abuelo iba al campo y alimentaba a los animales. Una temporada se sembró calabaza, entonces tenías que sacar las semillas, a mi me encantaba y me emocionaba muchísimo andar con él. No tenía la oportunida­d de ir siempre a visitarlos, cuando podía me divertía bastante.

Entonces, a esa edad, a esos ocho años, yo no entendía por qué si ellos se despertaba­n tan temprano y dormían tan tarde, por qué no había solvencia económica.

Y eso fue lo que me hizo inmiscuirm­e en la política.

A mi familia siempre le llamaron la atención los temas sociales, la problemáti­ca del país, la educación, el tema del campo, minería, migración. Fue por ellos por los que aprendí y por lo que me empezó a gustar la política.

Yo vine aquí [a la Cámara de Diputados] a trabajar en beneficio de las personas. Me acuerdo de mi niñez, lo que alcancé a ver, lo que vivieron mis abuelos, mis padres, mis tíos. Ese es mi interés al estar aquí.

¿Cómo es que llegaste a ser diputada plurinomin­al?

—Se sigue todo un registro. En el artículo 55 de la Constituci­ón se establecen algunos lineamient­os, como tener 21 años cumplidos para el día de las elecciones.

Vi una oportunida­d de crear algún cambio, aportar beneficios a mi ciudad, mi municipio, a mi país.

Decidí registrarm­e en febrero. Soy militante del PRD desde que tenía 14 años, lo comenté con los compañeros del partido. Me inscribí por cuota joven y también por paridad. El partido me apoyó desde el principio para alcanzar la candidatur­a.

Llegas a una Cámara de Diputados con una mala imagen, ¿qué harás para cambiar esto?

—Es cierto que hay una mala imagen a los políticos en general, no sólo a los diputados, también a los senadores, al Presidente, ediles, legislador­es locales. Tienen esa imagen porque no realizaron las promesas que hicieron en campaña. Entonces, para cambiar la imagen se tiene que trabajar, se tiene que cumplir lo que se prometió, ver la manera de hacer crecer la economía del país.

¿Realmente se puede cambiar?

—Pienso que sí. La gente tiene conocimien­to de todo, lo ven cuando te escuchan hablar, cómo te diriges a ellos, el trato que tienes, el trabajo que realizas en la comisiones, en tribuna, con puntos de acuerdo, con iniciativa­s. Las personas lo saben y el trabajo es esencial para cambiar esa visión.

Cuando se den cuenta de que se está trabajando y que se están cumpliendo los compromiso­s, es cuando la imagen va a cambiar.

Hay partidos políticos que bloquean a mujeres y jóvenes dentro de la Cámara Baja, ¿qué opinas y cómo lo puedes cambiar? —Todo está en la educación. México no es un país exclusivam­ente para hombres ni para adultos, es un país de niños, mujeres, de personas de la tercera edad, de personas con discapacid­ad. Son grupos que históricam­ente han quedado rezagados.

¿Podrás terminar tu gestión sin adquirir malas prácticas?

—Claro que sí, definitiva­mente. Mi familia me enseñó principios básicos, honestidad, sinceridad, trabajo, las cosas no se regalan.

Afortunada­mente, para bien o para mal, tuve contacto con personas de mi familia que no tuvieron oportunida­des. Al relacionar­me con estas situacione­s no seguí viendo las cosas de la misma manera. Eso te marca de por vida y te permite seguir una línea de valores. No fallarte ni a ti ni a lo que crees, ni a tu familia.

¿Por qué crees que hay corrupción en los partidos políticos?

—También pienso que es por la educación, se deben inculcar valores y enseñarle a las personas la realidad de nuestro país. A veces nos tapamos los ojos y no queremos ver las cosas como son. A cualquiera le gustaría pensar que el país está bien, que la economía es correcta, que hay oportunida­des, que tienen un futuro asegurado, que sus hijos van a poder estudiar, que en temas de salud no hay por qué preocupars­e, pero la verdad es que no.

Se debe considerar que la corrupción es uno de los problemas que tanto daño le ha hecho al país. Elminándol­a, en suma con la educación y el trabajo, México puede prosperar.

¿Cómo es que te divides entre los estudios y la Legislatur­a?

—Es bastante organizaci­ón, sí es complicado, a veces no duermo, pero tengo muy claro lo que quiero y lo que se puede hacer. Decidí tomar la licenciatu­ra en línea este último año, estoy por salir, planeo continuar con la tesis antes de que mis compromiso­s se aglutinen más.

¿Cómo relacionas los estudios con la Cámara Baja?

—La filosofía está en todas partes al igual que la política. Nosotros como seres humanos somos políticos, desde la familia, en el escuela, grupos sociales, trabajo. La Filosofía, aunque a veces no se le de la importanci­a que tiene, o que se desprecie, siempre está en nuestra vida.

Siempre habrá momentos en que las personas se pregunten si lo que estamos haciendo está bien o mal, si deberíamos actuar de alguna forma o de otra, el por qué estamos aquí, o si hay un Dios.

Son temas muy universale­s por los cuales todas las personas pasan.

¿Consideras pertinente la presencia del sector juvenil en la Cámara de Diputados?

—Sí, pienso que es muy importante. Los jóvenes representa­mos casi la mitad de la población. Somos un sector electoral muy importante. La representa­tividad que los jóvenes tienen en la Cámara de Diputados y en el Senado es muy baja.

Entonces, quién mejor para representa­r a los jóvenes que los mismos jóvenes. Sabemos qué necesidade­s tenemos. Debemos estar en la política, aunque a veces se piense que no hay interés, yo pienso que no, todos los jóvenes están interesado­s.

Debemos estar en esto porque nosotros debemos elegir el futuro de nuestro país. Nosotros somos quienes vamos a vivir en México los próximos años y debemos ser partícipes del rumbo que va a tomar el país.

¿Es impediment­o ser joven y ser mujer en la Cámara Baja?

—Lamentable­mente, en pleno siglo 21, en 2018, sí hay limitantes.

Las personas te discrimina­n por ser mujer, piensan que no tenemos capacidad, que no cuentas con experienci­a necesaria o con las habilidade­s que se requieren, ser joven también. Por eso pienso que existe esta duda de: ‘¿Los jóvenes deberían?, ¿las mujeres deberían? ¡Claro que sí!’

La paridad es necesaria y que haya jóvenes en la política también.

Desde que te cuestionan: ‘Es joven, ¿debería estar aquí?’ Cuando te hacen esa pregunta es que existe la creencia de que los jóvenes no deberían pertenecer a la política.

Es muy triste que se piense así, pero los cambios llevan todo un proceso, no se puede cambiar de un día para otro. Si queremos que cambie debemos empezar por cosas pequeñas, pero hay que empezar a hacerlo.

¿Hacia dónde van dirigidas tus propuestas como diputada?

—A la juventud, a la educación, bastante dirigidas al medio ambiente, ciencia y tecnología, a las mujeres.

¿Crees que seas escuchada siendo tan joven e inexperta?

—Si no quieren [escucharme], yo me voy a hacer escuchar.

¿Cómo?

—En tribuna, con iniciativa­s, propuestas, en debates.

Se deben presentar buenas iniciativa­s con argumentos, cuando es así, no hay manera de que se nieguen si es en pro de la sociedad, ahora que ya hay mayoría de izquierda [en la cámara] debería de aprobarse.

¿Cuál es tu futuro dentro de tu carrera política?

—Seguir proponiend­o iniciativa­s en beneficio de los que menos tienen y hacerme escuchar.

“Las personas te discrimina­n por ser mujer, piensan que no tenemos capacidad, que no cuentas con experienci­a o habilidade­s necesarias”

“Quién mejor para representa­r a los jóvenes que los mismos jóvenes. Sabemos qué necesidade­s tenemos, aunque a veces se piense que no hay interés, yo pienso que todos los jóvenes están interesado­s”

“Para cambiar la imagen se tiene que trabajar, se tiene que cumplir lo que se prometió, ver la manera de hacer crecer la economía del país”

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